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¿Utilizar fragmentos de la música de otros para crear algo nuevo se debe considerar como un robo o como algo propositivo? Pasan los años y la pregunta se mantiene abierta sin recibir una respuesta definitiva. Desde entonces, el arte del sampleo divide opiniones porque mientras algunos lo apoyan, otros tantos se oponen. A partir de las regulaciones de las últimas décadas se ha logrado un mayor control que ahora obliga el pago de regalías como si se tratara de un cover, aunque la discusión permanece vigente.
En el pasado, obras como el Paul's Boutique (1989) de Beastie Boys y el Endtroducing..… (1996) de DJ Shadow han mostrado lo que se puede conseguir al utilizar breves recortes de canciones de otros artistas. Pero aunque han sido bien recibidos por la crítica, también han enfrentado múltiples problemas legales.
Por otra parte, a partir de la explosión de Internet también ha surgido el mash up como una nueva herramienta de creación musical. Todo se resume en utilizar dos composiciones ya grabadas y completamente distintas entre sí para crear una nueva. En 2 Many DJ's se tiene a uno de los máximos exponentes, aunque el problema es que el resultado no se puede comercializar porque no se considera como un trabajo propio.
Mientras que otro de los álbumes que mejor ha enseñado lo que se puede conseguir a partir del recorte musical llegó desde la lejana Australia. Cuando el mundo se preparaba para enfrentar el Y2K y la posible debacle de las computadoras, un par de jóvenes con aspiraciones a convertirse en productores le daba los toques finales a su ópera prima. Sin saberlo, se trataría de uno de los trabajos que definieron el cambio de milenio y a la fecha es considerado como uno de los mejores de las últimas décadas.
La génesis se encuentra en la unión de Robbie Chater y Tony Di Blasi, ambos aficionados a la música en general. Por lo mismo, durante años se dedicaron a recolectar vinilos en todas las tiendas de su natal Melbourne. El punto en común fue una predilección por los títulos de segunda mano, los cuales además de ser bastante económicos también suelen contener piezas desconocidas por la mayoría de las personas.
Para el disco en proceso se estima que ambos productores reunieron alrededor de tres mil 500 sampleos. Algunos de ellos son de un par de segundos de duración o nada más un instrumento en particular. Los australianos se convirtieron en el Dr. Víctor Frankenstein y su creación sería un monstruo amorfo pero con personalidad propia.
Ya con el nombre de The Avalanches y con el acompañamiento de otros músicos para sus presentaciones, fue el 27 de noviembre del 2000 cuando el mundo conoció un LP que se convertiría en un éxito instantáneo. De manera simple se le suele catalogar dentro de la electrónica pero la realidad es que Since I Left You trasciende cualquier tipo de género.
El viaje contiene desde música disco, R&B, hip hop, lounge, gospel, rock y jazz. Mientras que la selección es tan variada que incluye fragmentos tomados desde Françoise Hardy hasta Raekwon y Madonna. Resulta una misión imposible para cualquier oído poder identificar todas las fuentes originales.
El resultado se puede entender como una extensa pieza de 60 minutos que está dividida en 18 partes. Nunca hay silencios ni pausas porque se debe tener el tiempo suficiente para apreciar el trabajo en su totalidad de principio a fin. Parece algo complicado en la actualidad por los algoritmos y la música dominada por el azar pero si se tiene la suficiente paciencia la recompensa es mayúscula. Artistas de alto calibre como The Chemical Brothers se han declarado fanáticos de la dupla australiana.
No es una casualidad que el álbum haya sido incluido en la mayoría de las listas de los mejores discos del año. Inclusive el conjunto logró llegar a lo más alto del mainstream al obtener un MTV Europe Music Awards. No es algo sencillo si se considera que su música es todo menos convencional.
Aunque para algunos se trata de un simple ejercicio de cortar-y-pegar en realidad es mucho más que eso. La recolección musical durante años fue apenas el inicio de una ardua tarea que además requirió un cuidadoso ensamblaje para acomodar todos los sonidos en su lugar. Con una precisión quirúrgica se logró un trabajo que le dio al sampleo un nuevo significado dentro de la producción.