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Nfts y el origen de la propiedad digital

Nfts y el origen de la propiedad digital

15/Feb/2022

Descentralizándolo todo.

A pesar de haber compartido nexos cercanos con la banca casi toda mi vida, ella y yo nunca nos hemos entendido. Desde que empecé a hacerme “cargo” del dinero que tengo o no tengo en la cartera siempre me he sentido intimidado por los bancos, los siento como el bully que en la escuela llegaba a quitarte los pesos que traías para el lunch cinco minutos antes del recreo. El compañero de clase al que empezó a salirle barba desde quinto de primaria y al que prefieres no cuestionar sino obedecer por miedo a que te ponga en su lista negra. Una figura de autoridad a la que le entregamos nuestra mesada y ante la que nos sometemos no por respeto o confianza sino porque sabemos que de ellos depende de alguna forma nuestro bienestar en un futuro no muy lejano, por eso queremos tenerlo como “amigo”. Uno nunca sabe cuándo puede necesitar un préstamo para producir un disco o comprar una casa.

Tal vez por ser músico y vestirme con ropa cómoda, pero vieja, nunca he recibido el mismo trato atento y cordial que reciben de parte de estas instituciones mis cocuentahabientes que se ponen saco y corbata de lunes a viernes. Por alguna u otra razón llevo más de 20 años lidiando con instituciones que me hacen sentir intimidado. ¡Pero ya no más! Hace aproximadamente un año me di cuenta de que ya no tengo por qué seguir lidiando con este tipo de sentimientos. Hay un universo paralelo con muchas más opciones que se llama Crypto, es complicado y está lleno de acrónimos como NFT, WAGMI y TVL , pero en él todos podemos proteger y hacer crecer nuestro dinero del lunch de muchas formas diferentes sin necesidad de lidiar con el bully. Es un universo que nos conviene a todos, sobre todo a los artistas. Los NFTs y la descentralización de las finanzas nos pueden liberar y nuestras carreras podrían dejar de estar en manos de grandes oficinas que se aprovechan de nuestra naturaleza contemplativa para quedarse con una rebanadota del pastel.

Para poder entender a fondo qué es un NFT y cómo la tokenización y el uso de cryptomonedas nos ofrecen grandes áreas de oportunidad, hay que darnos un momento para analizar de dónde viene esta necesidad de retomar la custodia y el control de lo que consideramos valioso. No digo que el sistema tradicional no siga teniendo mucho valor, quiero que quede claro que: Creo firmemente que un NFT nunca va a sustituir la emoción de ver el Guernica de Picasso en vivo y que un concierto en un metaverso nunca va a ser lo mismo que uno en un estadio de fútbol. Pero es como si nuestra vida empezara a vivirse en otra dimensión en la que tenemos más poder sobre nuestro mundo. De alguna forma los creadores del valor estamos recuperándolo de manos de quienes sólo lo acumulaban y malgastaron durante siglos en nuestro nombre.

Somos una generación que en los últimos 15 años ha vivido más cambios tecnológicos que los que todas las generaciones anteriores experimentaron a lo largo de toda su vida. Si pensamos en cómo nos divertimos, nos movemos y comunicamos hoy en día, y lo comparamos con cómo lo hacían nuestros papás o abuelos, parece como si fuera de siglos enteros la brecha generacional entre ellos y nosotros. El mundo se ha transformado drásticamente y somos muy afortunados al ser testigos presenciales de ello. Con el nacimiento y adopción masiva del Internet a lo largo de tres décadas el mundo ha vivido una revolución que le permite por primera vez a las personas compartir e intercambiar información alrededor del mundo, formar comunidades de desconocidos con intereses similares y organizarse para cumplir objetivos comunes (desde mi punto de vista este acercamiento social es una de las aportaciones mas importantes que Internet le ha hecho a nuestra historia). Gracias al nacimiento de una red en la que se puede tener acceso a prácticamente cualquier tipo de información, la humanidad va migrando lentamente de una forma de pensamiento centralizada, en la que sólo un pequeño grupo de poderosas personas tiene acceso al conocimiento y la información (ellos son quienes toman las decisiones y mantienen bajo control a la mayoría del pueblo que vive confiando en que los elegidos tomarán las “mejores” decisiones para todos usando esa información privilegiada) a buscar sistemas más descentralizados en los que cada integrante de la comunidad influye en cada decisión que se toma. La sociedad cada vez está menos dispuesta a no ser partícipe en la toma de decisiones que afectan su vida y ser sólo un producto que le genera valor a los que están hasta arriba de la pirámide.

Las valuaciones de miles de millones de dólares a compañías como Google, FB (ahora Meta) y YouTube también nos han hecho conscientes de que nuestro tiempo, información y preferencias de consumo valen mucho y que hay marcas dispuestas a pagar millones por esa información ¿No crees que deberíamos ser nosotros quienes dictamos las reglas del juego y moldearán a las marcas en lugar de que ellas nos moldeen a nosotros? O ¿Por qué debemos vivir preocupados por la inflación, endeudados con el banco, mientras nuestro dinero ahorrado pierde valor como consecuencia del mal manejo de un gobierno o sistema financiero? Hay un gran problema con el modelo centralizado y es que no se preocupa por las pequeñas partes del sistema, sólo busca el beneficio final del sistema completo. Trata de exprimir todo lo que puede de sus órganos independientes y se beneficia del talento, creatividad y trabajo de los “Average Janes and Joes” que hacen posible que exista “el Mercado”. Nos convierte a todas las personas de a pie en camarones tratando de sobrevivir en un mundo de ballenas y tiburones. Esta forma de organizar personas se ha probado de distintas formas a lo largo de nuestra historia, la hemos conocido con el sobrenombre de monarquía, imperio o dictadura. Las democracias son también, aunque en menor nivel, un sistema centralizado de poder.

El constante fracaso de la centralización y la forma en la que la tecnología ha por así decirlo “achicado al mundo” han dado pie a que muchas mentes brillantes se embarquen en la exploración de la forma contraria de manejarnos: La Descentralización. El mundo es una red en la que todos estamos comunicados y cada persona con acceso a internet somos los nodos que la formamos. Si somos nosotros quienes hacemos la red ¿Por qué no podríamos ser también dueños de ella? ¿No deberían todas las partes decidir en conjunto lo que es bueno para el sistema?. La descentralización es una forma de devolverle el poder a quienes lo generan, es replantear la forma en la que definimos el valor de las cosas y la manera en la que entendemos los derechos de propiedad. Un sistema descentralizado es mucho más justo y accesible para todos.

Vivimos en un tiempo en el que cualquier persona que quiera convertirse en físico matemático y tenga una computadora con conexión a la red pueda lograrlo (la cosa nunca es tan simple, pero es un decir), Internet nos ha dado muchos beneficios intelectuales y sociales pero ahora se ha convertido en la herramienta detonadora de la revolución financiera, económica y artística que se nos está viniendo encima: Vemos cómo se transforma nuestra forma de adquirir objetos de valor (Amazon, OpenSea.io), de ahorrar (Anchor, AAVE), de pagar (Paypal), de viajar (Airbnb), de distribuir contenido (YouTube, Aioz), de crear e interactuar con el arte (fxhash.xyz, solesa.oi), de formar comunidades (Meta, BBS), escuchar música (Audius, Spotify)... Todo está cambiando ante nuestros ojos. A partir del nacimiento de monedas digitales que sí funcionan (Bitcoin, Satoshi Nakamoto, 03 Enero 2008) y la “Tokenización” de activos utilizando tecnología blockchain (NFTs) una parte de la sociedad empieza ya a vivir en un sistema descentralizado con miles de opciones iguales para todos. Hoy en día podríamos decir que hay varios juegos y nosotros podemos escoger cuál queremos jugar y al escoger jugarlo tenemos el derecho de influenciar las reglas. Desde videojuegos que utilizan elementos únicos que se pueden cambiar por dinero convencional o servicios financieros online que ofrecen rendimientos a sus inversionistas 10 veces mayores que los de la banca tradicional, hasta plataformas de streaming que les pagan 95% de las regalías a sus creadores o metaversos en los que avatares se reúnen y ganan tokens por aprender o ver videos de nuevos productos. A pesar de que el cambio ha sido online, el momento histórico que estamos viviendo nos ofrece una nueva forma mucho más real de asignarle valor a las cosas.

Yo me considero un nuevo pero entusiasta miembro de este movimiento, estoy apenas descubriendo todas las posibilidades que se me ofrecen como artista, emprendedor e inversionista en el mundo On Chain, últimamente paso la mayoría de mi tiempo tratando de entender plataformas como Audius.com, Sound.xyz y Opulous.org, que nos dan la opción de recibir préstamos y mejores pagos por nuestro arte sin sacrificar la propiedad intelectual de nuestras creaciones. Quiero aprender y conocer a fondo este nuevo y complejo mundo de tokens, NFTs, Mints y protocolos. También a lo largo de este camino de descubrimiento quiero contar mis experiencias, porque si algo hay cierto en el mundo Crypto es que todo es incierto. En este último año he ganado, perdido, minteado, stakeado, comprado, vendido, me han estafado y he aprendido. Quiero aprovechar este espacio para poco a poco ir compartiendo este camino de descubrimiento con ustedes y que así cada uno de nosotros pueda ir escogiendo el juego que quiere jugar. Poco a poco he ido descubriendo que el camino de la libertad creativa podría estar mucho más alineado con el de la libertad financiera de lo que creemos, ahora depende de cada uno cortar las cadenas que nos mantienen amarrados a un viejo sistema que durante años se ha beneficiado de nosotros.