Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
En el siguiente texto intentaremos aproximarnos al uso del adjetivo más adecuado para describir a uno de los personajes más únicos, originales y espectaculares dentro de la música del s. XX. Su música y personalidad fueron tan poco comunes que necesitamos llevar a cabo un análisis para tener precisión al momento de enunciar el adjetivo correcto que describa al genio Juan García Esquivel.
Antes de ahondar es necesario hacer una breve introducción sobre quién es este individuo de quien hablaremos. Juan García Esquivel nació un 20 de enero de 1918 en Tampico, Tamaulipas. 10 años después se mudó con su familia a la Ciudad de México. A los 14 años ya había aprendido a tocar piano de manera autodidacta y ya trabajaba en la XEW. Al paso de los años se convirtió en uno de los compositores de mayor renombre de México ya que junto a su orquesta, interpretaba inusuales y exóticos composiciones y arreglos. Ingeniero eléctrico como profesional y músico arreglista como autodidacta, Esquivel emigró a Estados Unidos en donde trabajó para RCA Víctor, Universal, Reprise y otros prestigiosos nombres que añoraban que el genio tamaulipeco estuviese en sus filas. Hoy en día se le conoce como “El Padre de la Música Lounge y del Space Age”, y enero es el mes en el que celebramos su natalicio y fallecimiento.
Pero, ¿Por qué este personaje es importante? ¿Por qué lo podemos considerar como un genio de época? Ayudémonos de los siguientes adjetivos para comprender al incomprensible Esquivel.
Futurista: Los años en los que Esquivel tuvo su auge eran los mismos en los que se fantaseaba sobre cómo sería el futuro. Naves espaciales, gente que vive en la Luna, los Supersónicos con sus coches voladores, etc. Parte de ese futurismo también permeaba en la música y Esquivel fue pionero con ayuda de sus instrumentos electrónicos como el Theremin, además de jugar y experimentar con los caprichos que el sonido podía ofrecer al mezclarlos. Era un perfeccionista y exigía que las grabaciones fuesen impecables, por lo que era necesario que cada track se grabara en múltiples ocasiones, situación que ponía a las disqueras en jaque pues eran sesiones muy costosas. Eventualmente Esquivel perdió recursos ya que a la industria le parecía no muy cuerdo lo que él proponía, y es que las técnicas de grabación y maneras de trabajar de Esquivel no eran de esa época, eran de un futuro en el apenas hemos iniciado a comprender.
Innovador: La música mexicana o tropical jamás se imaginó tener una fusión de futurismo a tan pronta edad. Lo que Esquivel hizo fue tomar ese sonido exótico de la música latina y agregarle arreglos explosivos, estereofónicos y espaciales. Además sus técnicas de grabación eran oro puro para esa tan mencionada estereofonía que apenas nacía. Para su disco Latin-Esque (1962) lo que se hizo fue poner a dos orquestas diferentes en dos estudios distintos tocando al mismo tiempo para que se pudiera grabar por separado a cada una y ya en el estudio juntarlas y lograr la estereofonía, eso nadie lo hacía. Gracias a esta clase de innovaciones, las marcas de equipos de sonidos caseros regalaban discos de Esquivel para que la gente pudiese escuchar y comprender qué era la estereofonía, algo que para la época era sumamente nuevo.
Egocéntrico: Siempre vestido con los mejores trajes, bien peinado y con esos característicos lentes de pasta gruesa. Le gustaba ser el centro de atención; no permitía que sus músicos le quitaran la vista de encima durante los shows pues él comandaba a todos. Si alguno se distraía y él los pillaba, Esquivel les dejaba una nota en su casillero que decía “No me estuviste viendo, más cuidado para la próxima”.
Improvisador: Es sabido que Esquivel tenía la capacidad de improvisar su música tanto al momento de interpretar como al momento de componer. Cuando trabajaba en la XEW en los años 30, tocaba el piano para programas y comerciales (recordar que los comerciales se hacían en vivo); a pesar de que ensayaban, mucho de lo que tocaba era mera improvisación del momento. También músicos que estaban en su orquesta han relatado que el tamaulipeco horas antes de un show solía repartir pentagramas para escribir notas musicales que tenía en su mente, los resultados eran muy locos para la audiencia.
Ambicioso: Esquivel estudió ingeniería eléctrica, pero no ejerció pues nunca le dejó el dinero que él hubiese querido. Cuando logró migrar a Estados Unidos encontró su lugar en Nueva York, Los Ángeles y Las Vegas; en esta última, ofrecía espectaculares shows para abrirle a Frank Sinatra en el Hotel Stardust, cada semana ganaba 10,000 dólares. Más allá de la ambición monetaria, sus ideas al momento de grabar en el estudio atrajeron la atención de los mejores músicos de orquesta del momento, mismos que deseaban ser parte de su conjunto pues representaban nuevos retos ya que lo que Esquivel les pedía tocar y de qué manera, nadie más lo hacía.
Incomprendido: Las disqueras a veces no entendían lo que Esquivel quería. En México no encontró cabida, le quedaba ya muy pequeño por lo que tuvo que migrar a Estados Unidos para poder desarrollar su sonido como él deseaba. Aún así a su regreso a México a final de los 70 fue contratado en Televisa para hacer el soundtrack de Odisea Burbujas, mismo que también resultó tener un sonido inusual.
Tal vez Esquivel debió existir en una época en la que la tecnología estuviese más adelantada para poder alcanzar su sonido deseado, aunque gracias a que no fue así, nos dejó su legado para trazar ese camino rumbo al futuro desde un perfil meramente latino. Su música es tan extraña, rara, original y única que es difícil quedarse con un solo adjetivo para describirlo. La conclusión en este texto es que estamos como iniciamos, sin poder encontrar la descripción adecuada para explicar algo tan complejo. Tal vez algún día lo concluyamos, un día en el que nos reencontremos en otros mundos, o en otros sonidos.