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Cada vez que una joven levanta una guitarra y decide hacerle frente a la industria de la música, es una victoria. Y en esta guerra no hay escuadrón como el de las californianas, ya que fueron precursoras del fem grunge e inspiraron a muchas de las agrupaciones en la década de los noventa y principios de los dosmil, gracias a sus agresivos riffs y sus ásperas letras.
El legado de L7 es equiparable al de The Runaways o Hole, aunque no lo parezca, pues cambiaron la escena y sirvieron de puente entre la crudeza del punk y lo enmarañado del movimiento alternativo a finales del pasado milenio. Son el eslabón perdido entre X-Ray Spex y la banda liderada por Courtney Love.
Durante los ochenta, el girl power estaba representado por bandas prefabricadas, como Bangles y Bananarama, que adaptaron la nociva imagen de los artistas glam metal y lo mezclaron con melodías pop rock o tristes intentos de new wave. L7 tuvo que sobrevivir a eso, cargando la antorcha que les había pasado Alice and The Bags. Pero también tuvieron que coexistir en una California donde dominaba el hardcore y el punk estaba relacionado con pandillas de skinheads, actos vandálicos o hasta crímenes raciales.
El camino nunca ha sido fácil para L7, pero eso es lo que les da tanto valor en la historia de la música, el haber ido siempre contracorriente y aun así convertirse en uno de los referentes más importantes para las mujeres en el rock. Sus primeros años, a mediados de los ochenta, fueron sumamente difíciles por el contexto y los percances de la escena en la que estaban. Pero aunque los noventa le tenía un futuro más brillante al grupo, ellas nunca huyeron a los problemas.
Más que ser una banda que buscara la fama a partir de polémica, la disputa o letras ofensivas; las estadounidenses aportaban a la causa feminista y exigían los derechos de las mujeres de manera agresiva y con una perspectiva radical. La agrupación no tenía interés en ser una historia de superación o inspirar por medio de la emotividad, sino impulsar a otros grupos conformados por mujeres a atacar sin consideración al enemigo. Para muchos críticos de ese tiempo, sus composiciones estaban cerca de la vulgaridad, pero la realidad era que estaban más cerca de la genialidad.
Pero no todo su éxito se debe a la música, también la explosiva actitud de sus integrantes fue uno de los principales motivos por los que L7 conquistó los noventa. Aunque en ocasiones, la imprudencia se les fue de las manos, como cuando Donita Sparks le lanzó su tampón usado al público, en general les fue de mucha ayuda para tomar por la fuerza el respeto que se merecían.
Ahora, L7 regresó a petición de sus fans, con una gira por todo Norteamérica y que las traerá a tierras mexicanas para la próxima edición del Hell & Heaven. Tendremos a una de las bandas efusivas sobre el escenario, pero también a uno de los grupos más distintivos. Emblemático para una época, para un movimiento y para todo un género.