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Todo empezó el año pasado con una fiesta entre amigos, pero para esta, su segunda edición, el Raymondstock, que proclamó el mensaje de “festival de música para chavos raros”, creció considerablemente.
El Foro Indie Rocks fue testigo de una revolución, ¿por qué?, una conglomeración de géneros musicales reunidos en un mismo lugar, la respuesta. La idea del festival es dar a conocer bandas independientes de las que ̶ casi ̶ nadie sabe, y no sólo nacionales, sino que el cartel de este año incluyó actos internacionales como Pictureplane, Skintown, Yung Jake y Father Murphy, entre otros.
La cita fue temprano, a partir de las dos de la tarde podías acceder al recinto destinado para recibir tanto a más de veinte bandas como a un público que desde el comienzo estuvo ávido de conocer nuevas propuestas. Se dividió el lugar en dos escenarios: Coco y Javiera, el primero en el interior, el segundo en el exterior.
Esto resultó una buena idea, pues mientras en un momento podías estar viendo a Father Murphy, quienes inauguraron la tarde con su itallian occult pshychedelia, en el otro empezaba Playa Vaginitas, que aún sin bajista, la rompieron macizo. Pedales de distorsión, guitarras, baterías, sintetizadores, iPads, mucho ruido, good vibes y relajo, fueron los elementos que apadrinaron la víspera.
Entre los proyectos a destacar, tenemos a Lola’s Bad que armada con su aterciopelada voz ̶ la neta tenía un parecido a Grimes ̶ levantó algunos suspiros y consiguió hacer bailar a los chicos raros. También Buried Under Stars, que como se les ha hecho costumbre, entregaron una presentación llena de poder pero también de introspección. Tuve la oportunidad de platicar con Eva & John, quienes llegaron directo de Perú para tocar fuera de su país por primera vez, y además de ser unos chicos súper alivianados, le prendieron fuego al escenario con sus letras sin complicaciones y ese rock sencillo que simplemente disfrutas escuchar.
Ya más cercana la noche, Los Blenders, una de las bandas más conocidas del festival, hicieron reventar los oídos y lograron que se armara un slam que más allá de bailar y golpearse a lo tonto, reflejaba la atmosfera general del festival: pura diversión. Una de las sorpresas: Yung Jake, quien resultó ser todo un show-man, interactuó con el público a tal grado que estuvo abajo del escenario, entre las personas que lo manoseábamos, digo manoseaban, a diestra y siniestra.
A pesar de que hubo algunos problemas de logística con los horarios, todo resultó de lo mejor. La música fue el elemento que abanderó el día, que se convirtió en un abanico lleno de posibilidades, desde punk destartalado hasta electrónica bien trippeada. Para los que no tuvieron la oportunidad de ir, es importante hacerles llegar el mensaje de que todas las bandas que ahí se presentaron, The Presion, Baby Nelson, Alexico, Lorelle Meets The Obsolette, Animación Suspendida, así como los solistas y productores, AAAA, Javier Estrada, Red Bro, por mencionar algunos, son buenos proyectos, y el que sean desconocidas por el mercado comercial, no significa que no valen la pena, estaría padre que les pegaran oreja.
Finalmente, un agradecimiento al Raymondstock por hacer de este festival más que una loquera entre amigos y elevarlo a un nivel mayor donde destaca la invitación para envolverse en un ambiente de relajo con los cuates, chelas y mucha música.