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Lo único que divide más opiniones sobre si las quesadillas deben llevar queso es si el álbum homónimo de Metallica fue el principio del final de su carrera. Pasan los años y todavía no es posible conseguir un consenso general porque cada persona asegura tener la razón. Lo cierto es que al menos el cuarteto de San Francisco consiguió crear un éxito de ventas. A la fecha se mantiene dentro de los discos más vendidos de la historia y tantos millones de individuos no pueden estar equivocados… ¿o sí?
Cuando se piensa en la década de los ochenta una primera impresión que llega a la mente es que fueron años en los que predominaron los teclados. Desde la eterna depresión de The Cure hasta la refinada elegancia de Depeche Mode. ¿Y qué pasó con las guitarras que desde mediados del siglo 20 han sido asociadas con el rock?
En el subterráneo apareció el trash metal como la versión más acelerada y sucia del estilo popularizado por Black Sabbath. Mientras que a diferencia del hair metal nunca logró ser del gusto del público de masas. Bandas como Slayer, Megadeth y Anthrax nunca pudieron conseguir por sí solas llenar estadios. Aunque todo cambió el 12 de agosto de 1991 cuando Metallica publicó su álbum maldito (¿o malito?) con el que, al estilo de Robert Johnson, vendió su alma al diablo a cambio de mansiones y dinero.
Para este momento de la historia el combo fundado por James Hetfield y Lars Ulrich ya había publicado cuatro LPs alabados por la crítica pero que no habían tenido repercusión fuera del circuito del metal. Si querían tener resultados distintos debían trabajar de una forma diferente. La mejor decisión (¿o el peor error?) fue elegir a Bob Rock como nuevo productor. Lo precedía su “fama” como responsable del Dr. Feelgood de Mötley Crüe y su máxima misión era conseguir otro éxito de ventas sin importar el costo.
Más allá de la imagen del cuarteto completado en ese entonces por Kirk Hammett y Jason Newsted, lo que causó mayor impacto en los fanáticos fue la pérdida de potencia y furia. Además las canciones ya no eran tan elaboradas ni tenían la misma extensión que las de los primeros discos. Tan solo “Master of Puppets” dura ocho minutos y “...And Justice for All” supera los nueve.
Pero ahora lo importante es responder con sinceridad: ¿de verdad el también conocido como Black Album es tan malo como muchos afirman? Lo más sencillo hubiera sido hacer un trabajo igual que los anteriores y así repetirse ad infinitum. Hay grupos como AC/DC a los que les funciona aunque también puede ser visto como una cara del conformismo. ¿Permanecer en una zona de confort en una virtud o un defecto?
No es sencillo abandonar un estilo que ya se tiene dominado en búsqueda de nuevos horizontes. Tal vez puede molestar a los demás pero si tú te sientes satisfechos ¿por qué te deberían de importar los comentarios ajenos? Mientras que gran parte del enojo de quienes aborrecen el álbum homónimo de Metallica es porque a partir de aquí el grupo dejó de ser de nicho para posicionarse en el gusto popular. Y a un fanático nada le causa más disgusto que “su” música ya no sea suya.
La alta rotación que tuvo en MTV el video de “Enter Sandman” fue apenas el comienzo de una cadena de éxitos. Mientras que la canción se mantiene como un tema inamovible de fiestas. No importa si se trata de una reunión en Neza o un bar en Polanco, siempre se escucha y puedes ver a personas en estado de ebriedad tararear el coro y hacer headbanging.
El mismo efecto se obtiene con “Sad But True”, una de las piezas favoritas de los adeptos a los “cuernitos de fresa”. Es metal deslactosado e inclusive hay quienes afirman que gracias a esta composición el cuarteto se debió cambiar el nombre a Poptallica.
Por otra parte, la solemnidad hace su aparición en "Nothing Else Matters" y "The Unforgiven". Ambas mantienen un ritmo pausado que hubiera sido impensable en los álbumes previos del combo. Son pasajes de introspección que demuestran la madurez de Hetfield, Ulrich, Hammett y Newsted y su interés por ir más allá de los sonidos acelerados y los alaridos.
La aparición de este trabajo provocó que gran parte de los fanáticos de antaño del grupo se alejaran pero también captó a millones de nuevos seguidores que se mantienen hasta hoy. Aunque desaparecieron las melenas también llegó el dinero. Al final se logró el objetivo de garantizar el éxito comercial sin importar el costo.