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Después de la fiesta que Antibalas nos regaló un día anterior en el Foro Indie Rocks!, un show completamente distinto, pero del mismo calibre de calidad tomó forma en el quinto día de la celebración en la Semana IR! 2018: A Place to Bury Strangers y Sadfields homenajearon la noche lluviosa con un soundtrack perfecto, muy ad hoc al clima de la capital.
Pero, ¿cómo puedes definir el noise y el shoegaze? La verdad nunca he tenido las palabras adecuadas para responder ese cuestionamiento. Lo más cercano sería decir ruido, hermoso y absurdo ruido. Momentos de pasión desenfrenados en la guitarra distorsionada, baterías siendo destruidas en el escenario, bajos que rompen tímpanos y explotan cráneos, música sin reglas para llegar a ser más precisos.
Y mientras la tormenta azotaba la capital y cinco minutos habían transcurrido después de dar las 10 de la noche, Sadfields tomaba el oscuro escenario sin decir una palabra. Los capitalinos son intrigantes, un trío que ha adoptado lo lúgubre y la melancolía como base musical. Que muestran una amplia gama de sonidos en cada canción que ejecutan magistralmente. No había interacción con el público, todo se trataba de la música.
Muy jóvenes, te sorprende ver a tres chicos sin miedo arriba de esa tarima cubiertos de humo mientras sus canciones te hipnotizan. Creaban momentos rayando en lo onírico y se generaba un silencio bastante abrumador, era el silencio de la admiración. Todos poníamos atención en cada acorde, en cada palabra que retumbaba como un eco lleno de delirio. Homesick es ese resultado repleto de honestidad de una banda que hay que escuchar en vivo sí o sí en la primera oportunidad que se presente. Cuantas joyas ocultas tiene la música nacional.
Con un gran loop que subía y bajaba como una marea. Las tres siluetas se fueron disolviendo en el escenario del Foro Indie Rocks!. Un excelente prólogo para preparar nuestra cabeza para lo que venía. ¿Y cómo te preparas para la destrucción? No existe una fórmula para ello. El noise es algo que te arrastra hacia el salvajismo. Momentos de gloria ensangrentados, golpes repletos de sudor, una mente que genera endorfina a cada segundo. El desastre se acercaba y era imposible detenerlo. Las pedaleras rogaban por ser usadas y los amplificadores estallarían a su máxima potencia.
A Place to Bury Strangers subía al escenario y los chiflidos eran ensordecedores. Cada rasgueo en las cuerdas de los neoyorquinos generaba caos y te hacían vibrar el cuerpo. Oliver Ackermann llevaba su guitarra a lo más alto, Dion Lunadon controlaba los sonidos graves del bajo con elegancia y Lia Simone Braswell destrozaba las percusiones y los parches de su tarola, una de las mejores bateristas que he tenido el honor de escuchar. Todos éramos enterrados en su música lentamente.
El setlist que A Place to Bury Strangers presenta es variado, brillan clásicos como “In Your Heart” y “Drill It Up”, pero también están promocionando Pinned, por lo que “Keep Moving On” y “There’s Only One of Us” hicieron gala con un sonido que raya en lo perfecto. Y, algo de lo que todos hablaremos por mucho tiempo, es como los tres bajaron el desastre del escenario hacia el público, interpretando un par de temas entre todos los asistentes que estaban extasiados mientras los neoyorquinos tiraban el lugar a escasos centímetros de distancia. Lia regresó a las tarimas entre las manos del público, algo que sin duda nunca se olvidará y se recordará como uno de los mejores shows que se han podido apreciar en el recinto.
Una noche repleta de matices; por un lado, una banda joven y con sueños que sabe romperla bajo los reflectores teniendo por delante un futuro brillante, en el otro, un icónico trío que ha ido mutando de integrantes pero nunca de filosofía. Al fin y al cabo, agrupaciones que generan ruido con géneros que sin lugar a dudas, ayer mostraron que tienen la virtud de la atemporalidad. Algo muy especial sucedió en el quinto día, que nunca se termine ese glorioso desastre.