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30 años de lealtad a la música

30 años de lealtad a la música

Sergio Pastrana D'Abbadie
Cortesía Bacardí México @BacardiMX / Marcelo Mattina

Cortesía
Bacardí México @BacardiMX / Marcelo Mattina

Rock In Rio fue idea y sueño de Roberto Medina, un empresario brasileño que pensó que a Brasil le hacía falta tener a las más grandes estrellas del rock y el pop en un solo evento. Así, en 1985, llevó a AC/DC, Queen, Iron Maiden, Rod Stewart, Yes, The B52’s, Gilberto Gil, Scorpions y Os Paralamas Do Sucesso, entre otros, a tocar a la ya emblemática extensión de tierra de 250,000 m2: la Cidade do Rock. Más de 1.4 millones de personas asistieron a los 10 días que duró.

En Brasil, el festival repetiría en 1991, 2001, 2011 y 2013, con réplicas exitosas en Lisboa (2004, 2006, 2008, 2010, 2012 y 2014), Madrid (2008, 2010 y 2012) y una confirmación en Las Vegas para este 2015.

Nosotros nos lanzamos a vivir la experiencia el fin de semana pasado, de la mano de Bacardí, uno de los patrocinadores más importantes de Rock In Rio, que generó una experiencia increíble: el Untameable Studio.

Y justo el primer día, lo primero que hicimos fue dirigirnos a este recinto de grabación, donde con tan solo registrarte y con la promesa de tener un proyecto innovador, Bacardí pone a disposición músicos, microfonía, backline y a los mejores ingenieros y productores, para que, si no tienes cómo, puedas grabar un demo en el marco del festival.

“Esta experiencia ha sido increíble, porque como productor me ha permitido escuchar a gente que realmente tiene talento, y si no fuera por el Untameable Studio, no habría forma de conocerlos; es importante saber que hay más allá de los headliners tradicionales, e impulsar la música desde otras plataformas”, dijo Julian Conde, productor jefe de Untameable Studio, y nada más y nada menos que mastermind detrás de la música de la diva brasileña María Rita.

“Para Bacardí es importante relacionarse con la música, y qué mejor manera de hacerlo que ayudando a músicos amateur a cumplir su sueño de grabar algo”, añadió Bruno Macario, gerente de marketing de Bacardí Brasil.

Y vaya que la gente lo aprovechó, pues no hubo uno de los tres días que duró el festival en que no estuviera repleto de personajes de todo tipo: cantantes solistas, bandas completas y uno que otro despistado que entendió que lo suyo, lo suyo, no es tener una banda.

Después de conocer esta iniciativa, recorrimos los escenarios, todavía vacíos, de la Ciudad del Rock, un recinto impresionante en cuanto a magnitud, con tres escenarios principales: Palco Mundo, Palco Sunset y Electrónica, además de dos callejones dedicados a proyectos más pequeños, entre cada uno de los grandes escenarios.

Vale la pena observar cuando la gente entra al festival, con el jingle del mismo sonando en los sistemas, cada que alguien cruza la puerta, cual jugador de futbol, toca el piso y parece que reza una corta plegaria. El fanatismo es impresionante. La gente viene en en todas sus presentaciones; desde señores de 70 años hasta bebés en carreola, parejas, familias enteras.

El día uno, el Palco Mundo recibió a la gente con una serie de fuegos artificiales que arrancó suspiros de todos. Más tarde nos enteraríamos que así inicia la música dicho escenario todos los días. Un grupo de músicos brasileños que incluyó a Os Paralamas do Sucesso, Erasmo Carlos, Samuel Rosa e Haroldo Ferretti (Skank), Frejat, Jota Quest, Andreas Kisser (Sepultura), entre otros, tocó canciones emblemáticas que han sido escuchadas a lo largo de 30 años del festival. Un comienzo increíble.

A ellos les siguió la banda irlandesa The Script, que sorprendió con un rock pop de altura y agradeció a los más de 50 mil asistentes por su primera gran experiencia en Brasil. Luego, One Republic hizo saltar a miles de jovencitas que coreaban todas y cada una de sus canciones, pero lo más esperado de la noche cerraría con broche de oro ese 18 de septiembre: Queen con Adam Lambert volcaron una serie de éxitos que nos hicieron darnos cuenta de que no importan la edad, mientras mantengas la calidad. A estas alturas, más de 100 mil personas coreaban al unísono “Radio GaGa”, “Crazy Little Thing Called Love”, "We Will Rock You”, “Bohemian Rhapsody” y “We Are The Champions”. Pero faltaba más.

A diferencia del día anterior, el 19 de septiembre tuvo un cambio radical: el público que previo era mucho más diverso, ahora se componía solamente de personajes vestidos de negro, choppers y uno que otro emo perdido. La mayoría de la gente con playeras de Metallica, el gran cerrador.

La afluencia fue baja para ver a las primeras bandas. Angra, Dee Snider y Doro Pesch (a quien por cierto nos encontramos en el aeropuerto a nuestra llegada) no recibieron a tantos miles como se esperaba. Pero a eso de las 6 de la tarde, cuando Ministry se apoderó del Palco Sunset, todos salieron de las cuevas y abarrotaron el venue. Esos mismos y otros miles más cambiaron después al Mundo para ver a Gojira, y poca antes de que los franceses terminaran la gente ya caminaba de regreso al Sunset para recibir a Korn con todo.

Pero lo mejor estaba por venir: Mötley Crüe llamó la atención de todos los que creen que Rock In Rio será su última presentación en Brasil (será que ahora sí cumplen). Su Final Tour empezó con más de 80 mil personas en la plancha, y tras una jornada intensa de energía, fuego y muchos visuales, dieron paso a Metallica, que con más de media hora de retraso abarrotó el Palco Mundo.

Silencio sepulcral para ver el clásico corto antes del concierto, algunos afortunados fans sobre el escenario y toda la Ciudad del Rock pendiente a la rola inicial. Como siempre, Hetfield y compañía mantuvieron a todos al borde, durante más de una hora el piso de Rio se cimbró, hasta que le final llegó con “Enter Sandman”.

El último día del primer fin de semana de Rock In Rio 2015 estuvo abarrotado desde entrada la tarde. La gente aprovechó cada momento, para jurarse amor eterno en la capilla (sí, hay personas que se casan en el festival), subir a la montaña rusa (que está justo al lado del Palco Sunset), cantar en las activaciones de las marcas o asegurar su lugar en la tirolesa para ver más de cerca de los headliners en el Palco Mundo.

Magic! Desató la locura en el Sunset, pero no más que la legendaria banda brasileña Os Paralamas Do Sucesso, son los Tacvbos cariocas, absolutamente todos los brasileños se saben sus canciones y adoran a los músicos, un espectáculo tremendo que, una vez más dio inicio con pirotecnia.

Después de tan emotivo comienzo, John Legend dio un esperado pero muy romántico show que no despertó la energía al 100% de la gente. De vuelta al Mundo, Seal aportó gran voz, pero la energía aún no llegaba a su tope, lo que sí sucedió con Sir Elton John. He de decir que, a pesar de su presencia juangabrielesca y su gran sentido del humor, Elton resulta tedioso hacia el final del concierto. Algunas personas dejaron de aplaudir y otros iban por bebidas; sin embargo, un deleite escuchar al inglés.

Pero el gran rey de la noche y de todo el fin de semana, fue Rod Stewart. No pudo haber mejor cerrador. Coristas, cuerdas, trajes excéntricos y fuerza descomunal, uno de los más esperados por los brasileños lo dio todo en el escenario. Incluso dominó balones y los lanzó después al público. Desde el cover “Have You Ever Seen The Rain” (original de Creedence Clearwater Revival) hasta “Da Ya Think I’m Sexy”, los vitoreos no pararon. Cuando el show finalizó con “Sailing”, los fuego artificiales aparecieron de nuevo, anunciando el fin de estos primeros tres días, pero invitando a todos a regresar la siguiente semana.