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Existe un momento en la adolescencia en el que piensas que no hay futuro. Desconfiar de los mayores a ti es algo normal y todo lo prohibido e ilegal se vuelve atractivo. Es cuando arropas al rock como tu género favorito por la energía que te transmite y provoca que sacudas el cuerpo. Aunque hay muchas canciones que te pueden parecer atractivas, solo una en especial es la que se convierte en tu himno personal por su furia y lo peculiar de la letra. No importa que no domines el inglés porque cuando escuchas “Feel Good Hit of the Summer" de Queens of the Stone Age descubres que las guitarras, bajos y baterías son lo tuyo.
Aunque hoy Queens of the Stone Age es una prestigiosa banda que encabeza festivales multitudinarios en cualquier parte del mundo, las cosas no siempre fueron así. Durante la transición de siglo el entonces novato conjunto preparaba su segundo álbum. El primero había obtenido buenas críticas de la prensa especializada pero estaba encaminado a convertirse en una obra de nicho.
Para este momento de la vida, Josh Homme, guitarrista, cantante y fundador de la banda, tenía un objetivo bastante claro. Lo que buscaba era separarse por completo de su pasado con Kyuss, cuarteto emblema del stoner rock que a la fecha es uno de los predilectos entre los aficionados al rock duro y las sustancias psicotrópicas.
Ahora bien, para el resultado final fue indispensable la participación de otro músico que desde su adolescencia ha estado inmiscuido en la música. Nick Oliveri, quien durante algún tiempo fue parte de Kyuss, se encargó del bajo y coros en la mayoría de las canciones. Sus gritos eufóricos son ya tan característicos como su abultada barba y prominente calvicie.
En el momento en el que escuchas Rated R, material publicado por Interscope Records el 6 de junio del 2000, lo primero que asalta a los oídos es la canción mencionada en el primer párrafo. Es un tema con una letra tan sencilla que al instante puedes memorizar. De manera intermitente se repiten los nombres de seis sustancias que harían las delicias de los integrantes de Mötley Crüe en sus épocas de gloria.
Después del poderoso inicio, la segunda canción en aparecer es “The Lost Art of Keeping a Secret" que en sus primeros segundos sorprende. Escuchar un vibráfono en una canción de rock no es algo común y podría causar incomodidad en otros proyectos pero no con QOTSA. El sonido se integra sin inconvenientes con los demás elementos. Además el encargado del instrumento es Barrett Martin, reconocido por haber sido baterista de los Screaming Trees. Y ya que se menciona al cuarteto de Washington, otro de sus ex integrantes también forma parte de este trabajo: Mark Lanegan, quien es el encargado de imprimir su deprimente voz en “In the Fade”.
En un punto opuesto se encuentra “Tension Head", una flamable composición con todo espíritu biker que hace recordar al afamado filme Easy Rider de Dennis Hopper. Pura potencia a máxima velocidad y en primer plano los aullidos de Nick Oliveri que lo acercan a lo hecho en su proyecto Mondo Generator. Se debe tener cuidado de no acercar fuego porque de lo contrario se corre el peligro de provocar un incendio.
En un momento en el que comprar discos compactos de música no estaba mal visto y podías pasar las madrugadas viendo videos de rock en MTV, un conjunto surgido en el árido desierto de California logró salir del subterráneo y llegar a lo más alto del firmamento. Fue con su segundo álbum que QOTSA dejó de ser una banda conocida por un puñado de personas para encaminarse hacia el éxito comercial.