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Bahidorá 2023

La magia de Bahidorá nos volvió a hechizar.

Año tras año, El Carnaval de Bahidorá se ha superado, y esta ocasión no fue la excepción, pues la diversidad de actos, actividades, conferencias, exposiciones, talleres y experiencias ha hecho de este uno de los mejores eventos en México para desconectarse del mundo digital y envolvernos entre la naturaleza para conectar con la música, la gente y nuestro interior.

En esta edición, la ampliación del carnaval era notoria, pues tanto el escenario Amate como La Estación estuvieron operando desde la primera noche, albergando actos de house y techno que electrizarían nuestros sentidos.

Las primeras horas de actividad musical dentro del escenario Sonorama corrieron de la mano de Pehuenche, proyecto de Rafael Meza donde rescata la cultura mexicana al componer sus baladas, creando una atmósfera agradable para disfrutar de los rayos del astro rey. Por su parte, los Hermanos Gutiérrez apaciguaron nuestra alma con el sonar de sus guitarras, presentando su nuevo álbum El Bueno y El Malo. Por su parte Yendry traería todo el sabor de República Dominicana y sus ritmos latinos para ponernos a sudar bajo el clima abrasador.

Hermanos Gutíerrez_Bahidorá_David Durán (2)

A lo largo del fin de semana, Foro La Linterna nos brindó una amplia variedad de talleres, ponencias, proyecciones del festival Ambulante y hasta clases de baile, donde el principal objetivo fue consolidar a la comunidad que año con año asiste y se interesa no solo en los actos musicales, sino también buscan ampliar su experiencia a través de todas las actividades disponibles.

La Estación tuvo una notable renovación, pues su decoración con luces intermitentes, colorido entorno y una bola disco sobre el público llenaban de luz y color cada resquicio. Aquí se presentó por primera ocasión Budaya en formato full band, estrenando temas inéditos y teniendo las colaboraciones de Pønce y Pahua, luciendo un gran outfit púrpura combinando perfectamente con el escenario y demostrando todo su talento con gran energía y alegría.

Con un sonido etéreo y envueltos por la penumbra, Mildlife nos brindó una experiencia de otro mundo, donde los australianos se sirvieron de sus enigmáticos visuales, sus voces distorsionadas y sus potentes riffs de bajo para hipnotizarnos con su música. Por su parte, Hiatus Kaiyote derritió nuestros cerebros con su imponente show, en la que Nai Palm brillaba por su talento y la fluorescencia de su indumentaria, a la vez que la complejidad de sus acordes y material visual estremecía nuestra piel en cada transición de géneros y lírica.

Hiatus Kalyoto_Bahidorá_David Durán (3)

Uno de los actos estelares de esta noche fue el de Little Dragon, mismos que nos hicieron bailar a lo largo de un set ecléctico, endulzado por la increíble voz de Yukimi Nagano, y aunque este era uno de las bandas más populares dentro del line up, no logró conectar en su totalidad con la mayoría del público, sin embargo, destacaron la energía impuesta sobre el escenario y el contenido de sus visuales.

El circuito de Arte cumplió cinco años en esta edición, teniendo un enfoque hacia los procesos sustentables y a conectar con nuestro entorno, colaborando además con C de Cultura, proyecto que se enfoca en la creación de puentes y estrategias para un impacto positivo en nuestra dinámica diaria. Castillos de cartón, máscaras distorsionadas sobre los árboles, figuras humanoides entre la maleza, animales gigantes, experiencias inmersivas con fractales y mappings así como diversas pinturas y esculturas a lo largo de las inmediaciones de Las Estacas fueron algunas de las obras dispuestas en esta edición, complementando nuestro recorrido por este paradisiaco carnaval.

La aventura del domingo comienza desde las primeras horas de la madrugada, donde el Amate fue la sede de los sets con mayor intensidad para aquellas almas nocturnas que buscaban bailar hasta el amanecer, siendo el set de John Talabot el que consumiría hasta la última gota de nuestra energía, aumentando los decibeles al máximo para impactar nuestra mente con sus intensos y oscuros beats de techno, incendiando la pista de baile hasta las 6 am.

Luego de descansar de esta intensa jornada, la refrescante agua del río ayudaba a apaciguar la mente, a la vez que la fiesta continuaba en el Asoleadero donde se concentraría la mayor cantidad de gente que buscaba continuar con esta fiesta interminable, sin embargo, aquellos guerreros incansables perpetuarían el viaje de este carnaval gracias a la curaduría de DJ´s que Sunday Sunday preparó este año, extendiendo el goce hasta la madrugada del lunes.

El Carnaval de Bahidorá superó nuestras expectativas, haciendo de esta una de nuestras ediciones favoritas por el notorio esfuerzo en mejorar las propuestas artísticas, así como en la decoración y disposición de espacios seguros para disfrutar al máximo esta experiencia.