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“Esta noche nos juntamos, familia, amigos cercanos, héroes de la música, leyendas aquí para celebrar la vida, la música y el amor de nuestro querido amigo, compañero de banda y hermano, Taylor Hawkins”, así comenzaba Dave Grohl el concierto en el Estadio Wembley frente a casi 90 mil personas.
Desde que los integrantes de Foo Fighters salieron al escenario, hubo un sentimiento agridulce al ver por primera vez a la banda reunida para presentarse, desde la pérdida de Taylor. Dave, por su puesto se mostraba como el más afectado, pero eso no le impidió dar la bienvenida a todos los asistentes y luego de pedir al público, con mucho entusiasmo que gritaran tan fuerte como pudieran para Taylor, presentó al primer invitado de la tarde, Liam Gallagher, quien entonó “Rock n Roll Star” y “Live Forever” con Dave en la batería, poniendo emocional a más de uno. Que deleite ver al ex baterista de Nirvana hacer tremenda presentación.
Nile Rodgers y Josh Homme se subieron al escenario para interpretar “Let’s Dance” de David Bowie acompañados por su baterista (de Bowie) revelando además, que estaba planeado que ellos tocaran junto a la banda en su concierto en Bogotá, el día que Hawkins falleció, haciendo aún más especial esta presentación.
The Coattail Riders, el proyecto secundario de Taylor, también estuvo presente junto a Justin Hawkins de vocalista y Kesha, quien subió al escenario para sorprender a todos con la interpretación de “Children of the Revolution” y darle paso más adelante a otra gran sorpresa de la noche, como lo fue la participación de Wolfgang Van Halen, quién deleitó al público con un increíble trabajo en la guitarra, a lado de Josh Freese en la batería y el mismísimo Dave Grohl en el bajo, algo que no se veía desde hace mucho.
Y como una noche que homenajeó la música y las leyendas, Olivia Newton-John también estuvo presente en el concierto, su cara apareció en la batería como un tributo y una despedida.
Otras celebridades como Elton John, Chad Smith, Guns N' Roses, Billie Eilish y Finneas, entre otros se hicieron presentes mediante una serie de mensajes grabados donde compartían historias de Taylor, como cuando compró materiales e instrumentos para los jóvenes y niños aprendices de batería, y algunas palabras para los presentes.
Dave y su hija Violet Grohl se unieron para traernos su versión de "Last Goodbye", de Jeff Buckley, que nos dejó conmovidos. Supergrass, Pretenders y el baterista de The Police, Stewart Copeland también sumaron increíbles presentaciones. Además tuvimos la fortuna de contemplar en vivo la reunión de Them Crooked Vultures para tocar “Gunman”.
La noche seguía avanzando y conforme fue menguando el sol, los ánimos se levantaron, el público quien hasta el momento, según la perspectiva de quien lo veía desde casa (quizá alguien en Wembley pudiera diferir), estaba un poco pasivo, comenzaba a calentar motores y parecía finalmente comprender la magnitud del evento que estaban viviendo.
Dave Grohl, más que líder de Foo Fighters, estaba en su papel de mejor amigo, orgulloso y emotivo, repitiendo sin parar que el concierto sería legendario. Y no mentía, pues no tardó en aparecer nada más y nada menos que Brian Johnson vocalista de AC/DC para tocar “Back in Black” a lado del baterista Lars Ulrich de Metallica y los miembros de Foo Fighters.
A este punto, el concierto ya calificaba de legendario, pero nada es suficiente para demostrar el amor y la admiración de quienes conocieron a Taylor pues lo que vendría a continuación nos dejaría en claro la clase de leyenda que es Hawkins.
Una vez más, fuimos sorprendidos al contemplar al baterista de Queen, Roger Taylor, Brian May y el hijo de Roger, Rufus Tiger quienes aparecieron para tocar algunas clásicas de la banda y más tarde el guitarrista se posicionó en el punto más alto del escenario para interpretar “Love of My Life” dedicada al protagonista de la noche, asegurando que es lo que le habría gustado a Freddie. Un momento sin duda mágico.
Sir Paul McCartney y Chrissie Hynde, hicieron posible lo imposible, y terminaron de dejar la vara por los cielos cuando interpretaron “¡Oh Darling!” de The Beatles, con Omar Hakim, otro gran amigo de Hawkins, en la batería.
Tras una montaña rusa de emociones, se acercaba el fin de la velada, y era momento de dar paso al setlist de Foo Fighters, donde pudimos ver el lado más vulnerable de Dave, quien conmovió a todos con su llanto antes de comenzar “Times Like These”, por primera vez sin Taylor a su lado. Verlo ahí, recordando (y quizá despidiendo) a su mejor amigo nos rompió el corazón a más de uno. A lado de Travis Barker de Blink-182 en la batería, entre otros grandes bateristas, Foo Fighters siguió deleitándonos con los clásicos de la banda.
Pero sin duda el momento que se llevó la noche fue la última presentación, cuando el hijo de Taylor, Shane Hawkins, se subió al escenario para tocar “My Hero” con solo 16 años, en la batería de su padre, dedicandole su presentación. Un momento memorable, que seguro pasará a la historia y que probablemente sea el inicio de otra gran figura de la música.
Así, la noche llegó a su fin pero las emociones, las leyendas que vimos reunidas y todo lo que se vivió esta noche en el Wembley durará para siempre en los corazones de los que estuvimos presentes en este momento mágico, ya sea en el estadio o desde casa, llevaremos siempre la legendaria noche que tuvo vida hoy en memoria de la leyenda Taylor Hawkins.