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La única cita que recuerdo de aquella biografía de Bob Marley decía que “una cosa buena que tiene la música es que cuando llega, te olvidas de los problemas”. Aunque a veces me retuerce el interior al compararla con esas letras de un profundo significado. Sea como sea, bendigo que su esencia se esté permeando después de tantos años. A tal grado que vemos en nuestros tiempos el surgir de nuevos talentos que portan el estandarte de la música reggae. Y sabiendo que el negocio musical se está estacionando en aquello que, justo, genera ganancias más que talento nato. Por esa razón, en esta ocasión presentamos una top de nuevos exponentes de la música rastafari; un género musical que engalana las raíces de este característico sonido y poder auténtico.
La panameña Daphne, muy desde su base, porta con orgullo 20 años de trayectoria. Que si bien es cierto le ha costado esfuerzo resaltar tal aguante, al día de hoy brilla con su reggae romántico. Con un style diverso, que no pierde su ritmo tropical, Queen’D tiene en su repertorio sencillos que respaldan su estilo en pro del amor, la libertad y causas sociales.
En el 2015 surgió su primer proyecto independiente, Memores y desde ahí no se ha detenido. Ahora sale al mundo con cuatro sencillos con reproducciones en plataformas de gran admiración; no en vano la respalda su padrino musical, I-Locks Labbe, fundador y líder de la banda chilena Gondwana.
Sus temas abrazan una letra potente, de fuerza y resistencia. Transmisora de amor y de fe, de esa música que promulga esperanza. Al parecer para Queen’D su principal arma musical para la guerra de las injusticias y desigualdades es su voz metódica y suave. La lentitud de su balanceo vocal se acomoda con claridad en cada track que sus canciones suenan.
Actualmente se localiza gestando una nueva entrega con diversas maneras de satisfacer el reggae, una fusión de diferentes estilos y culturas. Sin embargo, por el momento podemos envolvernos con uno de sus sencillos mejor recibidos: “Un milagro”, una colaboración con Salvador Zepeda publicado el pasado 2020.
Dicen que esta banda nace en Monterrey, N.L., pero diversas entrevistas presumen de músicos de distintos estados de nuestro país. Sea como sea, es sensacional sanar nuestro reggae con exponentes locales. Ellos son Viento Roots.
Con un currículum de más de siente años de trayectoria, estos músicos cargan en su expediente una tanda de tres materiales discográficos (2013, 2017, 2018) y cinco sencillos complacientes. Álbumes que contagian el movimiento inconsciente que su música provoca.
La alineación esta comprometida con 11 músicos que despachan un estilo auténtico dentro de la normalidad del reggae. Artistas que, dicho está de paso, han sido (solitarios y como banda) teloneros de tremendos exponentes de reggae latino como Cultura Profética, Dread Mar I, Fidel Nadal o Pablo Molina. Es clara la referencia de éstos en sus creaciones musicales.
Si bien es cierto lo complejo que suele ser el despojarse de las bases del reggae para con ello proponer una “nueva manera de hacerlo”, Viento Roots ha conseguido diferenciarse gracias a la novedad de su percusión discreta pero sonante, con el coreo que se revienta como segunda voz y el jugueteo de teclados (sintéticos por momento) y trombón.
Así bien, ya pintada la línea de su estilo, Viento Roots juguetea con frecuencias y versiones. Pero también con letras que abren la conversación en temas del romance, de lucha y fuerza, así como propuestas para generar una mejor vida para todos aquellos que respiramos. El ejemplo más claro es su última propuesta titulada “Mi bendición”, publicado en 2021 como su más reciente sencillo; un track que se escucha con suavidad, como un coro de amor.
Si te encuentras en busca de las raíces, he aquí donde debes recorrer. Amoy Evans, la jamaiquina-canadiense que se reconoce como Ammoye es una nueva promesa del reggae global. Sus cinco veces nominaciones al premio Juno respalda mi plegaria.
Desde el 2013 fue galardonada por primera vez por su sencillo “Radio”. Al día de hoy podrás localizar sus cuatro materiales discográficos en donde, divinamente, cada uno refleja una esencia diversa y al mismo tiempo leal a su estilo.
Con una personalidad primorosa, Ammoye entrega en su propuesta el regreso a las raíces del género, respetando los beats y sonidos tradicionales que nos recuerdan a la segunda y tercera ola de grandes exponentes musicales. En su repertorio recorre influencias naturales, de la vieja escuela, con sonidos desde rocksteady, el dancehall, el dubstep hasta el soul o el R&B.
En su acotada trayectoria ha conseguido brindarnos cuatro álbumes característicos. El más reciente, Water, publicado el pasado 2021. Aunque siendo honesto, su mecanismo de lanzamiento por sencillo le ha resultado más galante; principalmente por el compromiso musical que se refleja en la continuidad constaste.
De sonrisa carnosa, con mirada firme que es fortalecida con un piercing en la ceja derecha, y acompañada de una caballera esponjada de color rubio-castaño, Ammoye es una de las voces más poderosas del reggae music actual. Lo más reciente, “Count On Me”, un remix publicado en abril de este año oferta una mezcla de las raíces de su influencia, en esta ocasión acompañada por Natural High Music.
Aunque sé bien que el 2007 fue hace más de 20 años, puedo sentir como cada año que comienza es un nuevo lanzamiento de Takana Zion. ¡Un crack en toda la expresión!
Proveniente de África Occidental, Takana llega al mundo del reggae con letras que transmiten su angustia por la desigualdad y la injustica en su país y el resto de los continentes. En alguna entrevista delató cuando descubrió a Peter Tosh, y al día de hoy se vibra su referencia musical que lo despertó.
Su primera entrega fue en el 2007, Zion Prophet, un trabajo de estudio que mantiene complejidad y esfuerzo, principalmente por el entorno que se vivenciaba en esos momentos. Al día de hoy lo solventan 10 materiales discográficos que, no está de más mencionar, han sido contantes en tiempo y espacio.
El emblemático Takana respeta el mensaje que el reggae representa. Su esencia, física y musical, transmite el ideal que enfoca la raíz de la música, más aún si incluye influencias africanas y de culturas aledañas. Su estilo y sonido se ve acompañado como un innovador rastafari que desea proponer una manera distinta de sonar, no de hacer, el ritmo rasta. Sus dreads y el acento marcado en cada coro que promulga, son solo un ejemplo del sonido que propone. Su canto abre rumbos en las ramas del género, pues en un solo track podrás localizar ecualizadores de dub, off-beat y soul.
La manera en la que retoma la escena musical de reggae se encuentra en su material más reciente, Human Supremacy, publicado en 2021. Un disco que involucra 11 tracks, como un arcoíris de diversas propuestas para hacer mover las venas sonorizas; tan solo llega a él, da play en “Babylon Wicked” y permite que te cuente historias sorprendentes.
Dicen que su nombre remplazó el que le dio su padre, el lejano Chronicle. Ahora Jamar Rolando McNaughton se da a conocer como Chronixx y presenta una promesa de reggae más fresco y musical; con canciones de eléctrico baile y de sonido emocional. Su música hace el esfuerzo de colocarse en el style de Alboroise, Jesse Royal y Dre Island. Si bien es cierto que su intento de generar letras en pro de la libertad y la negativa a la guerra, su lírica es tan bohemia que se pierde el esfuerzo de resistencia en tu romantic style más suave y emotivo.
Este mismo músico desató su popularidad cuando su nombre se incluyó en las listas de Billboard del top Reggae Albums en 2014. Así fue avanzado en su triunfo artístico al ganar el mismo año el premio al artista cultural del año en los premios Linkage en N.Y. Las premiaciones y triunfos obtenidos son el esfuerzo que disfrutan sus más de 2.3 millones de oyentes mensuales, según Spotify.
Con tres álbumes difundidos entre 2014 y 2019, aunado a su fila de sencillos publicados elocuentemente, Chronixx se acerca a las nuevas generaciones con un sonido más adaptado, con mayores mezclas de géneros que no se enfrascan en un ritmo tradicional. Sus temas son formulas que arroja a la masa como levadura, buscando rasgar rincones donde el reggae no ha experimentado, como la mezcla con tornamesas, un rap más marcado o sonidos que cae en el house, el pop y el acústico rítmico. Una muestra de ello es su última entrega: “Never give up”, lanzando en abril de este año como un su más reciente sencillo. Un sonido libre, holgado, sin prejuicio, pero con un poder acomodado en cada acorde.
Bob tenía razón, la música ayuda a despejarnos de los problemas. Y aunque las mismas letras transmiten la realidad en diversas partes del globo, es emotivo saber que aún hay talento que se esfuerza por comunicar, reforzar y endulzar con estos sonidos. Justo esa peculiar lentitud en el tempo del skank.
Sin duda afuera, en calles como en las que camino ahora, se encuentran más figuras que representan el nacimiento de este precioso género; marginado, acotado y selectivo como su propio significado, pero sumamente enriquecedor, cultural y lo más importante: inmortal. El reggae no se recomienda, se comparte. Así que, rasta-family, te lo comparto.