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Cuando una banda publica una canción, puede que tengan un objetivo o ciertas pretensiones, pero nunca se sabe lo que va a suceder y no es algo que puedan controlar. No tienes poder sobre tu fama y tampoco no puedes hacer nada si la gente malentiende o altera tu mensaje. Compartir tu música es dejar tu trabajo en las manos de todo público, para bien o para mal.
Un 11 de junio de 1982, The Clash publicó "Rock The Casbah", el segundo sencillo de Combat Rock. Para ese momento, la banda ya tenía una carrera estable en el Reino Unido e incluso figuraba en las listas de Estados Unidos, pero a pesar de eso no se les podía considerar como parte del mainstream.
La canción hablaba sobre el dictador Ayatollah Khomeini y su prohibición de la música rock en Irán. La idea era simple, hacer una sátira de los gobiernos del medio oriente que decían cuidar a los ciudadanos de la decadente cultura occidental. Sin embargo, el grupo jamás pensó que este sería un tema casi maldito y el que más conflictos les causaría.
Hubo dos asuntos que molestaron Joe Strummer: la fama y el dinero que generaba; y tiempo después que la canción fuera usada para bombardear a Irak durante la guerra del Golfo.
The Clash logró llegar por primera y única vez a los primeros 10 lugares en Estados Unidos con "Rock The Casbah", fue el tema más grande y exitoso en la carrera carrera de los británicos e incluso en su momento superó a "Should I Stay Or Should I Go", tema con el que ahora son conocidos por las nuevas generaciones. Suena absurdo que alguien tenga problema con la popularidad y sus beneficios, pero Strummer llevaba detrás de él la filosofía punk y no le gustaba hablar de rebeldía mientras ganaba millones. El conflicto fue tal que Joe pensó seriamente dejar al grupo.
Lo siguiente ocurrió años después a principios de los 90 cuando Estados Unidos y su coalición de las Naciones Unidas invadió y bombardeó sin cesar a Irak por su invasión al estado de Kuwait. Los soldados estadounidenses tergiversaron el mensaje de The Clash y lo convirtieron en el himno de la fuerza norteamericana. Aunque Joe Strummer ya estaba trabajando en solitario, la noticia de que las bombas tuvieran escrito "Rock The Casbah" le afectó bastante.
En 2007, en el documental Joe Strummer: The Future Is Unwritten, un amigo suyo de Granada dice que Strummer lloró cuando escuchó que la frase "Rock the Casbah" estaba escrita en las bombas que iban a ser detonada en Irak.
La música es libre, esa es su naturaleza, no podemos impedir que a alguien le guste cierta canción ni tampoco que la usen o la canten. Así como un Donald Trump puede usar a The Rolling Stones, un hombre pacifista como Strummer termina siendo parte del "soundtrack" de una guerra. Lo único que podemos hacer es contar las historias y esperar que se respeten los ideales del artista.