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Hay bandas que definen un sonido que marca para siempre a un país. Pasó en México con Caifanes y con los cientos de proyectos que hasta la fecha les toman como referente, años después ocurrió lo mismo con Zoé y en la década pasada posibelemente con Enjambre. En Argentina, un país que no vivió un 'bloqueo' de tantos años a comparación de nuestro país, fue con Los Abuelos de la Nada que se definió el new wave y hasta la fecha tenemos a decenas de bandas y artistas influenciados por su sonido.
Es asombroso ese efecto, ya que si escuchas a Los Abuelos de la Nada posiblemente lo relaciones mucho de la música que actualmente hacen proyectos como Bandalos Chinos, Usted Señalemelo, El Kuelgue o Conociendo Rusia.
Los Abuelos de la Nada es una banda escencial para comprender la música de los ochentas en Argentina, cuando el rock dejó de ser únicamente de elementos orgánicos, se desprendió del blues y se acercó a los sintetizadores y otros géneros.
Era un sexteto poderoso, liderado por el legendario Miguel Abuelo, quien era posiblemente uno de los mejores letristas en el momento. Contaba con Andrés Calamaro en los teclados, quien en ese entonces era una futura promesa de la música y en Vasos y Besos encontró la rampa de lanzamiento para crecer como referente.
Además acompañaba Cachorro López en el bajo, uno de los productores más importantes de los últimos años, que ha trabajado en discos de agrupaciones como Natalia Lafourcade, el propio Calamaro, Juanes y cientos de artistas latinos.
A este tridente se sumaban musicos de gran cartel como Gustavo Bazterrica en la guitarra, quien compartió proyectos con Luis Alberto Spinetta y Charly García, así como Daniel Melingo en el saxofón, pocos años antes de entrar a Los Twist.
Vasos y Besos es el segundo álbum tras su integración, y este año se cumplen cuatro décadas de su lanzamiento. Por ello te explicamos lo importante que es conocer esta obra.
La agrupación muestra en Vasos y Besos una poderosa colección de temas que hasta la fecha son himnos. Lo primero y más destacable de la obra es escuchar a Miguel Abuelo en un gran momento, hablando de la libertad y del amor.
En paralelo la angrupación va a tope con el virtuosismo a la hora de hacer canciones, tema que se refleja en los potentes arreglos de bajo de Cachorro, las guitarras de Bazterrica, los deslumbrantes arreglos de vientos de Melingo y la influencia sonora de Calamaro.
"No Se Desesperen" es el tema de apertura, mismo que toma como referencia música de carnaval al estilo brasileño, que brilla por su emocionante letra, así como por sus solos y arreglos musicales que coquetean con el funk por momentos.
De inmediato estallan los ritmos veloces con canciones como "Así es el Calor", donde Andrés Calamaro hace acto de presencia con una voz limpia acompañada de un arreglo de saxofón memorable de parte de Melingo.
La serie de hits de Los Abuelos de la Nada prosigue al escuchar "Yo Soy Tu Bandera" y "Sintonía Americana", temas memorables con la voz de Miguel Abuelo replicando coros memorables y reflejando mucho amor por aquellas historias que contaba.
La primera mitad del disco termina con "Espía de Dios", uno de los temas más introspectivos del disco, en el que baja el ritmo pero aún se siente esa narrativa poética de la banda, tanto en la paleta de sonido como en la potencia de Miguel Abuelo.
La segunda parte del álbum comienza con "Cucarachón de Tribunal", otra de las piezas en las que Bazterrica aterriza su calidad de composición y se acompaña con los saxofones de Melingo, quien por momentos funge como el protagonista de los grandes arreglos de la banda.
En "Vamos Al Ruedo" se vuelve a unir la dupla Cachorro López/Miguel Abuelo, dejando una canción emocionante, para no tener miedo y con ese sentido bailabre que caracterizó a todo el álbum.
Rumo al final del álbum es que aparece la consagrada "Mil Horas", canción que en México conocimos como cumbia pero que en Argentina fue un himno del new wave protagonizado por el joven Andrés Calamaro, que apenas y llegaba a la mayoría de edad en ese momento.
"Mil Horas" es un tablazo, posiblemente una de las canciones más importantes en la historia de la música hispana, y no solo por su coro memorable, sino porque logró colarse a miles de contextos. Pasó de los festivales de rock a los salones donde tocaban cumbia y las fiestas de XV años.
En 2021 llegó a la música urbana cuando C. Tangana invitó a Calamaro a colaborar en "Hong Kong", donde hacen una interpolación del famoso "tengo un cohete en el pantalón". Incluso, en el video musical Anton le agradece a Andrés Calamaro por haberle 'regalado' la frase al incluirla, y el propio 'Salmón' dice que es la letra más famosa que compuso.
Es muy interesante la mirada que tiene Calamaro sobre esa canción. Aunque ya casi nunca la toca en sus en vivos, es un recuerdo de aquella época en la que trascendía por primera vez en su carrera.
En una entrevista que me concedió en 2021 me explicó que le hubiera gustado moverse más por el mundo, incluido México, junto con Miguel Abuelo y cantar "Mil Horas"; sin embargo, "la vida es ingrata".
Andrés decía que estaba pendiente de las buenas sensaciones, y señala que hay canciones que cada vez se alejan más de sus versiones originales para acercarse a sí mismas. Me gusta pensar que "Mil Horas" es un ejemplo de ello, una canción que se dejó transformar y que por eso se volvió inmortal, que te hace bailar y si te detienes a escuchar terminas llorando.
Vasos y Besos cierra con "Chalamán", otro de los temas que dio gran revuelo a Los Abuelos de la Nada y que no podía faltar en los conciertos, también obra de Bazterrica. Todo para terminar finalmente con "Mundos-In-Mundos", un tema que Miguel Abuelo tenía en el armario y que terminó siendo un cierre perfecto para esta obra que se consideró entre las más destacadas en los ochenta en Argentina.
Vasos y Besos es el segundo álbum de la segunda etapa de Los Abuelos de la Nada, un proyecto que comenzó en 1966 de la mano de Miguel Abuelo y el legendario guitarrista Pappo. Dieron sus primeros pasos haciendo blues y música más cruda; sin embargo, las diferencias entre los líderes, así como las tensiones políticas de la Argentina hicieron que se separaran y que para inicios de los ochenta Abuelo volviera para comenzar de cero.
En su camino se alió con Cachorro López, luego fueron a buscar a Melingo y al experimentado Bazterrica, quien venía de tocar en La Máquina de Hacer Pájaros junto con Charly García, y al final llegó Andrés Calamaro, un joven que venía recomendado y que logró consolidarse como referente de la banda.
Su primer álbum fue producido por Charly García, y luego de diferencias con Abuelo, la agrupación decidió autoproducir el segundo, una decisión, por más difícil que parezca, acertada, ya que dio como resultado un álbum genuino, que se dio el tiempo para experimentar y de paso clavar hits que funcionaron a nivel nacional.
La banda componía "en equipos", y fue así como se dieron la libertad de escribir canciones distantes unas de otras pero que fluyeron en una mística única.
Los años pasaron y siguieron los éxitos de Los Abuelos de la Nada tras la salida de Himno de Mi Corazón. En aquel entonces Argentina estaba entrando a la democracia tras la dictadura de Jorge Rafael Videla, y la agrupación era reflejo de esa libertad que se sentía y aquella reconciliación del rock con la sociedad.
Tras la desintegración, Melingo se fue a Los Twist, donde triunfó en los ochenta; Cachorro López comenzó su enorme carrera como productor y Andrés Calamaro se lanzó al ruedo como solista con su primer álbum llamado Hotel Calamaro.
Si bien en los ochenta hay historias maravillosas en la música de Argentina, ya sea con los discos de Charly García, la llegada de Soda Stereo, el estallido de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, el paso fugaz de Sumo o el establecimiento de Fabiana Cantilo como una estrella, la historia de Miguel Abuelo es una de las más destacables, y no porque perdió la vida en 1988, sino por todo el amor y cariño que reflejaba en sus canciones.
Lo llamaban un poeta y vaya que tenían razón, y junto con Los Abuelos de la Nada, Miguel Abuelo logró un poco de ese mucho reconocimiento que se mereció como uno de los grandes letristas de Latinoamérica.
Te invitamos a escuchar Vasos y Besos, un álbum que no está completo en todas las plataformas de streaming pero que puedes descubrir y enamorarte con cada una de sus impresionantes canciones a 40 años de su lanzamiento.