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La discografía de Fito Páez es tan extensa y tan bella que tiene muchos 'grandes momentos'. Está el Rodolfo, que con bestialidades como Del 63, Giros, La La La y Ciudad de Pobres Corazones se comió a Argentina.
Igual tiene lugar el Fito más reciente, que no ha dejado de ser atrevido y que rearmó El Amor Después del Amor, que además presentó la trilogía Los Años Salvajes, que es genial. Particularmente me gusta mucho el de hace 10 años, que lanzó obras quizás infravaloradas como Rock And Roll Revolution y Locura Total, con Paulinho Moska.
Pero también está el otro Páez, el de los 90, el que dijo: "la melancolía de morir en este mundo y de vivir sin una estúpida razón". Así es, el Fito Páez de los 90, que posiblemente es el mejor de todos, el más memorable y emblemático, que con obras como Circo Beat, que este año cumple tres décadas, hizo que el mundo volteara a ver al gran artista rosarino y toda su humanidad a través de sus canciones.
Eran los años 90, lo que sea que hiciera Fito era grandioso, ya no tenía que demostrarle nada a nadie, ya no era el joven que tocaba los pianos con Charly García, ahora era el señor compositor, productor y artista. Y en realidad siempre lo fue, solo que finalmente había llegado a un punto de reconocimiento muy merecido dentro y fuera de Latinoamérica.
A pesar de que todo pintaba bien, esa década fue muy dura para Fito Páez, según comentó en redes sociales recientemente, y todo en buena parte por Circo Beat.
Fito Páez llegó a los 90 con Tercer Mundo, un álbum muy importante en su discografía, pero que se queda corto al lado de El Amor Después del Amor, de 1992, que se volvió el álbum argentino más vendido de la historia.
Como te habrás dado cuenta, estimado lector, estamos hablando de ventas de discos, algo que en realidad ya no tiene relevancia en la actualidad, pero que antes definía el futuro de un artista.
Antes, el proceso para que un álbum fuera exitoso tenía varios pasos. El primero de ellos era la opinión de la crítica, así como el paso por la televisión, las revistas y los periódicos. El segundo era la respuesta de la gente, si en verdad les gustaba lo que habían escuchado y leído de tu álbum iban a la tienda y lo compraban, o en su defecto lo copiaban.
El volumen de ventas era el parámetro para definir si un álbum era bueno, y por ende, si un artista era rentable. Y en el caso de Fito, la respuesta con El Amor Después del Amor fue gigante, y si bien esto generaba confianza sobre la calidad de artista y su poderío para componer, también era un motivo de presión, pues el siguiente álbum debía estar a la altura, ¿y cómo vas a igualar al álbum que rompió todos los récords?, ahí la cuestión.
Fito Páez, entonces, fue instruido para realizar un álbum que en verdad generara. Las presiones lo expusieron a "una carnicería" para crear un disco que fuera genial; sin embargo, "con esfuerzo, inteligencia y mucha garra", el rosarino aseguró que hizo uno de los mejores álbumes de su vida.
Producido con ayuda de Phil Manzanera, ex guitarrista de Roxy Music y en una de las últimas etapas de Pink Floyd, Circo Beat se consagró como una de las obras definitivas del rock argentino.
En Circo Beat, Fito Páez regresa a lo elemental, a aquellas historias en las que repasa parte de su vida, además de que rinde homenaje a las cosas con las que creció y a su familia y la forma en la que lo marcó.
En una Argentina que en los noventas vio el aumento de la farándula y que quería a Fito en todos los programas y revistas, el artista recuerda su etapa en la que no era famoso, en las que se podía poner borracho en el tren, un ejemplo de ello es "Soy un Hippie".
Acompañado en la música con artistas de gran calibre como Tweety González, Gabriel Carámbula y la colaboración de la insuperable Fabiana Cantilo, que también estaba en un gran momento, Circo Beat es un álbum que se mueve por un montón de géneros, que así como tiene guitarras y pianos de base experimenta con acordeones, violines e instrumentos de viento.
Es un álbum fluido, con armonías complejas, outros que hacen mucho más largas las canciones y por momentos desafían la paciencia de los escuchas más recientes, que no están acostumbrados a temas de más de tres minutos.
Dentro de toda esa complejidad, Fito apuesta por lo orgánico, por conmover con los sonidos y también por lo elemental, por mostrar ese universo plagado de letras un tanto complejas pero eternas, que ponían al oyente a reflexionar y también le daba un abrazo, pienso mucho en "Lo Que el Viento Nunca se Llevó" al decir esto.
Como si se tratara de un 'circo', precisamente, el álbum tiene momentos escénicos, en los que sientes que estás dentro de una obra de teatro, esto gracias a los brillantes pasajes sonoros en temas como "Nada del Mundo Real", "Nadie Detiene el Amor en Un Lugar" o "El Jardín donde Vuelan los Mares".
Algunos de los mejores momentos están al inicio, con temas como el homónimo "Circo Beat", "Normal 1" y "Las Tardes de Sol, las Noches de Agua". En estos temas muestra su poderío al entablar canciones increíblemente instrumentadas, influenciadas por distintos géneros y con narrativas geniales.
La segunda canción más importantes es "Tema de Piluso", dedicada al cómico Alberto Olmedo, pero que aprovecha por completo el estilo de Fito, cercano a esos versos con mucha letra y coros con muchas menos, que son pegajosos y te meten en un cuento o una película de drama.
El tema más importante, por supuesto, es "Mariposa Tecknicolor", canción memorable, para muchos la mejor, donde repasa su vida, donde habla de la forma en la que todo pasa, todo avanza y todo muere.
Recuerda a su padre, su tía y su abuela, quienes para ese momento ya no estaban con él. Da un paso a su niñez y avanza para dejar un tema nostálgico pero liberador, que recuerda lo duro que es el camino y lo mucho que costó estar donde estás.
Fito es apasionado en todo momento, y esta canción encierra lo más importante de Circo Beat, que es esa forma de vivir coleccionando heridas, recuerdos y amores. Es el punto más romántico y al mismo tiempo el más entrañable del álbum, y posiblemente de la carrera de Fito Páez.
Circo Beat tiene un lugar especial. Quienes lo escuchan tienen oportunidad de percibir una obra memorable, de guardar una canción para los días especiales o para darse ánimo de vez en cuando. Fue lanzado en la primavera argentina de 1994, y aunque aún falta rato para el día de aniversario, te recomendamos escucharlo.