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Llegó la tercera jornada de la ya icónica Semana IR! y en el Foro Indie Rocks! hizo despegue Deerhoof con un potente art rock, noise rock, indie rock (nos podríamos pasar el día debatiendo géneros, pero simplemente rock estruendoso, melódico y de magistral ejecución). Un día después de que Princess Nokia nos hiciera el desaire (ella se lo pierde…ojalá la orine un perro en la pierna) y de que entrara al quite Tomasa Del Real, Tino el Pingüino y LIZZ, los beats y el proverbial flow dieron paso al indie rock de unas de las bandas más caladas en estas lides: Deerhoof, baluarte de la escena independiente de la bahía de San Francisco desde 1997.
Pero estaríamos faltándole el respeto a la buenísima apertura que Entre Desiertos le dio a la noche. Pocos minutos después de las 10, el respetable público abandonó el patio del Foro para ingresar al recinto, y observar, en unos minutos de silencio, al conjunto de Tijuana instalarse sobre el escenario. Acto seguido le entraron a sus instrumentos como veteranos, como si hubieran empezado en 1997 también. Dos guitarras, teclados, batería, bajo, y hasta un simpático corno francés le dieron mucha presencia en vivo a números como “Cristal” (la canción más nueva) y “Semáforo” (de las más conocidas). Los miembros del público meneaban la cabeza con la música, como asintiendo frente a la posibilidad de haber encontrado su nueva banda fronteriza preferida, en lo que Vaya Futuro va y regresa de Europa.
Después de que los tijuanenses hicieron lo suyo salieron Satomi Matsuzaki, Greg Saunier, John Dieterich y Ed Rodriguez, junto con un par de roadies, a colocar sus instrumentos y pedales. Pocos minutos después, desataron una avalancha sonora sobre el Foro, que estaba completamente lleno, e interpretaron números como “Breakup Songs”, “Flower” y “Bad Kids to the Front”. Satomi, en un vestido azul marino con verde fosforescente, cantaba, se concentraba en el bajo y pegaba brinquitos de vez en cuando, su kitsch sobre el escenario era un contrapunto al torbellino de la bataca Saunier, se apreció en vivo el equilibrio que existe en Deerhoof al combinarse las sensibilidades artísticas de estos dos músicos.
Mientras, Dieterich se aventaba unos solos monstruosos y el elemento glam de la banda, Rodriguez, en unos pantalones brillosos y zapatos dorados, le daba un crunch poderoso al sonido con sendos riffs. “Exit Only”, conocido hit del álbum que ya es un clásico: La Isla Bonita (sí, lo nombraron en tributo a Madonna) demostró lo capaces que son los miembros de Deerhoof cuando se les antoja hacer entrega de una canción roquera, pero pegajosa. En “Last Fad”, Saunier, que hace mucho desmadre con una batería que cuenta solo con una tarola, un bombo y dos platillos, de plano se puso a tocar con las manos, cual “Bonzo” en “The Song Remains the Same”.
“Paradise Girls” fue una rola que el público reconoció instantáneamente y la más añeja de la discografía fue “Polly Bee” del debut The Man, The King, The Girl (1997). En uno de los momentos más experimentales Saunier se levantó con calma de su batería a deambular el pequeño escenario, sintiendo con la mano las vibraciones del monitor de Dieterich (quizás simplemente para ver si estaba funcionando, pero yo, que me encontraba bien entrado en el espíritu de la tocada, lo tomé como un pedacito de performance art). Saunier tampoco desaprovechó la oportunidad para aventarse un monólogo sobre lo delicioso de la comida mexicana.
El slam se armó a mitad del concierto durante “Wrong Time Capsule”, en uno de los momentos más punk de la banda esta noche, la cosa iba en serio y vi a un güerito de pelo lacio repartiendo madrazos a diestra y siniestra, pero retraía las manos cuando se veía de frente con algunas de las chicas que decidieron también entrarle al ritual. Escuchamos varias del último álbum Mountain Moves (2017), incluyendo “I Will Spite Survive”, “Come Down Here & Say That”, “Begin Countdown” y “Con Sordino” (“esto es italiano!”, dijo Satomi sobre esta última canción).
Si anoche hubo baile, esta noche hubo slam, performance, y una banda potente sobre el escenario que encapsula lo que representa la Semana IR!, una celebración de la música independiente y genuina que tanto nos gusta.