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En la actualidad, sobre todo para las nuevas generaciones cuesta creer que Björk tuvo un momento de “fama”, pero la realidad es que tras más de 20 millones de discos vendidos en toda su carrera, esta puede llamársele todo menos pequeña. Sin embargo, con la fama llego el lado oscuro de esta; un fan obsesivo que intento matarla y la prensa del corazón siguiéndola mientras sostenía un romance con el músico Goldie. Al final del día la cantante necesitaba espacio y encontró en un pequeño estudio de España el espacio perfecto para recordar quien era y de dónde venia: eso es Homogenic.
Tras dos discos que la llevaron a la cumbre de la fama, la cantante decidió prescindir de muchos elementos en busca de encontrar su propia raíz: En cuestión de sonido este disco está compuesto a base de beats, orquesta y voz. Para lo primero la cantante se tomaría un año para recolectar sonidos de la zona volcánica de Islandia, que más tarde serían procesados en estudio para convertirse en el acompañamiento de la mayoría de los temas, algunas veces sutiles ("Unravel") o algunas otras de manera más que evidente, como en el puente musical en "Jóga".
A diferencia de otras ocasiones y tal vez por la distancia y ubicación del estudio (Málaga, España) los colaboradores principales sólo son en esta ocasión Guy Sigsworth y Mark Bell, este ultimo colaborador habitual y mayor inspiración (en palabras de la islandesa) en futuras aventuras musicales. El disco se escribió entero por la productora quien hizo las melodías en un rudimentario teclado casio y más tarde el equipo de ingenieros y programadores los convirtieron en patrones y secuencias musicales. La ultima parte del disco es la sección de cuerdas, para la cual se contrato a un grupo de músicos de su país para darle el toque nacionalista y voila! En 1997 sale esta obra de la electrónica que marca un antes y después en la carrera de la compositora.
Muchos de los escuchas habituales de su música la abandonaron al considerar que había sido un error dejar la etapa bailable y mas comercial de Debut (OLI, 1993) y Post (OLI, 1995) por unas melodías que (en aquel entonces) fueron consideradas difíciles y poco sutiles para el escucha promedio. Lo cierto es que en la actualidad y sobre todo cuando la cantante está inmersa en el sonido avant garde, este disco se aprecia mucho mejor e incluso es mucho más digerible en comparación a su ultimo trabajo a base de flautas en Utopia (2017).
Homogenic que es una palabra compuesta para hablar de un solo elemento y le herencia que provenía de su país es un disco que versa sobre el amor, en todas sus facetas, dando a entender que Islandia no era sólo ese país con clara influencia mitológica, si no que también tenia un fuerte romanticismo nórdico. Así el amor a los demás y la presión de ser la fuente de trabajo de muchos se explora en el drum & bass de “Hunter”, la infidelidad y la negociación de pareja ("Unravel"), la reflexión post ruptura para volverse a levantar ("Innmature") y la amistad y el amor a su tierra natal en "Jóga", que al igual que otros temas fue co-escrita al lado de su amigo y fiel colaborador Sjón.
El disco como todo un ente funciona muy bien, pero es de destacar una triada de canciones perfectas, la primera es "Bachelorette", con una sección de cuerdas que impone y que debido a la mezcla se come la sutil pero contundente base electrónica que la acompaña. Mientras que en “Pluto” la electrónica vibra en su máximo esplendor con varias secuencias bailables que la acercaban al rave como nunca antes. El track final es una versión casi acapella de "All is Full Of Love" que sería más tarde desplazada por su sintético pero efectivo remix, una oda a levantarse de las cenizas tras el caos sonoro, el caos de la vida, al final todo está lleno de amor.
Hoy en día la islandesa sabe que su fama es menor pero su público más fiel, la crítica no la entiende, pero cada vez termina siendo influencia de más gente, hoy es un desafío ser fan de sus inicios y entender sus últimos trabajos, o llegar por ella a través de estos discos y no entender su primera etapa más “light” pero todos se quedan en este trabajo que forma el equilibrio perfecto para entender una carrera tan interesante como esta. Alexander Mcqueen la vistió de guerrera de manera sutil en la portada, mezclando estoicismo con una clara intención de entender, que Björk siempre firme y siempre dispuesta a seguir el rumbo que ella quiera.