Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Raining blood
from a lacerated sky
bleeding its horror
creating my structure
now I shall reign in blood
Nunca juzgues un libro por su portada, reza un viejo adagio, pero al observar detenidamente la imagen que simboliza el disco Reign In Blood sabemos que estamos condenados a viajar no en 9, sino en 10 círculos del infierno. Cual odisea de Dante, la bienvenida al viaje sangriento la da Josef Mengele en las puertas del campo de concentración de Auschwitz convertidas en cenizas. En su papel de “Angel of Death” nos describe sus cruentos experimentos con seres humanos y se autoproclama monarca del reino de la muerte.
“Piece By Piece” para enmarcar la diferencia entre Slayer y demás bandas cuyo crisol se centró en el área de la bahía de San Francisco: velocidad, crueldad, mutilaciones, un tempo de 210 beats por minuto sin pausas, sin solos épicos, sin coros para cantar en un estadio repleto. Ante nuestros ojos se cierne un altar de sacrificios, Jesús puede salvarnos pero está ocupado atendiendo otros asuntos.
Bajo el mando de Rick Rubin en las consolas, la voz de Tom Araya parece más un rictus salvaje que solo gritos sin sentido. Dave Lombardo emulando una pesada artillería con la batería y maquilando un nuevo modo de ejecución que sería imitado pero jamás igualado por muchos bateristas. Kerry King y Jeff Hanneman predicando la difusa verdad entre filosos bends y riffs que terminarían inspirando a una nueva generación de bandas: “Escucha “Domination” de Pantera y está totalmente inspirada por Slayer”, refirió Phillip Anselmo al respecto del legado de los 4 jinetes del apocalipsis. Es bien sabido que Kerry King y Dimebag Darrell llevaban un lazo de mutuo respeto, amistad y shots de Jägermeister, misma bebida con la que brindó Kerry en honor al fallecido Hanneman en la entrega de los Revolver Golden Gods Awards del año 2013.
Con títulos de canciones como “Criminally Insane” era obvio que el material encontraría trabas para su distribución comercial, aun así, Reign In Blood es catalogado como uno de los discos más importantes de la historia del metal y artífice de varias de sus vertientes más brutales. Después de tantos círculos que nos envuelven en una espiral de ocultismo, el gran final llega en forma de lluvia de sangre para dejar de manifiesto el salvajismo instrumental que controla el movimiento de nuestros cuellos, la taquicardia cerebral, el reflejo de un mundo enfermo y la catarsis que resulta ser para aquellos ávidos de furia estos 28 minutos y 56 segundos de una travesía dantesca, como bien lo mencionó Scott Ian de Anthrax: “Slayer hace el soundtrack del infierno”.