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Por lo que sé todos cumplen años en octubre. Mi mamá cumple años en octubre, mi papá y mi hermano también. Mis hijos cumplen años en octubre. Mi esposa…también. Así como tres de mis mejores amigos. Curiosamente dos ex novias cumplían años en este mes. Tal vez el cumpleaños de Jesús es en octubre y tengamos una versión diferente de la historia y lo celebremos el 25 de diciembre. Thom Yorke, el vocalista de…¿de verdad tengo que decir quién es Thom Yorke? De acuerdo. El vocalista de Radiohead cumple años el 7 de octubre. Dos de sus obras pilares, Kid A e In Rainbows, fueron publicadas en octubre, el 2 y el 10, respectivamente. Asimismo, el soundtrack que compuso para el film Suspiria se publicó un 26 de octubre. Sé que estoy exagerando y que no todos celebran aniversarios en octubre, pero de pronto tuve esa sensación.
El problema es la imaginación. Al principio es sencillo encontrar un regalo, pero después se seca el cerebro y termina siendo un caos. De los libros a los viajes, de los perfumes a las camisas. Y así voy buscando qué obsequiar, a veces comienzo a pensar desde que doy el regalo. ¿Qué les regalaré el año que viene? Qué bueno que Thom Edward Yorke no es mi amigo, porque no tendría idea de qué regalarle. A sus 52 años es engorroso pensar en algo para quien ha dejado una marca simbólica en la historia del planeta a través de sus notas musicales. Yendo a la cantidad inimaginable de clichés que se dicen sobre él y su banda, un campo minado de adjetivos explosivos que hablan de la grandeza de su música y de su propia historia, pienso que al hablar de él deberíamos referirnos a un extraterrestre. No, mejor a un cíborg que vino de unos cien o doscientos años adelante en el tiempo.
Eso tiene sentido, al menos para mí, y explica el activismo político, económico y ecológico que ha tomado Yorke desde el comienzo de su carrera; cuestionando y retando al modelo de negocios de la industria musical, disparando frases contra Spotify, Apple y Google; criticando a MTV cuando de verdad era MTV, buscando modos sustentables de hacer una gira mundial sin afectar el medio ambiente; apoyando abiertamente a Barack Obama y abriendo fuego contra Donald Trump, y criticando a la industria cárnica. El futuro debe ser catastrófico, terrible, oscuro… por ello vino a advertirnos sobre lo peligroso y tortuoso del capitalismo, de los sistemas y las estructuras políticas que concentran sus esfuerzos en las minorías, de la esclavitud de lo material y lo tecnológico, así como el riesgo del mundo virtual y digital. Es un androide.
Hace un par de semanas, el 19 de septiembre, se casó con la actriz italiana Dajana Roncione. Estoy seguro que es un disfraz para “parecer” más humano. Probablemente si lo tuviera frente a mí buscaría una forma de probar que no es un ser como nosotros, de carne y hueso. El ojo derecho caído debe ser un ojo biónico que le arroja datos sobre lo que cruza su mirada, personas o animales. Me pregunto si también le arrojará información sobre el clima o el cambio monetario. Consciente de la alienación cultural de este siglo, de la paradoja de la democratización de los medios y de la sobreinformación que nos asfixia día con día, hora tras hora, segundo a segundo, ha usado sus plataformas musicales para reflexionar sobre esos puntos.
A través de Radiohead, de Atoms For Peace, de sus proyectos personales como el fantástico Anima, o de sus diferentes colaboraciones con Björk, Modeselektor o Burial, ha acercado temáticas existenciales a los fans, a la par de ir mostrando su talento para destruir y autodestruir sus propios recursos musicales. El mensaje es claro, la materia se transforma, pero debe buscarse un lado creativo, la vida exige cambios, el ser humano los necesita. Definitivamente, qué bueno que no soy amigo del inglés, no sabría qué regalarle, tal vez no tiene sentimientos, a lo mejor ni siquiera entiende el concepto de cumplir años. Pienso que podría ponerle un pastel y una vela, esperar que sople y ya que se apague, guardar silencio para escuchar su pensamiento, que nos dé un poco de esperanza. Él sí nos ha regalado eso, esperanza, con cada canción, incluso en las más dramáticas. Bueno, debo ir a buscar los regalos de todos…