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"La paranoia es quizás nuestro peor enemigo", canta Charly García en un 1977, en medio de una Argentina herida por las brazadas de la dictadura de Jorge Rafael Videla y el riesgo de salir de casa y nunca más volver si eras joven, tenías el cabello largo e ibas a los conciertos de rock. En ese contexto, en el que no se sabía que hacer, La Máquina de Hacer Pájaros propuso la paranoia y ver Películas, su segundo álbum de estudio.
Tras el lanzamiento de su álbum homónimo debut, la agrupación volvió a la ruta en 1977 para entrañar un nuevo disco con ideas más frescas y un concepto de la dictadura más aterrizado e inteligente, que de algún modo es un portal a aquel clima de tensión y dolor por el que pasaron millones de argentinos.
Películas es, por mucho, un disco que ilustra una evolución importante en las aspiraciones del rock argentino. Si bien, desde inicios de los setenta ya había un trabajo iniciado en el rock progresivo, La Máquina de Hacer Pájaros consolidó un sonido mucho más refinado que otros proyectos, con un concepto sinfónico que hizo que el propio Charly García autodenominara a su proyecto como el "Yes del subdesarrollo".
También marca un cierre definitivo en la música de esos años, ya que sería de las obras previas a que la dictadura militar hiciera que muchos músicos se exiliaran y otros pausaran sus proyectos, lo que provocó que meses después de que saliera a la venta, el proyecto se detuviera en paralelo con la banda de Luis Alberto Spinetta, Invisible.
¿Qué historias guarda Películas? ¿Por qué si es tan importante en la historia del rock argentino Santaolalla no lo metió en Rompan Todo? ¿Cómo llegamos al punto en el que La Máquina de Hacer Pájaros hacía conciertos de rock con gente que no podía bailar ni cantar porque estaba rodeada por militares que a la primera te sacaban del lugar y te encarcelaban? ¿Por qué tanta represión? ¿Qué se puede hacer en una dictadura? "¿Qué se puede hacer salvo ver películas?"
El hecho de que Películas haya sido un álbum lanzado en tiempos complicados no quiere decir que musicalmente sea oscuro o denso, todo lo contrario, es una obra bastante colorida, que en muchas ocasiones toma el rock más melodioso, suave y estético, y en otras retoma esos aires de violencia altamente influenciada por la distorsión.
La agrupación tenía en la cabeza a un Charly García ubicado en una de sus etapas artísticas más ambiciosas; a un experimentado Oscar Moro en baterías con un excelente manejo de ambientes y mucha virtuosidad; en el teclado a Carlos Cutaia para imponer peso creativo; a José Luis Fernández en el bajo y a Gustavo Bazterrica en guitarras.
Prácticamente era una súper banda, conformada por artistas de alto nivel y que hacían que nunca se tratara de Charly García como director, no, claramente había una participación colectiva, que aspiraba a muchos sonidos.
En la primera parte del álbum podemos escuchar una gloriosa "Obertura 777" donde toda la banda deja clara su intención artística, a esta le complementa "No te dejes desanimar" con sus pintorescos teclados. Para "Qué se puede hacer salvo ver películas" la agrupación comienza a mezclar sonidos influenciados en el blues y el jazz. Se podría decir que la primera mitad es muy redonda.
Para la segunda parte aparece "Hipercandombe", una pieza agresiva, de un grado de complejidad muy alto y bastante frenética, probablemente es el punto más intenso de toda la obra. Ya para el cierre del álbum vuelven las aspiraciones jazzeras, así como muchos cambios de ritmo y modulaciones que la dan mucho peso a las canciones, aunque en ningún momento baja el ánimo de hacer un disco sólido, inteligente y rabioso.
Asimilar Películas sin el contexto de la dictadura quizás podría ser más amigable, ya que el álbum narra mucho de la desesperación que puede traer consigo una época tan sombría, con violencia y muerte en las calles.
Entonces el encierro, el luto, la rabia, el abandono, el extrañar, el amor, el sexo y el miedo constante de morir en las calles tienen una nueva connotación.
En Rompan Todo se puede ver a un funcionario argentino criticar a los jóvenes por ir a la universidad, ya que a diferencia de los jóvenes que eran trabajadores, estos cuestionaban a la autoridad, por lo que eran más rebeldes. Claramente había un clima de represión cantado desde el poder, y parece que el mensaje de La Máquina de Hacer Pájaros fue adecuado, ya que se tornó crudo y honesto con la realidad, sin embargo dejó algunos toques de optimismo.
"Marilyn, La Cenicienta y las Mujeres", "Qué se puede hacer salvo ver películas" y "Ruta Perdedora" narran, a su forma, la nueva perspectiva de la muerte, que dolía y estaba en todos lados, pero que el tiempo la volvió común.
"Vendedor de las chicas de plástico" cuenta sobre los vendedores de muñecas inflables y aquella narrativa sobre la perversión a la que llevó la cosificación.
"No te dejes desanimar" cierra la primera parte del vinilo y curiosamente es un tema muy optimista, que tiene la intención de pedir que no decaigas, pese a todo lo malo que pasa afuera. Quedan muchas mañanas por andar, narra la canción que prefiere mirar por un futuro mejor, aunque este tardó más de cinco años en llegar.
"Hipercandombe" es la parte más efusiva de todo el álbum. Charly habla de su pareja, que vive en Brasil y no ha podido ver, pero además narra el miedo que implicaba salir a la calle, así como el valor que debía existir para involucrarse con la sensación y pedir un futuro mejor. Además representa una critica a medios de comunicación, que mostraban cosas "divertidas" para distraer mediáticamente.
El candombe es una expresión artística proveniente de la comunidad afrodescendiente de Uruguay, que a través del sonido de tambores hace música contra en sentido de protesta, es agresiva. La UNESCO reconoce a esta expresión como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y Charly llevó el nombre al "hiper", para dar a entender que se trataba de una protesta elevada al mayor nivel, claro, dentro de lo posible para que la dictadura no revirara.
Películas fue el cierre de uno de los proyectos musicales más interesantes de los años setenta, que es reflejo de la valentía juvenil en tiempos oscuros. La Máquina de Hacer Pájaros tuvo que cerrar su ciclo debido a las persecuciones de la dictadura, sin embargo dejaron esta obra para recordar siempre que no hay que dejarse desanimar, y que algún día volveremos a sonreír, aunque los de arriba no lo quieran.
Fue grabado en los estudios ION y salió a la luz de la mano de Talent Microfon, el sello definitivo del rock argentino en aquellos años. Te invitamos a darle play a continuación.