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Conseguir hacer bailar a alguien no es tan sencillo como parece. Aunque si existe una agrupación que lo ha conseguido durante las últimas décadas es Daft Punk. Su fórmula ha resultado infalible en todos los ámbitos hasta posicionarse como un referente dentro del campo de la música electrónica. Mientras que a nivel de imagen la dupla también se ha incrustado en la cultura popular. Hoy es inconfundible ver a un par de robots en la cima de una pirámide de luces y no pensar en la agrupación francesa.
Después de un álbum debut tan exitoso como Homework y presentaciones constantes por todos los clubes europeos, Guy-Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter tenían un reto bastante complejo frente a sí. Además su música no solo se escuchaba sino que también había adquirido una fuerte relevancia visual gracias al video de “Around the World” dirigido por Michel Gondry. La coreografía que encaja con cada uno de los ritmos forma parte de la era dorada de MTV.
Pero como ocurre con cualquier agrupación, lo difícil no es alcanzar el éxito sino mantenerse en la cima. En ocasiones lo peor que puede suceder es tener un primer material con un buen recibimiento porque genera que las expectativas por el segundo sean inmensas. Como resultado, muchos se desinflan como globos y nunca pasan de ser un simple one hit wonder.
Ahora bien, el dúo formado en París tenía claro que todavía contaba con mucho que aportar a la música. Cada uno de los integrantes trabajó por su cuenta en ideas y al final se reunieron los dos elementos para mostrar lo que tenían. Al unir sus aportaciones se obtuvieron 14 piezas que fueron publicadas el 12 de marzo de 2001 en plena transición de milenios.
A diferencia de su primer LP, aquí se escucha una mayor variedad musical. Aunque Daft Punk es considerado como uno de los máximos exponentes del house francés, en esta segunda placa hay elementos de disco y R&B que enriquecen el resultado final. Aunque una de las características principales es la ambición por mantener un hilo conductor en todo el trabajo. Es un álbum conceptual como los que abundan en el rock progresivo pero creado con la única finalidad de que te pongas a bailar.
Por su parte, la pareja siempre ha sido renuente a mostrar su verdadera identidad. Desde un inicio fue así pero con este segundo LP nació el concepto de los cascos y simular que se trata de un par de robots más avanzados que las versiones de Kraftwerk. A la fecha son mínimas las fotografías en donde se puede apreciar los verdaderos rostros de los integrantes. El misterio es el complemento perfecto para la historia que relata el material.
En la parte visual la máxima inspiración fueron los animes que se popularizaron en occidente durante los 70 y 80. Desde Captain Harlock y Grendizer hasta Candy Candy. Las historias espaciales y en donde los adolescentes son los protagonistas inspiraron los videos promocionales que se desprendieron del disco. Mientras que todos los clips reunidos conforman la odisea audiovisual Interstella 5555: The 5tory of the 5ecret 5tar 5ystem dirigida por Kazuhisa Takenouchi.
El tema que abre el trabajo es “One More Time” y al igual que toda la discografía del dueto galo tiene una deuda permanente con Giorgio Moroder. La influencia del productor italiano es innegable y en todo momento hay ecos al eurodisco. Mientras que otra de las características es la forma en que se retoman fragmentos de canciones de soul y R&B de antaño para confeccionar nuevas piezas que suenan novedosas. A partir de un fragmento de "Can You Imagine" de The Imperials grabada en 1977 se obtiene la vertiginosa “Crescendolls”. El pasado nunca se había escuchado tan moderno.
Por su parte, a partir de los segundos iniciales de “I Love You More" de George Duke se consigue la base de “Digital Love”. El resultado final se traduce en una dulce pieza que no solo fue un éxito en las pistas de baile sino que también sirvió de inspiración para las nuevas generaciones de músicos. Su influencia se puede escuchar en MGMT, Tame Impala y Empire of the Sun.
El cambio de milenio parecía que provocaría una debacle tecnológica pero no fue así. En cambio, lo que sí propició fue el surgimiento de dos robots que han tomado los sonidos que hacían bailar a nuestros abuelos para convertirlos en los éxitos favoritos de los millennials. El pasado y el futuro se conectan por medio de la música.