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A 30 años del ‘Ritual de lo Habitual’ de Jane's Addiction

A 30 años del ‘Ritual de lo Habitual’ de Jane's Addiction

Cuando el caos y los excesos inspiraron la creación del rock alternativo.

El árbol genealógico del rock es frondoso y está lleno de ramificaciones de todo tipo. Va del blues al metal y cada una tiene más divisiones para ser todavía más específicos. Aunque en un momento fue sencillo encasillar a cualquier grupo en un género, con el pasar del tiempo se complicó. Fue gracias a una banda en particular que se tuvo que inventar un término para clasificar todo lo que no coincidía con los parámetros establecidos. A partir de Jane's Addiction fue que nació la ahora llamada música alternativa.

Para dar a luz a un proyecto tan poco probable fue necesaria la unión de cuatro personas con muy poco en común salvo la adicción a las drogas duras y el alcohol. Tal vez se trate del único conjunto que puede hacerle frente a Mötley Crüe en cuanto a la cantidad de sustancias ilícitas consumidas y que todos los integrantes permanecen con vida para contarlo.

La autodestrucción como fuente de inspiración

Fue en 1985 cuando Perry Farrell y Eric Avery se unieron para comenzar una nueva banda de rock. Aunque no tenían claro el sonido que buscaban, sí sabían que no estaban contentos con lo que acontecía a su alrededor. Después de más de un año de búsqueda encontraron en los adolescentes Dave Navarro y Stephen Perkins a su complemento ideal.

En este caso, pese a las diferencias, cuando los cuatro se reunían para ensayar aparecía la suficiente inspiración para componer canciones que después se convertirían en himnos. Por otra parte, no se puede negar que la banda era tan autodestructiva como The Stooges y Sex Pistols, lo que derivó en una efímera pero exitosa existencia.

Después de un álbum en vivo y uno de estudio, Jane’s Addiction se embarcó en lo que parecía un disco más de su carrera, aunque al final se convirtió en el emblema de toda una generación que buscaba una identidad propia. El 21 de agosto de 1990 fue publicado Ritual de lo Habitual y de inmediato llamó la atención porque resultaba imposible poder clasificarlo en un género.

“Señores y señoras

Nosotros tenemos más influencia con sus hijos que tú tiene

Pero los queremos

Creado y regado de Los Ángeles, ¡Juana's adicción!”

Al ser una banda de Los Ángeles siempre ha existido una fuerte influencia mexicana y en general de la comunidad latina. Además del título también se aprecia al inicio del material gracias al mal español de la actriz Cindy Lair, quien presenta a la banda. De inmediato aparecen los cuatro integrantes para arrasar con todo a su paso. Además de haber sido el primer sencillo lanzado, “Stop” es una de las mejores formas que hay para iniciar un álbum. Su explosivo sonido hace pensar en una versión revitalizada de Led Zeppelin con un Farrell semidesnudo sobre el escenario e igual de hiperactivo que un demonio de Tazmania.

Un género musical distinto en cada canción

Por su parte, en “No One Leavng” destaca el bajo cargado de funk al estilo de sus compañeros de generación Red Hot Chili Peppers. Para continuar con la variedad de sonidos, en "Ain't No Right" se asoman claras referencias al dub durante sus primeros segundos, aunque después adopta un formato más tradicional en donde resalta la batería de Perkins que logra opacar a los demás instrumentos.

Pero mientras algunas canciones parecen dinamita, otras se inclinan por la introspección y solemnidad. La muestra más clara es "Then She Did…", inspirada en las trágicas historias de las madres de Perry y Dave. La progenitora del primero se suicidó cuando él era niño, mientras que la del segundo fue asesinada por su pareja cuando el guitarrista tenía 14 años.

Otro de los sencillos desprendidos del disco es "Been Caught Stealing", con el cual el cuarteto alcanzó su punto máximo de popularidad. La canción estuvo en el primer lugar de las listas de Billboard durante cuatro semanas y logró que la banda ganara una estatuilla de astronauta en los MTV Video Music Awards.

Pero además de la parte sonora, el álbum también es recordado por su celebrada portada. La escultura realizada por el propio Farrell, quien además de la música se dedica a las artes plásticas, es un homenaje a su entonces novia Casey Niccoli y su amiga (con derechos) Xiola Blue. Con ambas compartió jeringas y vivió noches de sexo desenfrenado hasta que la segunda falleció por una sobredosis de heroína. 

Otro dato interesante es que como lo apunta el periodista argentino Fabrizio Pedrotti en su libro El Ritual de Jane's Addiction (Gourmet Musical, 2019), parte de las imágenes de santería que aparecen en la cubierta fueron compradas por el cantante en el Mercado de Sonora de la Ciudad de México durante una de las visitas del cuarteto a nuestro país a finales de los 80. 

Un años después de la publicación del disco la banda se separaría y eventualmente existirían varios reencuentros con los integrantes ya alejados de las drogas. Aunque de forma paradójica, tal vez fue el estilo de vida autodestructivo y basado en excesos el que provocó uno de los trabajos más sobresalientes e inclasificables en la historia del rock.