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Aunque hoy existe una pluralidad musical propiciada por la combinación de sonidos y culturas, no siempre fue así. Hasta hace no mucho existían límites que muchos se negaban a rebasar y estructuras bien definidas dentro de cada género. Fue gracias a que algunas personas se negaron a seguir los lineamientos que se logró alcanzar nuevos límites. Dentro de la lista de responsables se encuentra el guitarrista mexicano Carlos Santana y su fusión de ritmos latinos con rock psicodélico y jazz.
Hijo de un mariachi y nacido en Jalisco, el inquieto joven se mudó en su adolescencia a Tijuana y ahí conocería a su futuro maestro de guitarra: Javier Bátiz. También fue el lugar en el que se adentró en el rock & roll al conocer el trabajo de Ritchie Valens. Si otra persona de ascendencia mexicana había logrado triunfar, aunque de manera fugaz, dentro otro lado de la frontera, entonces él también podía.
Una vez instalado en San Francisco durante la efervescencia del rock psicodélico, se unió a otros músicos locales para crear un proyecto propio. La búsqueda de una identidad que los diferenciara del resto derivó en la incursión de estilos que prácticamente nadie había hecho con anterioridad. Por una parte se añadió la libertad del jazz de John Coltrane junto al rock de Jimi Hendrix, la sexualidad del funk de Sly And The Family Stone, la filosa guitarra al estilo de B.B. King y los festivos ritmos caribeños basados en el uso de la percusión.
Ya con el simple nombre de Santana, el mundo conoció el trabajo del combo gracias a su participación en el festival de Woodstock en 1969. Su presentación basada en jams instrumentales obtuvo buenos resultados y a la fecha es uno de los conciertos más laureados en la historia del rock. Justamente una semana después vio la luz su primer álbum y un año después saldría el que para algunos es el mejor trabajo en la carrera del grupo.
El 23 de septiembre de 1970 se publicó Abraxas, título tomado de la novela Demian de Hermann Hesse. Además también resalta la pintura de portada, obra del artista europeo Mati Klarwein, quien también se encargaría de la tapa de trabajos de Earth, Wind & Fire, Buddy Miles y el emblemático Bitches Brew de Miles Davis. Su estilo basado en colores ardientes y figuras místicas es hoy bastante sencillo de identificar.
En cuanto a la parte musical, las nueve piezas muestran un estilo cálido y libre pero que al mismo tiempo invitan al baile desenfrenado. La abridora “Singing Winds, Crying Beasts" carece de letras pero es abundante en ritmo gracias a las fugaces apariciones del mexicano con su guitarra y los timbales del nicaragüense José "Chepito" Areas.
Por su parte, la primera sorpresa del trabajo llega con la transformación radical de “Black Magic Woman”, original de Fleetwood Mac. En este nuevo arreglo se le quita la solemnidad y frialdad para arroparla en festividad y cuando parece que la canción ya terminó se enlaza con el torbellino sonoro de “Gypsy Queen", compuesta por el guitarrista húngaro Gábor Szabó.
La fiesta musical continúa con “Oye Cómo Va", otro cover aunque ahora de Tito Puente. De ritmo cadencioso y con un teclado que irradia felicidad, el resultado logró la fusión perfecta entre los ritmos latinos y el rock. Mientras que de manera inmediata abre paso a "Incident at Neshabur", una composición que se adentra en el rock progresivo y es una precursora a lo que décadas después lograría The Mars Volta.
Mientras que donde más luce el mexicano es en la instrumental “Samba Pa Ti" gracias al sentimiento que le imprime a su instrumento. Al igual que los grandes guitarristas de blues, en cada una de las notas que arranca de las seis cuerdas parece que se le va la vida. El requinto que se prolonga por toda la pieza es hoy uno de los más celebrados en la historia de la música.
A pesar del paso de los años el trabajo se mantiene radiante y en plenitud. Si el rock & roll es un híbrido del country y el R&B entonces también puede arroparse de otros géneros para adquirir nuevas formas. La fusión de estilos en apariencia opuestos hoy es natural pero si alguien influyó para conseguirlo fue Carlos Santana.