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¿Dentro de la música el sampleo es arte o robo? Se trata de una pregunta para la que no hay una respuesta porque depende de la perspectiva utilizada. Aunque cuando se escucha el trabajo de personas como DJ Shadow se podría elegir la primera opción. A través de los sonidos creados por otros logró concebir algo novedoso que se siente como propio. Y pensar que todo empezó con algo muy simple y añejo como el coleccionismo de vinilos.
Durante los ochenta el joven nacido con el nombre de Josh Davis vivió a plenitud en su natal California. A través de sus padres desarrolló el gusto por la compra de 7” y desde entonces jamás abandonó el hábito. De hecho, conforme pasó el tiempo lo perfeccionó y una de sus actividades predilectas durante la adolescencia fue visitar las tiendas de segunda mano y los flea markets (tianguis en su versión gringa) para comprar material a precios ridículamente baratos.
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Por lo anterior, no es de extrañar que muy pronto adquiriera una abundante colección que hace palidecer a cualquiera. En una de las escenas más memorables del documental Scratch (Doug Pray, 2001) aparece a cuadro junto a todos sus discos. Inclusive es necesario hacer un zoom out porque son tantos que no caben en la toma. Tan solo para el 2007 estimaba que tenía al menos 60 mil acetatos en su poder y requería una bodega adicional a su casa para su almacenamiento.
Ahora bien, aunque comprar y acumular LP’s y 7” tiene su chiste no todos pasan de la postura de fanático a crear música con ellos. Para él fue uno de los aprendizajes tomados de la cultura del hip hop y desde su etapa universitaria comenzó con los programas de radio y ser selector en fiestas. Primero por hobbie pero después lo convirtió en un trabajo profesional. La vida es un ciclo como las vueltas de un álbum en reproducción y en su caso se enfocó en replicar lo hecho antes por Afrika Bambaataa, DJ Kool Herc y Grandmaster Flash.
Su pasión por la música lo llevó a concebir su primer álbum ya con el mote de DJ Shadow. Nunca tuvo prisas porque al igual que un caldo el buen sazón toma su tiempo. En este caso la producción requirió un total de 24 meses hasta finalmente tener reunidas 13 piezas con un estilo nunca antes visto hasta ese momento.
Fue así que el 16 de septiembre de 1996 llegó a las tiendas Endtroducing… y aunque parezca exagerado la música no volvió a ser la misma. Tan solo se debe mencionar que el trabajo tiene el Récord Guinness de ser el primer álbum de la historia creado en su totalidad con sampleos. Un poco antes Beastie Boys con su Paul's Boutique (1989) lo intentaron aunque ellos incrustaron sus voces encima de la producción de los Dust Brothers. Mientras que poco después The Avalanches lo replicaría con Since I Left You (2000).
Ahora bien, lo que define el trabajo de Davis es su variopinta selección. Nunca se ha enfocado en un género en particular sino que ha buscado abarcar todos los que sean posibles. Eso implica tener un gusto tanto por las novedades y clásicos del pasado hasta singles de grupos que jamás alcanzaron el estrellato y permanecen como joyas ocultas.
Además el material se caracteriza porque contiene sampleos de todo tipo y eso incluye desde fragmentos de películas hasta retomar un instrumento de una canción en específica. Todo lo consigue con una precisión quirúrgica para que al final el resultado se escuche como una pieza nueva y original. Es similar a lo hecho en el cine por Quentin Tarantino al basar su obra en el reciclaje hasta obtener un estilo propio.
Por su parte, el ensamblaje de las canciones está tan bien logrado que inclusive se utilizan composiciones de fama mundial y no es fácil reconocerlas a la primera oída. Aunque "The Number Song" es un festivo carnaval de sonidos contiene ocultos fragmentos de la instrumental “Orion” de Metallica.
De igual forma, aunque sin estar demasiado escondidos, en “Mutual Slump" hay pasajes tomados de "Possibly Maybe" de Björk. Al final se consigue una relajante pieza de trip hop que funciona de bálsamo para los oídos. Aunque uno de los puntos más altos llega con "Midnight in a Perfect World" que inclusive se lanzó como primer sencillo. Detrás del scratcheo y tornamesismo se tiene como base la melosa y romántica “Sower Of Seeds” de Baraka. Al comparar la original con la “copia” parece que se trata de trabajos completamente diferentes entre sí.
El impacto del álbum fue tan grande que ni siquiera el propio DJ Shadow ha podido igualar lo hecho en su debut. En tanto que su trascendencia se puede apreciar en la forma en que ha logrado superar la barrera del tiempo. Aunque algunas de las canciones de las que se tomaron los sampleos hoy pueden sonar anticuadas, la forma en que fueron reutilizadas le otorga al resultado final un efecto de Dorian Gray en donde los años no transcurren y siempre se escuchan actuales.