En memoria de Vinnie Paul

El poder que nunca se disipa.

La gran velocidad de las malas noticias y su dramatismo inmediato, el ánimo en declive ante la confirmación de un fallecimiento inesperado, ese aciago momento de volver a lamentar una pérdida irreparable, la música que quedará y que retumbó casi en el instante mismo después de conocer los detalles de la partida de Vinnie Paul, las condolencias, los videos, los tragos de Crown Royal en su honor.

Scott Ian, Dave Mustaine, Lars Ulrich, Sebastian Bach, Ace Frehley, Robb Flynn, Dave Grohl, los cercanos que testifican su amabilidad, su hospitalidad, su candor, las fiestas eternas en backstage, su irrefutable talento en escena a las espaldas de Pantera, pero siempre en el pináculo más alto tras la batería donde discreto y triunfante dictaba el ritmo siempre fucking hostile: el double kick del bombo trepidante, los pases y redobles que enaltecían los solos de guitarra de su hermano Dimebag Darrell, la complicidad con Rex Brown al momento de llamar a la batalla y su frenética cadencia sonora, el cruce de miradas, y después por circunstancias terribles, el distanciamiento con Phil Anselmo, que con la imagen de una veladora encendida en sus redes sociales dijo más que un millón de palabras.

La primera vez que vi a Vinnie fue a una muy larga distancia abriendo un show de Kiss, la mejor ocasión fue cuando el Palacio de los Deportes se convirtió en un campo de batalla, mi asiento de tercera fila sucumbió ante la multitud que ávida de furia destrozó las sillas dispuestas en un craso error: no puedes llenar la pista de un concierto de metal tan poderoso con lugares pre-dispuestos, no es factible mantener en calma a aquellos que aspiran a desfogarse, y así, “A New Level” fue el golpe directo en nuestras mandíbulas, un absoluto y vulgar despliegue de poder, una noche que absolutamente me cambió la vida y la forma de apreciar el metal: en crudo, directo, ruidoso, con olor a marihuana y mojado en cerveza, regresando a casa con zumbido en los oídos.

La última vez que vi a Vinnie fue en El Plaza Condesa con Hellyeah, y nunca pasó por mi mente que esa sería la última vez, pocos de los que estuvimos ahí lo habíamos visto antes, pobres de aquellos que no lo vieron en su gloria absoluta siendo el tambor batiente que llamaba al diabólico cabalgar de los vaqueros del infierno. Como siempre portando una sonrisa, Vinnie agradecía las porras y vitores, el gritar de su nombre, los aplausos y los puños al aire, se despidió y no sabíamos que para siempre.

Más allá de el análisis a su técnica instrumental, resalta su contribución fundamental en una de las bandas de metal más radicales y celebradas de la historia del género, muchas generaciones deben agradecerle a Pantera ser influencia y legado, absoluto poder y gracia eterna. Apuesto que la noche del viernes la noticia no fue pretexto para brindar y escuchar a Pantera, más bien, fue el sentido homenaje a alguien que nunca dudó en brindar con Black Tooth Grin a aquel que se le acercaba en backstage. Eterno fan de los Dallas Cowboys, ávido al hockey con los Dallas Stars, vivió sus últimos años en Las Vegas donde el paso de muchas bandas en tour implicaba su visita al show, Avenged Sevenfold mencionó que la ciudad del pecado, y el heavy metal nunca serían los mismos sin Vinnie Paul.

Ahora los hermanos Abbott brindan juntos y seguramente están planeando armar la banda más rabiosa en el mismo infierno, con la partida de Vinnie se fundieron nuestras esperanzas de volver a ver aunque fuera a una mínima parte de Pantera en una reunión como surgieron rumores, ahora ya solo nos queda el gran legado musical, instrumental y lírico que retumbará en nuestra memoria y que nos brindarán la inspiración y el impulso que a veces nos falta cuando todo falla, cuando los tiempos se vislumbran oscuros, cuando la autoestima se difumina: "I've been wrong for far too long,  been constantly so frustrated.  I've moved mountains with less, when I channel my hate to productive I don't find it hard to impress".

Rest in power Vinnie, forever stronger than all.