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Cynthia
Flores
En esta ocasión, la parte visual no tuvo cohesión con la música, como sucedió en la entrega número 2 en el BlackBerry, donde se pudieron apreciar piezas tanto sonoras como visuales. En el teatro se ofrecieron cuatro conciertos en su connotación más tradicional de la palabra: canciones separadas las unas de las otras, pantallas en las que se proyectaron imágenes que funcionaron como meros adornos por no complementar la música y cuatro propuestas excelentes. Yo sólo podré hablar de tres, ya que causas de fuerza mayor me impidieron ver Organ Mood:
Antiguo Autómata Mexicano: La batería siempre será efectiva para la música electrónica. Desde su inclusión en algunos cortes de Death in Vegas hasta el protagonismo que goza en los también mexicanos Square Root of Pi, la batería le entrega una fuerza muy peculiar a las consolas. El trío Antiguo Autómata Mexicano cuenta con una. Sus sonidos digitales gozan de una limpieza muy disfrutable, y el instrumento “análogo” se les une poniendo matices muy bailables. La participación de los Antiguo Autómata Mexicano fue corta, pero efectiva.
Sun Araw: El californiano Cameron Stallones abrió con “Like Wine”, corte de su más reciente disco The Inner Treaty. La participación de Sun Araw fue particularmente difícil. Para ser más específico, no es música que uno escuche todos los días. Y esa complejidad, para nada emparentada con la pretensión, fue para mí de las participaciones más brillantes del A/VISION 3. Cameron Stallones propone una nueva forma de reggae, y renovar un género es todo un logro.
Laurel Halo: Con muy pocas consolas y un estilo elegante, casi matemático, la estadounidense Laurel Halo elaboró un live act que yo me atrevería a definir como preciso. Ningún minuto le sobró o le faltó. El público la escuchó con especial atención, y fue muy celebrada.
El conjunto de los A/VISION fue por demás productivo para el espectador: experimentar de una manera distinta los conciertos invita a pensar con un poco de más detenimiento a la música. El MUTEK ha terminado, y es también un festival en el que los asistentes se nutren, ya que se tiene la oportunidad de conocer nuevos talentos en vivo. Por lo menos, sé que yo lo hice.