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Segundo y último día de endorfinas recorriendo mi cerebro y para empezar a calentar motores Banks & Steelz, una combinación perfecta que mezcla la fuerza del productor Robert Fitzgerald mejor conocido como RZA, miembro de la legendaria banda Wu-Tang Clan, y la tranquila e interesante presencia de Paul Banks, miembro de Interpol. Tuvo un excelente recibimiento por parte de la audiencia quienes aplicaron sus mejores pasos mientras cantaban “Love and War” al ritmo de este par.
Después de un bailecito, me dirigí al escenario principal en donde me dispuse a disfrutar de algo un poco más tranquilo pero sin perder tanto el ritmo. Blood Orange ya se encontraba tocando frente al inicio de un atardecer, con toda la calma que caracteriza a Dev Hynes. Uno de los temas que más prendió no solo por la letra sino por la invitada que tuvo fue “Everything is Embarrassing” que interpretó junto a Sky Ferreira. Después de unos minutos y al compás de movimientos suaves y lentos del público, salí del escenario principal para ver a Uncle Acid & the Deadbeats que se encontraban en el escenario The Club, en donde el baile cambió un poco por movimientos rápidos de cabelleras largas y perfectamente bien cuidadas, al ritmo del característico stoner rock de la banda.
Tengo que mencionar que este día el público iba con una actitud diferente, vi desfilar atuendos más rockeros, rudos y oscuros que el día anterior. A pesar del calor, no faltaron las chamarras de piel y las botas negras para completar el outfit.
Más tarde en el escenario Lawn, estaba por dar inicio uno de los más grandes shows. La gente iba tomando su mejor lugar y de pronto la música que ameniza la espera dejó de sonar. Al fondo se escucharon unas notas de piano y dio inicio la fiesta funk del FYF! Pasaron un par de minutos y el señor Charles Bradley se hizo presente con un atuendo que literal lo hacía brillar en la plataforma, el baile –por parte de ambos lados– no se hizo esperar.
La caminata hacia el escenario Trees comenzó. Me dirigía con la mejor actitud pues una de mis bandas preferidas estaba a punto de tocar, la gente corría para tener el mejor lugar, podía notar en sus rostros la alegría y energía que estaban dispuestos a soltar en cuanto Black Lips saliera de alguna de las esquinas del escenario. Después de cuatro minutos de espera se hicieron presentes y los gritos y chiflidos de inmediato sonaron. De pronto podías notar juguetes infalibles a la par de la gente volando por los aires mientras ”Family Tree” sonaba, seguida de “O Katrina!”.
Permanecí en ese escenario hasta el final para esperar a Mac DeMarco. Estaba muy emocionada de verlo por primera vez ya que en otras ocasiones se me había apestado el plan. Durante la espera se me hizo una grandiosa idea ir por un poco de agua y en el camino me quedé de ver con una amiga. Cuando íbamos caminado para entrar me di cuenta de que iba a ser imposible. ¡No sé en qué momento y cómo rayos pasó esto! Estaba ultra atascado, intentamos llegar a un punto medio pero fue una travesía que al final no sirvió de nada. Luchamos contra la gente que estaba embotellada. Mientras intentábamos llegar a un “buen” lugar escuche “Salad Days” y “The Stars Keep On Calling My Name”. ¡O sea, dos canciones y no podía pasar de la mitad del lugar! Cuando al fin llegamos a un “buen” punto, ¡no pudimos escuchar nada! La gente no dejaba de hablar, de empujar para salir y otros para entrar. ¿Verlo? ¡Fue peor que imposible! Mi altura y la altura a comparación de los demás asistentes no concordaba, así que mejor aborté misión.
Muy triste de no haber logrado disfrutar –nuevamente– del show, caminé hacia el escenario principal para ver a Grace Jones, quien me dejó impresionada con su vestuario y por supuesto con su voz. A pesar de la “poca” asistencia y de no haber podido estar en el show completo, puedo decir que fue una de las nuevas presentaciones que disfruté.
Corrí de regreso al escenario Trees para ver a Beach House. Esta vez intenté entrar por otro lado que según yo no estaba tan complicado. Faltaban como 15 minutos para que diera inicio y ya era imposible pasar. Había huecos pero... obvio era una ilusión llegar ahí, ya que en esos espacios había gente sentada y nada podías hacer para colocarte ahí. Aunque logré estar más adelante que con Mac, de igual forma no pude ver nada. Me esperé las primeras tres rolas y me salí con la idea de mejor sentarme hasta atrás y disfrutar, pero al final ni eso pude hacer. De verdad era mucha gente. Pese a eso disfrute de temas como “Wild”, “Silver Soul” y “Days of Candy”.
Toda la gente se dirigía al escenario principal para ver a LCD Soundsystem. Los ánimos ya estaban más que encendidos, incluso vi a Nick Zinner, guitarrista de los YYY’s, moviendo la melena al ritmo de “Daft Punk is playing at my house”. Todos estaban súper prendidos, con tragos en mano, cantando, bailando de lo más raro pero bailando. Otro tema que emocionó fue “I Can Change” y así continuó hasta “All My Friends” para cerrar con broche de oro.
Después de esta fiesta, y para calmar mis ánimos de domingo en la noche, fui al escenario The Club, en donde ya estaba tocando Chelsea Wolfe. La atmósfera gótica se podía percibir desde unos cuantos pasos antes de llegar a la carpa. Fue un excelente show y la mejor decisión de haberme quedado a disfrutar un poco de ruidos y oscuridad para calmar mi emocionado cerebro que se negaba a creer que este grandioso festival había llegado a su fin.
Primer festival en el extranjero y como muchos amigos me advirtieron… ¡Sí, me enamoré de él!
Espero sigas con esta excelente curaduría, organización, producción, etc., y espero recorrerte el próximo año. ¡Hasta pronto FYF! ¡Fue un placer!