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El cuarto A/VISIÓN llegó sin previo aviso, cuando aún no nos acostumbrábamos al ritmo del décimo aniversario del MUTEK.MX, ni recuperábamos las horas de sueño perdidas en el Nocturno 1.
El Teatro de la Ciudad se vio a menos de la mitad de su capacidad; rostros desvelados, pero entusiastas, desfilaron por el lobby del legendario recinto. Pasadas las 6 de la tarde, cuando la mayoría de los asistentes ni siquiera habían tomado asiento, se apagaron las luces anunciando el primer acto de la noche: Dust de Herman Kolgen.
Denominado como un escultor audiovisual, Kolgen sacudió puertas, ventanas, sillas y estómagos con densas capas de sonido sincronizadas con visuales inspirados en la pieza Dust Breeding del fotógrafo Man Ray y Marcel Duchamp. Bajo la premisa de hacer visible lo invisible, musicalizó aquello con lo que tenemos contacto pero no percibimos; el sonido provocado por una molécula de polvo o el cadáver de una mosca al ser arrastrado por el viento.
Una vez finalizado su set, y casi de inmediato, la dupla inglesa Raime subió al escenario. Con ritmos que llegaban a rayar en el dubstep, acompañados por bellas imágenes inspiradas en el trabajo de Andréi Tarkovski, nos condujeron por casi 40 minutos a través de una atmósfera lúgubre y ligeramente apesadumbrada.
Llegadas las 19:45 salió a escena el acto más esperado de aquella tarde; Matmos pisó por primera vez un escenario mexicano y lo hizo con singular alegría, pues entre pieza y pieza, no desaprovecharon la oportunidad de interactuar con el público.
Reconocidos como una agrupación de culto por hacer uso de extravagantes "instrumentos" como un puño de arroz o cabello recién cortado, su presentación incluyó piezas que fueron de lo más pop hasta lo más experimental, siempre cargadas con un serio toque de improvisación.
Terminado el evento, los presentes corrieron bajo una incesante lluvia para llegar al Nocturno 2 en el Plaza. Era un hecho, el esperadísimo MUTEK.MX estaba por llegar a su fin y apenas y nos dimos cuenta. ¿Logrará la clausura con Amon Tobin darle el cierre merecido? ¿Logrará el festival superarse el próximo año? No nos queda más que esperar y rogar porque así sea.