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Después de dos días seguidos, llenos de música, arte y tecnología, para el cierre del Day for Night, en Houston, Texas, ya nos sentíamos un tanto exhaustos. Sin embargo, la tercera jornada prometía todavía una aventura más ecléctica y con mucho ímpetu, seguimos con la misión de disfrutar al talento que se presentaría, como parte de nuestra cobertura presentada por Doritos.
De nueva cuenta, vamos a comenzar esta reseña de manera invertida: con el acto final del día, porque definitivamente fue lo mejor de la noche, si no es que del festival completo. El joven productor venezolano criado en Nueva York, Arca, cerraba el Day for Night, lo que significó una gran responsabilidad, pues superar lo ocurrido la noche anterior con el regreso de Aphex Twin a los escenarios después de ocho años de no tocar en vivo, no era tarea fácil.
Cinco minutos antes de lo que marcaba su horario de salida, Arca –de nombre real Alejandro Ghersi–, se acercó al escenario para revisar su DJ booth y decks con controles y mixers. Cabe mencionar que su armamento era vasto, y lo usaba a su antojo. Desde el hit salsero "Lloraras" de Oscar de León, hasta "Dreaming of You" de Selena –muy querida en Houston pues en cuanto el tema sonó, muchos cantaron con el corazón–, sonaron en el set del venezolano. Las casi dos horas de show estuvieron llenas de cambios drásticos en la selección musical. Es evidente que a Alejandro le encantan los ritmos latinos, y nos enorgullece, que lo lleve hasta esos límites, donde se combinan de manera preciosa con su conocimiento en tecnología y producción.
Incluso, nosotros no fuimos los únicos que los disfrutamos en primera fila, pues a los costados del escenario azul, pudimos ver a la mismísima Björk en persona, entregándose con sus pasos, al calor del creador de Xen y Mutant. Si tuviéramos que elegir un acto que englobara toda la esencia de este festival, definitivamente ese sería el de Arca, porque como el Day for Night: es joven, moderno, inesperado, versátil, visionario y en ocasiones, fuera de control.
Antes de Arca y en el mismo escenario, otro joven productor nos cautivó con su talento innato. SOPHIE, británico que participó junto con Diplo en la producción de "Bitch I'm Madonna" de la reina del pop, llegó a la tarima para enloquecer a los congregados en su show. Y es que eran varios los que permanecían front row como estatuas, y se emocionaron en cuanto el blanquísimo y pelirrojo joven llegó por fin a su booth, después de varias revisiones por parte del equipo técnico.
Ya en su papel, SOPHIE comenzó a mover aquí y allá en sus mixers y controles. "JUST LIKE WE NEVER SAY GOODBYE" nos recordó a esos juegos de máquinas que encuentras en los centros comerciales del tipo Pump It Up, mismos en los que debías seguir el ritmo de la canción y bailar lo mejor posible con un rango de pasos y colores muy bien definidos. "VYZEE" y "LEMONADE", terminaron de enloquecer al respetable, que estaba formado por personajes usando tonos pastel, ropa transparente y de red, además de glitter en la cara y todas partes del cuerpo.
En el escenario rojo, antes de movernos frenéticamente con la música de SOPHIE, estábamos en un ambiente totalmente diferente con la música de los libaneses Marcel, Rami y Bachar Khalifé, que con todo el respeto posible, nos conectaron con la música de su cultura. Acá cabe destacar que entre el público pudimos ver a varios árabes, que disfrutaban el sonido que estaban escuchando, además de que se mostraban honrados de que personas de otras nacionalidades estuvieran pasando un buen rato con una parte mínima de lo que los forma en tradiciones culturales.
Fue raro cuando llegamos al escenario verde para ver a Blonde Redhead, pues no había gente. Cosa impactante al tratarse de una de las bandas más queridas del lineup. Y cual fue nuestra sorpresa al leer este comunicado en las pantallas:
Con el corazón roto después de tal anuncio, lamentamos que la banda haya perdido su vuelo y tratamos de recuperar ánimos para seguir viendo al talento faltante por presentarse en el festival. A partir de este momento, les relataremos algunos de los actos en orden cronológico, de la mañana a la noche.
En uno de los momentos más locos y prendidos de la tarde, el dúo de Rhode Island, formado por los Brians (Chippendale y Gibson), Lightning Bolt, trajo todo ese noise que nos ayudó a quitarnos el frío, que para esa hora, era estremecedor. "The Metal East", "Dracula Mountain", una tras otra y el slam empezaba. Una voladera de cerebros y cuerpos impresionante.
A pesar de que solo pudimos verlos dos o tres canciones, el psy rock de la banda Uncle acid and The Deadbeats, agitó cabezas de personas que llegaron temprano al festival. Para contarles un poco sobre los asistentes al Day for Night, diremos que había una gran variedad: personajes maquillados de la cara con mucho glitter, botas altas de plataforma, diminutos shorts –aunque este día fueron menos debido a los altos grados de frío–, disfraces de osos, conejos, tigres; máscaras de unicornio y Aphex Twin; playeras y medias de red; muchos zapatos de tacón; hoodies con nombres de bandas, y en general, mucha gente con estilo.
De los primeros actos en presentarse el domingo: Ariel Pink. Haciendo gala junto con su banda de gorros navideños en sus cabezas, el extrovertido músico comenzó la jornada. Un público todavía no muy grande en cantidad, pero que se mantenía en el escenario verde por el calor que el sol de Houston brindaba, acudió a la cita vespertina para ponerse a cantar con él. Evidentemente, "Put Your Number In My Phone", fue el clímax en su setlist.
Tal vez varios de ustedes, fans de Stranger Things, serie original de Netflix, ya conozcan a S U R V I V E. Para quienes no, les contamos que dos de sus integrantes, Kyle Dixon y Michael Stein, están detrás del impactante soundtrack de esta historia. Dicho elemento es fundamental para la serie, que ha sido reconocida a nivel mundial por toda la trama sci fi, la actuación de sus personajes, y obviamente, los sonidos que generan esa atmósfera tan única. Para nuestra fortuna, la banda completa, además originaria de Austin, se presentó en el festival. Junto con Kyle y Michael, Mark Donica y Adam Jones, hicieron entrega de sus trippeados temas, que se llevan a cabo con compleja producción, misma que les ha ganado el apoyo de la crítica de la prensa internacional. "Sorcerer", "Hourglass", y "Omniverse", las canciones campeonas de su setlist. Este es uno de los actos que nos gustaría lleguen a México el próximo año. ¡Imperdible!
Una de las grandes actuaciones del festival entero, Matmos, tomó su puesto en el escenario azul, que como les comentamos en la reseña del día 1, era parecido a los que el festival MUTEK utiliza, pues se encontraba dentro de las instalaciones de la ex oficina postal Barbaba Jordan y gozaba de una arquitectura industrial y fría. M. C. (Martin) Schmidty Drew Daniel, integrantes del dúo, eran desconocidos para muchos de los presentes.
Queremos suponer que muchos permanecieron ahí o se iban acercando, al ver una lavadora en la tarima. ¿Por qué una lavadora? Como bien les contamos en nuestra reseña de su nuevo disco Ultimate Care II: "Matmos ha construido un proyecto cohesionado que se sostiene en una exploración continúa sobre las distintas vertientes del sonido, ya sea desde lo orgánico o lo conceptual". La mejor reproducción en vivo de esto, fue verlos crear sonidos con dicha máquina. Ya sea pegándole o scratcheándola con un cencerro, la dupla comenzó a soltar sonidos que derivaron en el baile y la perdición mental. Lo más destacado de todo, es que este no es un show que pueda llegar a cualquier festival debido a la dificultad de su ejecución, por lo que estamos sumamente agradecidos de poder haberlo presenciado a todo color.
De Mykki Blanco solo pedimos decir una cosa: EL REY DE LA FIESTA. Con temas de su nuevo disco Mykki, el rapero nos puso a todos con la mirada bien afilada para captar cualquier detalle que pudiera ocurrir. Se subió al booth, brincó, bailó, gritó, armó una rueda entre la gente y se alocó totalmente. Es de los shows más enérgicos que pudimos presenciar estos tres días. ¡Lo amamos! Como dato curioso, podemos mencionar que cuando armo su círculo gigante en medio de la pista, un individuo intentó bailar con él, para lo que este respondió: It's my show baby, y vaya que lo fue.
A RZA no le basta con ser parte de uno de los grupos más icónicos del hip hop en la última mitad de siglo, sino que además, este año se reinventó junto con Paul Banks de Interpol, y formaron el dúo llamado Banks & Steelz, mismo del cual incluimos su debut discográfico, Anything But Words, en nuestra lista de los 100 mejores discos de 2016. Su show en el Day for Night, evidentemente contó con éxitos del Wu-Tang Clan como: "Wu-Tang Clan Ain't Nothing to Fuck With", tema en el que invitó a los presentes a hacer el saludo del Wu. Con muchísima fuerza, pudimos notar la buena condición física del rapero, quien a pesar de no ser un jovenzuelo, se mantiene como tal y se mueve por todo el escenario. También habló sobre política, agradeció al público de Houston e invitó a todos a hacer la señal de paz, misma que espera reine en el mundo.
Yukimi, líder de la banda sueca Little Dragon, como nosotros también sintió el clima invernal de Houston, al expresar que a pesar de ser originarios de Suecia, "vaya que hace frío aquí". Enfundada en una sudadera enorme, con un pants y tenis Nike, la frontwoman deleitó a su público con su éxito "Pretty Girls", tema que muchos corearon, pero de la cual ella olvidó una parte –al igual que su entrañable amigo: el pandero–; aunque a nadie le importó, pues supo recuperar la batuta rápidamente. A pesar de ya no ser los jóvenes que empezaron con este proyecto, a la banda se le notan las ganas de entregarse en el escenario. Todos se apoyan entre ellos y puede percibirse la química que los une. Un lindo momento para bailar despacio y dejar de pensar en el viento arrasador. "Shuffle a Dream", también puso al público a cantar.
Finalmente, una recopilación de cosas importantes del festival. El área de foodtrucks estuvo aperradísima casi todo el tiempo, la espera para conseguir una hamburguesa, waffles, hot dogs, tacos, alitas y fajitas de pollo, opciones orientales, comida hindú, o incluso una torta de mole, ¡sí, una torta de mole!, era de entre 40 minutos y una hora. Sin embargo, la calidad de la comida era buena, por lo que no te arrepentías tanto de perderte algunas canciones. La cerveza era Heineken, patrocinador del festival, y costaba 8 dólares. Entre el catálogo de bebidas, también había Red Bull, Strongbow, y vodka servido en latas especiales, que le brindaban un toque de cóctel muy moderno. La mercancía oficial oscilaba entre los 10 y 50 dólares, y podías encontrar desde totes, discos y playeras de Björk, Aphex Twin, Odesza, Chelsea Wolfe, y obviamente del Day for Night.
Ahora, lo no tan bueno. Hubo severos problemas de producción, por ejemplo retrasos en los horarios de actos importantes –esto en verdad entorpecía los planes de quienes ya teníamos un itinerario definido–, fallas técnicas de sonido, un fuerte olor a cañería y borrachera (ya saben cómo huele, ¿no?), y a pesar de que esto no es culpa del festival, el clima que cambió de ánimo durante los tres días también interfirió un tanto con la experiencia. Con todo esto, y en resumen, concluimos que la segunda edición del festival fue un 90% exitosa. Es de destacar que no muchos eventos masivos como este lo logran a la perfección, pero el Day for Night promete convertirse en leyenda, sobre todo por su apuesta musical: combinar artistas súper underground y de géneros experimentales, con otros de la cultura mainstream que a pesar de no tocar géneros comerciales, son bien conocidos en todo el mundo. ¡Esperamos con ansias la edición 2017!