Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Recién terminado el mes del orgullo, hoy más que nunca se enfatiza la proyección de la sociedad acerca del respeto a la diversidad y, sobre todo, de la inclusión, la tolerancia y la equidad para generar un ambiente idóneo para compartir en sociedad. La vida cotidiana visibiliza la necesidad imperiosa de abrir espacios de diálogo y exposición para mujeres que se dedican a realizar actividades referentes a la industria musical y el arte, pues silenciar a la mujer ya no es viable y la búsqueda por el derecho a expresarse toma fuerza, al igual que lo hace el del hombre.
Un día icónico para el sexo femenino es el famoso 8M, ‘celebrando’ el Día Internacional de la Mujer, con marchas y eventos que nos hacen vivir en una falacia cada año; la cuestión es pensar si tal movimiento es parte de una revolución o es simplemente un espejismo del ideal para el papel de las mujeres dentro de la sociedad. No a tema de debate es que se abren estos espacios para dar voz a aquellas mujeres que buscan ser parte de la industria y no lo logran, pero, ¿qué tan importante es abrir espacios nuevos de exposición para las mujeres? Parece que el empuje por la libertad de expresión está abriendo una válvula de escape para las nuevas generaciones.
Aquí mismo hemos sido parte de eventos, llenos de mujeres, que han sido un elixir para la audiencia. Recordamos el Festival Ruidosa (2016), que fue un evento único y literalmente, irrepetible, pues en su única edición en el CCEMéx, contó con mesas de discusión de cantantes como Jessy Bulbo y showcases de mujeres importantes en el rubro; un evento de bajo perfil, que juntó a las personas adecuadas con un mismo objetivo: confirmar la importancia de las mujeres en la industria del entretenimiento; de nuevo, el concepto de equidad es la constante; Grrrl Noise (2018) fue otro evento que, con mayor producción y presupuesto, abrió el espacio para mujeres de renombre como Cat Power, poniendo de manifiesto que la equidad que se busca no es solo nacional.
Este año se realizó en el Centro Cultural de España en México (CCEMéx) la segunda edición del Encuentro Iberoamericano de Mujeres en la Industria Musical (EIMIM), que nació de la iniciativa de El Colibrí Agencia Cultural y Jengible Music & Management, dos agencias dirigidas por mujeres; la meta clara del encuentro era crear un espacio para la reflexión de problemáticas en el ramo, con el objetivo principal de impulsar a jóvenes artistas y emprendedoras, para crear vínculos y potenciar la metamorfosis; dentro del encuentro, subnombrado Comunidades en Equidad, se facilitó la inclusión a través de conferencias, clases magistrales, showcases y demás actividades que, durante los tres días de duración, logró consolidar una plataforma de sinergia.
El evento fue bien aceptado desde su primera edición en 2019; para 2023, busca mantenerse vivo y parece necesitar respiración de boca a boca; la propuesta del EIMIM es clara: invitar a los interesados a formar parte de una comunidad musical en México, con donaciones voluntarias a través de PayPal para seguir realizando actividades y a cambio ofrecer que, con aportaciones de a partir de $100 MX, se recibirán suvenires o descuentos en próximas actividades del propio EIMIM; de fuera, parece una propuesta interesante, algo similar al crowdfunding, que busca recolectar recursos para generar nuevos contenidos, con la premisa de no olvidarse de aquellos que permitirán la realización de un todavía lejano Encuentro Iberoamericano de Mujeres en la Industria Musical (EIMIM) 2023.