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Mute Festival: Sonidos que no se desvanecerán

Mute Festival: Sonidos que no se desvanecerán

Este sábado se llevó a cabo la primera edición del MUTE Festival, evento que en colaboración con CONACULTA y el Ayuntamiento de Tlaquepaque en el Estado de Jalisco presentó a artistas de talla internacional como Orchestral Manouveurs in the Dark, Liars, Vince Clark, entre otros. El motivo de este festival tiene que ver mucho con el año dual que con el fin de promover un mejor entendimiento entre sociedades. Los gobiernos de México y el Reino Unido decidieron celebrar un intercambio cultural, por esto se acercaron a Daniel Miller fundador de Mute Records para que curara el festival y así demostrar proyectos clásicos como nuevo talento.

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El lugar elegido para esta fiesta internacional fue el estadio de Rugby del municipio de Tlaquepaque, escondido de la civilización y rodeado de casas por lo cual los vecinos hicieron su agosto vendiendo comida, ofreciendo servicios de guardarropa e inclusive hasta de sanitarios. Un breve cerco policiaco y revisión de rutina era lo primero que veíamos antes de ingresar al estadio, ya adentro a la entrada había un pequeño quiosco donde vendían botanas y bebidas que aminoraron un poco el calor que caía sobre la cancha.

El escenario que albergó a las bandas se vio solitario ya que algunos puestos de cerveza y de bebidas energizantes adornaban el lugar. Las opciones que se ven en otros festivales como los food trucks, las activaciones o los puestos de Merch hicieron mucha falta para lograr una experiencia completa.

En punto de las 14:00 horas Lands Observations subió al escenario ante menos de 100 personas que aguantaban el calor y se relajaron con los loops y secuencias que James Brooks preparaba en tiempo real con tan solo su guitarra y pedales. El artista inglés soltó varios temas de su último disco The Grand Tour con algunas improvisaciones que, para los más clavados en las texturas, fue una delicia mientras que para otros sólo fue un paso momentáneo en lo que llegaba el siguiente acto.

Irmin Schmidt fue el siguiente en subir al escenario, el miembro fundador de la banda de krautrock CAN mostró su faceta de DJ y lanzó varios temas de su banda original como de otras agrupaciones y artistas que lo han influenciado. Schmidt, de 77 años, demostró que la edad no es impedimento para seguir divirtiéndose a lo grande. A pesar de las fallas que ocurrieron durante su set su alegría no disminuyó. Caso contrario a lo que ocurrió con Ben Frost quien tuvo la desgracia de tener el peor horario del festival. A las 16:00 horas su set empezaba con la experimentación que solo Frost sabe hacer y demostró con AURORA, su disco del año pasado. El australiano, acostumbrado al calor pero no a tocar a esa hora ni en plena luz del día, quería que se le subiera todo el volumen al audio de su set, su meta era quizás destrozar las bocinas o simplemente demostrar por qué es uno de los actos que hay que tener en cuenta. Cualquiera que haya sido su objetivo, al final de la presentación sólo vimos su enojo y frustración ante un público confundido que no terminó de entender lo que habían visto.

Los horarios oficiales indicaban que el curador Daniel Miller era quien seguía pero nunca llegó y en su lugar los asistentes tuvieron la primicia de que quizás, y si todo salía bien, New Order engalanaría la segunda edición del Festival MUTE. Para las 18:00 horas LIARS se presentó ante un buen de gente que si bien no llenaba la cancha por lo menos no se veía tan solitaria como al principio.

Los americanos iniciaron su set con Pro Anti Anti”, “Mask Maker y No Barrier Fun que fueron excelentes cartas de presentación del trío, que de manera inmediata con sus turbulentos beats, pusieron a la gente a brincar y a bailar. “Mess on a Mission” , “Brats” y “Broken Witch fueron las seleccionadas para cerrar su presentación intoxicante y llena de poder. Fue poco el tiempo que se le dedicó a esta banda así que esperamos regresen pronto a un acto solo de ellos.

La noche ya caía y el frío empezaba a hacer acto de presencia, pero para mantener el calor Apparat saltaba a escena para hacer un set de DJ de casi una hora con 45 minutos. Sascha Ring puso a bailar a todos tanto con sus temas como con los de Moderat que fueron reconocidos por algunos.

Aún faltaba la cereza en el pastel, la banda que logró congregar a más de mil fanáticos a un solo lugar, OMD. Adultos con playeras de The Cure, The Smiths, entre otras, se revolvían con los jóvenes que querían ver a una leyenda del synth pop. En punto de las 21:00 horas y tras un breve anuncio por parte de las autoridades del festival, Andy McCluskey y Paul Humphreys tomaban sus instrumentos y soltaban un hit que ponía a muchos a gritar y a otros a llorar: Enola Gay el tema más conocido de la agrupación daba por inaugurada la presentación de los ingleses. A pesar de que la banda no vino completa como en sus últimas dos visitas al país, no defraudaron en lo más mínimo. Regalaron un set lleno de hits y algunas joyas de su última producción que no suelen tocar, por lo que los fans de hueso colorado y los que no los conocían se emocionaban entre cada canción. No se pusieron ni muy experimentales, ni muy artísticos y se les veía que se divertían en el escenario, en especial McCluskey quien bailaba y brincaba por todo el escenario. Su presentación cerraba con ese hit de los ochenta llamado “Electricity” con la promesa de regresar nuevamente.

Para cerrar esta jornada de electrónica y sonidos nuevos, Vince Clarke tomaba el mando con un DJ set bastante modesto y con una gorra que fue lo  que más destacó de su presentación. Sin mucho que decir ni qué hacer, Clarke cerraba esta edición del MUTE Festival.

Cabe aplaudir tanto la curaduría como la producción que fue puntual y organizada. Y aunque el aforo fue muy poco, fue agradable ver a tantos oídos expuestos a sonidos fuera de lo cotidiano. El Festival MUTE de la nada tomó por sorpresa no solo a los tapatíos sino a todo México y sirvió para calentar los ánimos de los melómanos quienes ya esperan con ansias su segunda edición.