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El color negro se apoderó del paisaje cuando los fieles seguidores de Maynard James Keenan y compañía llegaron a la Cumbre Tajín para disfrutar de un espectáculo que prometía ser una explosión sensorial. Entre rock indígena, una súbita cancelación, actuaciones y visuales delirantes, se llevó a cabo el segundo día de tan aclamado festival.
La noche cargada de estruendosos y alucinantes riffs dio inicio con la presentación de Vayijel, banda de orígen totsotsil que rinde tributo a las tradiciones de su pueblo a través de melodías que narran las leyendas de los habitantes de la obscuridad en los bosques chiapanecos. El público los recibió muy prendido, aunque no faltaron los desesperados que ansiaban la aparición de Primus y Tool.
Se rumoraba que Tomahawk había cancelado, por lo que el turno siguiente fue de Puscifer. Al ver la enigmática figura de Keenan usando una peluca rubia, el público enloqueció emprendiendo un viaje a través del inconsciente del polifacético artista.
Los candentes bailes, además de la sensual y potente voz de la cantante, hicieron de la presentación de Puscifer todo un deleite. “Breathe” fue uno de los temas que más prendieron gracias a las siniestras interpretaciones vocales. La casa rodante y extraños personajes que salían y entraban a escena, haciendo alusión al video “Conditions of my parole”, convirtieron el bizarro espectáculo en una liberación para todos los presentes.
Después de agradecer en varias ocasiones al público de Tajín, Puscifer salió del escenario para que la legendaria banda californiana, Primus, envolviera al parque Takilhsukut con los rasgueos más emblemáticos de uno de los mejores bajistas del mundo: Les Claypool.
Por fin apareció el trío junto a dos enormes astronautas y el escenario se iluminó con tonalidades naranjas y verdosas. Con su encantador acento, Claypool comentó que se encontraban muy emocionados de compartir escenario con Tool. Gracias a Primus, Tajín experimentó las magistrales interpretaciones e improvisaciones del fenómeno de los años 90 que destacó por su mezcla vanguardista de sonidos hipnotizantes. Los músicos jammearon y se entregaron a sus fans con un cariño y respeto inigualable.
La presencia escénica de Primus es memorable; la vitalidad y fuerza de sus integrantes hace que no puedas dejar de observar cada uno de sus movimientos y ser cautivado por sus magistrales interpretaciones. Las neuronas ya se encontraban bastante estimuladas después de tan demenciales presentaciones y lo único que se esperaba era la salida de Tool para que por fin explotara ese cúmulo de emociones.
De pronto, el escenario se vistió de violeta para recibir a la agrupación y comenzar una sugestiva experiencia en la que un atascado conjunto de guitarras, batería y bajeos encendió al público de la Cumbre Tajín. El monstruo se desató mientras que la tensión iba en aumento; resultaba imposible no emprender un viaje a los lugares más recónditos del ser, al tiempo que los lásers de colores y los visuales hacían que todos los cuerpos sudados vibraran en una misma frecuencia.
Todos estaban exhaustos pero seguían disfrutando de las increíbles ejecuciones de Danny Carey, Justin Chancellor, Adam Jones y Keenan. Durante más de hora y media, Tool prendió la cumbre hasta el punto de estallar. Por todo el parque se encontraban fanáticos de Tool que no lograron entrar a la carpa pero, afortunadamente, disfrutaron desde los diferentes puntos del mágico recinto.