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¿1997 y Luis Alberto Spinetta seguía sacando discos? Sí. Aquel artista que en 1970 fue uno de los que marcó el comienzo para que el rock argentino tuviera rienda suelta con el álbum debut de Almendra evolucionó, se hizo gigante y explotó 27 años después con Los Socios del Desierto, uno de sus proyectos más prolíficos y viscerales.
Eran años difíciles con Menem, el país estaba en la ventana de una de sus crisis más fuertes, y mientras esto pasaba el rock evolucionaba a su manera. Los años noventa fueron una transición importante en la que lo que parecía importante era crear nuevas narrativas y dejar atrás la historia de las bandas épicas que le dieron sonido a la dictadura y que llenaron de color los años ochenta.
Spinetta era consciente de eso, y en aquellos años se le puede ver con el pelo teñido, playeras y pantalones guangos, lentes oscuros poco elegantes y una especie de juventud extraña, ya que con toda esa informalidad había algo mágico que también era reflejada en sus canciones, y es que Los Socios del Desierto mostró una cara de "El Flaco" que probablemente no se había visto antes.
Los Socios del Desierto se formó en 1994, luego de que Spinetta se hubiera retirado por un tiempo de los escenarios y se aislara en la intimidad de su familia. El artista reunió a Marcelo Torres en el bajo y Daniel Wirzt en la batería.
Torres venía de estar años tocando junto al legendario Lito Vitale y Wirzt ya había tocado con Luis Alberto Spinetta en la grabación de La La La junto a Fito Páez.
Spinetta y los Socios del Desierto estuvo tocando en diferentes recintos de Argentina y Chile, y como si se tratara de una banda independiente, la agrupación no tenía un disco a pesar de tener temas que ya eran conocidos y cantados en los escenarios.
El álbum Spinetta y los Socios del Desierto ya estaba listo desde 1995, sin embargo las discográficas no querían hacer un álbum doble y no estaban de acuerdo con la estética del proyecto, tema que genuinamente molestó a Spinetta, que venía de un tiempo sin andar en escenarios, afrontaba su divorcio y ahora, por si fuera poco, no encontraba una disquera para distribuir.
El álbum fue grabado en su estudio La Diosa Salvaje, y tras las negativas, "El Flaco" lanzó un comunicado llamado El Disco y El Tiempo, en el cual arremetió contra las principales disqueras que movían el mercado, ya que, argumentó, no había un respeto hacia su obra y trayectoria.
Hoy, desestimando todo excepto el poder de venta inmediata de un artista, estos sellos ofrecen propuestas para publicar a Spinetta, aunque gasten enormes sumas en producir música para tarados que no sólo no venden de inmediato sino que jamás venderán. Spinetta vende siempre, siempre vendió así. ¿Dónde están los discos de oro que nunca me entregaron?", dijo el artista en su comunicado.
Ya en el 97, luego de años de andar batallando, por fin salió a la luz Spinetta y Los Socios del Desierto, un homónimo que así sin más dejó sorprendidos a todos.
Sorprendidos en el sentido de que era un álbum lleno de riffs, solos de guitarra, voces rasgadas e infinitos galopes de energía, fuerza y remates musicales que dejan una obra sumamente inclinada hacia la magia que hace el factor humano cuando se trata de tocar rock.
Aquel estilo ruidoso y agresivo de Spinetta no se había visto desde Pescado Rabioso o Invisible, pero ahora no había una inclinación hacia la psicodelia o lo progresivo, sino que había una persecución del jazz junto a baladas rock que no caían en obviedades, sino que lirica y musicalmente aspiraban a dejar algo más.
Luis Alberto Spinetta parecía transformado, como si se tratara de Paul McCartney con "Helter Skelter", buscando alientos de fuerza en cada canción y dejando el alma. Incluso se da tiempo para coquetear -un poco- con el rap, así como con ese rock impulsado por bandas como Babasónicos en sus inicios, llenos de distorsión y con una apuesta clara hacia lo que podía hacerse desde los matices y desde la interpretación.
Quería volver con una música que, cuantos menos elementos tuviera, mejor, y me obligó a volver a tocar la guitarra después de tocar con unos monstruos terribles", dijo Spinetta en la presentación del álbum.
Spinetta y los Socios del Desierto es un álbum de 33 canciones en el que el líder de la agrupación parece estar "en un desierto". Tras su divorcio, la situación con la industria y el encontrarse con una etapa más madura en su carrera, no se achicó y buscó dar brazadas de magia, aventura y violencia en el sentido meramente artístico.
El álbum critica a la cultura del consumo, la situación social de Argentina de aquella década, la evolución de la música y la persecución de todo lo que implica dinero. Canciones como "Nasty People" o "Cheques" son un gran reflejo.
A pesar de todo el acarreo de emociones salvajes, Spinetta toma tiempo de aventar baladas inteligentes y personales que narraron parte de su situación sentimental. "Diana" y "Mi Sueño de Hoy" son grandes ejemplos.
Parece que en todo ese vacío que probablemente a muchos hubiera hecho tirar la toalla, Spinetta toma el camino contrario y se vuelve una tormenta de arena contracorriente, donde demuestra que siempre fue un musico gigante y que nunca se traicionó. Al final esta evolución de él existe porque nunca se limitó y eso es un aspecto a celebrar.
Muchas veces parece complicado para las personas que no crecieron en los noventas 'entrarle' a la música de Luis Alberto Spinetta, pero considero que el trabajo con Los Socios del Desierto puede ser una aventura interesante para sentarse, disfrutar de letras emocionantes y dejarse llevar por música cero procesada.
Se cumplen 25 años de su lanzamiento y te invitamos a darle play aquí abajo.