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La vida del cantante británico siempre ha sido una especie enigma, pero debido a su difícil personalidad, su años antes de The Smiths han causado gran fascinación entre sus seguidores más entusiastas. Hace tiempo, el músico dejó ver parte de su niñez y adolescencia en su autobiografía, y recientemente se estrenó una biopic, la cual acaba de llegar a cines mexicanos. Pero parece que para este filme hay que llegar preparados, es por eso que te presentamos algunos detalles de los primeros años de Mozz.
Steven Patrick Morrissey creció en los suburbios de Stretford, en Manchester. Hijo de un guardia de hospital y una bibliotecaria, lo que le daba facilidad y acceso a una gran cantidad de libros. El músico tuvo una estrecha relación con su madre, y un acercamiento casi nulo con su padre, quien finalmente se fue de su casa y se alejó de su familia cuando el cantante cumplió los 17.
El interprete siempre fue muy temperamental e introspectivo desde su niñez. Según sus declaraciones, hasta antes de cumplir los 16, nunca había conocido a nadie en realidad, jamás había tenido un amigo. Toda su interacción era con sus compañeros de escuela.
Después de terminar abruptamente con sus estudios, el cantante cuenta que pasaba semanas dentro de su casa, sin salir siquiera de su cuarto. "No había sentido de frivolidad en mi joven vida, nunca. No había nada como volverse loco, emborracharse o ir a la playa. Todo en mi vida estaba irremediablemente premeditado", como mencionó durante una entrevista en 1988.
Morrissey pasaba días leyendo, escribiendo poesía, escuchando música y viendo mucho televisión. Sus autores favoritos eran Oscar Wilde, Charles Dickens y Goethe, aunque también era admirador del trabajo de Truman Capote y las escritoras feministas Susan Brownmiller y Molly Haskell. También idolatraba al actor estadounidense James Dean.
En 1991 el interprete confesó. "La música pop era todo lo que tenía, y estaba completamente entrelazado con la imagen de estrella. Recuerdo sentir que la persona que cantaba estaba realmente conmigo y me entendía a mí y a mi problema. Muchas veces me hacía sentir que estaba involucrado en una historia de amor absolutamente tangible". Entre sus cantantes predilectas estaban Sandie Shaw, Marianne Faithfull, Francoise Hardy y The Marvelettes, aunque también sentía gran afición por Bryan Ferry de Roxy Music, Ron Mael de Sparks, Iggy Pop, Lou Reed y la poetiza del punk, Patti Smith. Pero su banda preferida era The New York Dolls, de hecho en los setenta fue presidente de su club de fans y hasta publicó un fanzine en su honor.
Antes de adentrarse de lleno en la música, Morrissey laboró como oficinista y asistente de hospital, pero su trabajo más notable fue como periodista musical en la revista Melody Maker, ya que exaltó acenso de Sex Pistols y David Bowie, al igual que por llamar a Ramones degenerados, iniciando así su relación de odio y amor con la banda de punk estadounidense.
Su amiga, la artista visual Linder Sterling, quien por cierto trabajó para Buzzcocks y Magazine, fue quien lo animó a unirse a una banda: The Nosebleeds. El británico y su amigo Billy Duffy reemplazaron a Vini Reilly y Ed Banger, luego de que ambos se retiraran por discusiones monetarias. La agrupación se disolvió cuando Duffy fue llamado a Theatre of Hate y después a The Cult, aunque este acercó a Mozz y Johnny Marr, el dúo que haría historia en Manchester.