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Hace medio siglo, un alienígena junto a tres arañas de marte, arribaría a la tierra para cambiar drásticamente el paradigma del rock. Una actitud rebelde, una producción sofisticada, el respaldo de varios artistas y en compañía del guitarrista Mick Ronson, el baterista Michael Woodmansey y el bajista Trevor Bolder, David Bowie vería nacer unos de los discos más prolíficos de su carrera: The Rise and Fall of Ziggy Stardust and The Spiders from Mars.
Conocido también como Ziggy Stardust, este disco cuenta la historia de un extraterrestre condenado a tomar la forma humana de una estrella de rock, el cual, llega a la tierra para salvarla de la destrucción, muriendo posteriormente víctima de su propia fama.
Esta distópica narrativa no solo atrajo hipnóticamente a la masa, sino que sacó de su difícil realidad a la sociedad londinense de aquel entonces (eran tiempos de recesión y Guerra Fría) y abrió espacio a un personaje que revolucionó la performatividad musical, concretamente con la estridente estética andrógina que dio otro sentido a la moda, la sexualidad y el género de la época.
Para que la genialidad de Bowie discurriera tuvieron que confluir una multiplicidad de factores, desde tener contacto con la contracultura neoyorkina, aprender del teatro kabuki, apreciar el cine de Stanley Kubrick, hasta escuchar de cerca a bandas como Iggy Pop & The Stooges y Velvet Underground e interiorizar la filosofía nietzscheana.
A raíz de lo anterior y gracias al talento acumulado durante una década, este mesiánico alienígena se consolidó en un año como una de las figuras de la cultura pop más enigmáticas del siglo XX.
El influjo de estas inspiraciones no solo tuvo lugar en lo histriónico de la banda, sino en la composición de cada una de sus canciones, que juntas, parecen configurar un compilado de éxitos. El tema de apertura "Five Years", sabe a melancolía y desesperanza, musical y líricamente hablando. Le sigue "Soul Love", la cual amortigua el sentir previo con una apacible melodía que declama las diversas formas de sentir el amor.
Más adelante "Moonage Daydream", "Hang On to Yourself" y "It Ain't Easy" son temas en los que brilla la energía de la guitarra de Mick Ronson. Las interpretaciones insignia, “Starman”, "Ziggy Stardust" y "Suffragette City", son agradables y pegajosas a primer oído. Por último, “Rock ‘n’ Roll Suicide”, versa sobre una balada acústica y reflexiva que, para algunos, profetizó el prematuro fin de Ziggy y compañía.
Este 16 de junio y a media centuria de ver la luz en 1972, The Rise and Fall of Ziggy Stardust and The Spiders from Mars sigue siendo igual de vibrante, seductor y significativo. Con esta obra, Ziggy redefinió la interpretación y representación musical, rompió esquemas sociales, quitó límites a la expresión artística y contribuyó a la creatividad de varios músicos por venir.
Por esto y otras circunstancias, continúa siendo una obra contemporánea debido a que, lo que define este disco, es el anhelo de reinvención constante como producto de la inquietud por caer en la inautenticidad, congruente con el fin que el mismo Bowie dio a una de las personificaciones más icónicas de la cultura occidental.