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Corría el año 2000 y se temía que el Y2K provocaría un error tecnológico en todas las computadoras del mundo pero no fue así. Lo que sí ocurrió fue la aparición de un nuevo “supergrupo” que de inmediato llamó la atención por los nombres de sus integrantes. Músicos reconocidos de diversos proyectos de rock se unieron para crear algo que en sus bandas principales no tendría cabida. Fue así que nació A Perfect Circle.
La idea nació cuando Maynard James Keenan, cantante de Tool, conoció a Billy Howerdel, quien ha sido parte del staff de Fishbone, Faith No More y Nine Inch Nails. Entre los dos surgió una amistad y la inquietud de iniciar una banda de rock con un sonido sencillo pero al mismo tiempo emocional.
Fue en 1999 cuando el nuevo proyecto, todavía sin nombre, adquirió forma con la incorporación del resto de miembros. Se sumaron Troy Van Leeuwen (guitarrista de Queens of the Stone Age), Paz Lenchantin (bajista de Zwan y ahora de los Pixies) y Tim Alexander (baterista de Primus). La creatividad colectiva generó buenas reacciones y de inmediato aparecieron las primeras composiciones.
Poco tiempo después surgió el primer cambio de elementos al salir Tim y entrar Josh Freese (Guns N' Roses). Cuando tienes a personas con una amplia experiencia no necesitas dar ordenes porque cada uno ya conoce su oficio.
Fue exactamente el 23 de mayo del 2000 cuando vio la luz el álbum debut de A Perfect Circle. Las expectativas eran muy altas pero fueron cumplidas. Fue lanzado en un período de transición en el que la música tangible iba a la baja y compartir canciones digitales a través de Napster era la nueva normalidad. A pesar de lo anterior, logró vender 188 mil discos durante su primera semana. Algo inaudito para una banda de rock de la época.
Parte del éxito de la banda se debió a la elección de su sencillo inaugural. La canción “Judith” fue la primera en sonar en todas las estaciones de radio del mundo. Su sonido inclinado hacia el hard rock fue una bocanada de aire fresco con respecto al nu metal y las boy bands que dominaban el panorama.
Al mismo tiempo, el tema captó la atención por la feroz crítica a la iglesia católica que se escucha en la letra compuesta por Maynard. En ese sentido, su estilo de escribir no se aleja demasiado a lo hecho en Tool. Con respecto al video del tema, el encargado de dirigirlo fue el cineasta David Fincher, quien acababa de presentar al mundo su adaptación de Fight Club.
Pero si algo caracteriza a la ópera prima del quinteto es su versatilidad de sonidos y emociones. Así lo demuestra “3 Libras”, una melancólica pieza que arranca con una guitarra acústica que contagia tristeza. Además también se aprovecha que Lenchantin es una violinista profesional para añadir un arreglo de cuerdas que le brindan elegancia al trabajo.
Las canciones de A Perfect Circle son como la vida misma porque en ocasiones puedes estar lleno de enojo y quieres descargar tu furia a través del headbanging. En cambio, otras veces es más fuerte la introspección y la única forma de limpiar el alma es por medio del llanto.