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Una tarde que atrajo a menos gente que el día anterior, con bandas que no tenían nada que ver con la juventud pero que sin embargo, ayudaron a recordar lo que se sentía ser un adolescente.
Los primeros en hacer el recordatorio de juventud fueron los punkrockeros de Sputnik, tercera banda en presentarse después de la bella Daniela Spalla y el pop punk de O Tortuga. El recordatorio siguió de la mano de Finde que, tocando canciones de hace diez años, rejuvenecieron corazones con canciones como “Intoxicado” que llenaron de vitalidad los corazones de los asistentes.
Después de las presentaciones de Monstruos (Mérida) y Diamante Eléctrico (Colombia) llegó el turno de una de las bandas consentidas del under mexicano: Twin Tones, misma que armó el slam más intenso de todo el festival, todo de la mano de su invitado especial, en la guitarra, Danny Amis de Straitjackets.
Alguien que de joven no tiene más que el alma es Sergio Arau, mismo que triunfara por allá de le década de los ochenta con Botella de Jerez. Su presentación fue accidentada, a veces daba la sensación de aburrir a la gente, pero al final la libró cantando canciones como “Alarmala de Tos”, que apaciguaron los ánimos del público.
Desde Argentina desembarcaron Los Tipitos, banda de rock muy al estilo de Andrés Calamaro que con letras finas y melodías amenas, y ayudados de un cover a Los Fabulosos Cadillacs, lograron librar al difícil público del Zócalo.
Gepe, el chileno más exitoso del momento, llegó para apoderarse del escenario. Ritmos y baile fueron la tónica de su presentación. Acompañado por dos guapas bailarinas que cambiaban de vestuario conforme pasaban las canciones, mismas que levantaban los ánimos con cada nota. Mientras el chileno terminaba su presentación, en el otro escenario se preparaba Paté de Fuá, banda que se dedica a fusionar el jazz con distintos géneros que van desde la polka hasta el tango, logrando un sonido tan sofisticado como único. “Canción del Linyera” y “Película Muda”, fueron de las canciones más coreadas.
El día ya tenía un retraso de 15 minutos, pero el Cuarteto de Nos, se encargó de alargarlo más al retrasarse otra media hora, siendo la única banda en todo el festival en hacerlo. A pesar de eso, los uruguayos, brindaron una buena presentación con canciones de sus últimos discos como “Yendo a la casa de Damián”, “El hijo de Hernández” y “Roberto” que pusieron a brincar y cantar a sus fans que llegaron en buen número a verlos.
Machinedrum se encargó de levantar los ánimos y poner a todos en un viaje personal, lleno de ritmo, acompañado de psicodelia que aumentaba con los visuales y las luces, dejando todo listo para el cierre del festival.
Entre retrasos y lluvia el festival llegó a su fin, y qué mejor para cerrar que una de las bandas más importantes del rock mexicano: Kinky. Los regios dejaron de lado su gira Unplugged para regresar a sus raíces electrónicas y poner a bailar a todos los presentes en la plancha del Zócalo. Un recorrido por toda su carrera, “Hasta quemarnos”, “Cornman”, “Marcha atrás” e incluso un cover de The Prodigy lograron el cometido de cerrar con todo un festival que desde el principio llenó de energía y vitalidad a jóvenes y viejos. En fin un gran cierre para un gran fin de semana.
La Semana de las Juventudes fue todo un éxito, es cierto, tuvo sus errores y defectos pero, en general, todo salió bien. La gente pudo disfrutar de bandas nacionales e internacionales de manera gratuita, con buen audio (en general) y buen ambiente. El DF necesita de estos eventos, así como estos eventos necesitan de un buen espacio para seguir creciendo.