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“My heart it aches. I'm in the fire”
El esfuerzo que imprime cada persona para que algo suceda puede tener severas consecuencias a la larga y es que no importa si en el camino cosechas éxitos; la búsqueda de éstos puede ser intensa y realmente agotadora. A principios de la década de los 90, PJ Harvey empezó con la gira promocional de su primer álbum de estudio y el tourear la dejó agotada no solo física, sino también emocionalmente. Polly se encontraba en un momento complicado, necesitaba recuperarse; sanar el cuerpo, el alma y el corazón. La manera más sencilla de hacerlo -irónicamente-, fue refugiándose en la música, en escribir en lo que pronto se convertiría en Rid Of Me, su segundo material discográfico.
A finales de 1992 Polly Jean se reunió con Rob Ellis y Steve Vaughan en Pachyderm Recording Studios, Cannon Falls, Minnesota, para grabar este material de 14 canciones con la ayuda del ingeniero Steve Albini (Nirvana, Pixies), ya que la cantante buscaba que lo nuevo sonara lo más natural posible y dejarlo en sus manos significaba crear la mejor atmósfera; inclusive convocó a la fotógrafa Maria Mochnacz para retratar en el cover art un momento instantáneo; muy al natural.
¿Qué podíamos esperar después de un grunge rock seductor? Verdaderamente, todo. La cantante inglesa nunca estuvo de acuerdo en seguir la misma fórmula; incluso si ésta representaba un riesgo para ella y para su futura carrera musical. A su vez, este atrevimiento la llevó por un interesante camino en el que exploró algo de rock, grunge, punk, blues para hablar de sus sentimientos de una manera muy particular; en medio de sarcásticas líneas que pronto sacudieron a su audiencia señalando el material como crudo e incluso agresivo. El disco es más que eso; es caótico, abrasivo y se presta en su totalidad al arte de la interpretación.
Rid of Me de PJ Harvey llegó un 4 de mayo de 1993 a través de Island Records para envolvernos de un sonido orgánico y burlón que hasta cierto punto exploraba una especie de doble cara desde su inicio con el tema homónimo, el cual nos muestra esta producción mucho más cruda y en la que la voz de Polly Jean se funde entre los estruendosos instrumentos.
Pensar desde lo difícil que será librarte de alguien, extrañarle, hacer dolorosas súplicas, hablar de la venganza y la debilidad, sufrir con el placer, saborear la pasión y el deseo. Alzar la voz de la mujer, creerte que podrás lograr todo lo que te prometas y finalmente experimentar el éxtasis; de eso y más va este deleite sonoro que te hará explotar de emoción. Hay canciones sangrientas y tremendamente exquisitas como “Legs” o algunas otras que nos hacen sufrir como “Rub ‘Til It Bleeds” y “Hook”.
Además, encontrarás más de una que rompe con toda la estructura y nos ofrece otra versión de PJ Harvey; incluso una más cinematográfica como “Man-Size Sextet” y en su oferta más simple con “Man-Size” que nace en medio de chirridos. También disfrutarás de su propia versión para “Highway ‘61 Revisited”, del original de Bob Dylan. Y en medio de la voracidad y lo hipnótico yacen “Yuri-G” y “Me-Jane”.
Al final de Rid of Me, PJ Harvey te regalará esa sensación de plenitud y flotarás escuchando “Ecstasy”; una pista que te hará sentir vivo. Una electrizante manera de terminar con todo aquello que abruma a tu cabeza y a tu corazón.
Hoy, después de 30 años, este disco se siente como el refugio ideal para los días más complicados en los que solo necesitas un poco de consuelo muy al estilo de PJ Harvey, porque finalmente entiendes que así como Polly Jean, hay que pensar primero en sí mismo, hacer las cosas para satisfacer necesidades y deseos personales e ir más allá de lo que piensen los demás. Este LP te va a desafiar entre burlas y críticas, ¿estás listo?