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Alguna vez tu mamá, tu papá o hasta tu abuelito fueron bien hippies y rockeaban cerdo, pero el verdadero eco de su onda ha quedado enterrado y a ti solo te gusta presumir tu bagaje del antiguo rock anglosajón, que es increíblemente bueno… pero, ¿conoces a nuestros antepasados rocanroleros mexicanos?
Bueno, llegó la hora de celebrar el mes patrio desempolvando al momificado rock nacional y darle un poco de vida, aunque sea. Atrévete a caminar por los siguientes recuerdos, no te agüites y pregunta por más a tu viejito rocanrolero de confianza.
Rascándole duro al danzón, polka y sonidos psicodélicos combinados con arpa, Mr. Loco era una gran banda que lo hacia desquiciadamente bien. Tuvieron una carrera bastante corta gracias a la mala vibra de la prohibición del rock en los 70, pero al aparecer en el soundtrack de Nacho Libre tuvieron un muy leve segundo aire en 2007.
Mr. Loco, logró lo que pocas bandas setenteras realizaron… Hacerla fuera de la República Mexicana. Al ganar el XI Festival Mundial Yamaha en Tokio de 1975, pudo compartir la cábula de su música por Europa, Asia y Estados Unidos. Pero a pesar de su corta existencia aún podemos disfrutar de “Papas”, “Lucky Man” o “BubbleGum”.
Con brillantes motivos melódicos, voces en la sección de metales bien hechas, afinas y potentes; con pegajosos guitarrazos jazzosos, ultra funkosos y solos enmugrados de psicodelia; y con sabrosos grooves en percusiones, Tinta Blanca salió del D.F. para alocar a cientos de jóvenes en el Festival Rock y Ruedas de Avándaro en 1971.
Inicialmente llamados White Ink & The Mother Earth Inc., un nombre bastante chido, este ingenioso cúmulo de músicos traía canciones de liberación ("Avándaro") otras instrumentales con sonido primitivo al estilo Sly & The Family Stone (“Salmo VII”) y canciones de amor (“Virginia”). Toda una joya en los tiempos de la prohibición del rock.
Antes que Guillermo Briseño se volviera símbolo del rock bohemio para viejitos, tocaba con un montón de músicos buena vibra y súper talentosos en una increíble semi-orquesta de funk súper acido llamada: Cosa Nostra. Este arriesgado proyecto le entraba con mucha potencia a sonidos bien densos para el máximo aliviane sensorial.
Dale play al único disco de Cosa Nostra para mandar al diablo tus prejuicios con el rock prehistórico nacional, sube todo el volumen a sus primeros 6:30 minutos y terminarás escuchándolo completo. Porque en esta montaña rusa de 1971 sentirás unas muy excitantes subidas (“Get Down and Do It”) y potentes picadas (“Memory of Your Touch”).
Aún falta mucho rock olvidado por nombrar, pero de compas necesitamos recalcar que no tenemos intensiones de ensalsar al rock mexicano o subirlo a un pedestal, porque cuando nosotros estábamos aprendiendo a volar otros ya flotaban en el espacio. Es bueno conocer nuestra historia musical y la buena onda que siempre ha tenido.
Pero si te gustó esta nota ni se te vaya a ocurrir perderte la siguiente entrega, porque estaremos celebrando todo el mes patrio con más música de las cavernas. ¡Espérala la próxima semana!