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The Rolling Stones, toda una leyenda en la historia del rock, con canciones que han marcado la vida de millones de personas, quienes en sus inicios competían con The Beatles por crear el próximo gran hit mundial, que conocieron a los más grandes del blues, que incluso James Brown le dio una lección de baile a Mick Jagger, hicieron su segunda visita a México en 1998, así es –aunque parezca increíble la primera visita que nos hicieron fue en 1995– 24 discos de estudio después, en el 98, regresaron con el Bridges to Babylon Tour.
El álbum Bridges to Babylon salió en 1997, donde a pesar de tener un sencillo como el de “Anybody Seen My Baby”, con un video con Angelina Jolie bailando muy sensual para todos los miembros de The Rolling Stones y Mick Jagger bailando para gente en la calle, el álbum no fue realmente bueno. Después de este disco no volvieron a sacar nada nuevo hasta el 2005 con A Bigger Bang, tuvieron que pasar 8 años para intentarlo de nuevo.
Esa gira fue muy extensa y llena de grandes actos abridores. Mientras en otras ciudades del tour hubo actos abridores como Bob Dylan, Santana, Buddy Guy, Pearl Jam, The Smashing Pumpkins o Jamiroquai a nosotros nos tocó Alex Lora y compañía, así es… existe toda una polémica acerca de las bandas elegidas para calentar el escenario de The Rolling Stones en México.
El setlist de los dos días tuvo muy pocas alteraciones realmente, en los dos abrieron con “(I Can’t Get No) Satisfaction”, hicieron covers a “Little Queenie” de Little Richard, “Like a Rolling Stone” de Bob Dylan y antes del encore cerraron con “Jumpin’ Jack Flash”. Afortunadamente para los que presenciaron el segundo día de la gira en México, el 9 de febrero de 1998, en vez de escuchar “Thief In The Night” –tocada en la primera fecha– bailaron con “You Don’t Have To Mean It” el reggae de los Stones, “Bitch” fue reemplazada por “It’s Only Rock’n’Roll (But I Like It)” y en el encore además de disfrutar “Brown Sugar”, también se dieron un agasajo con "You Can’t Always Get What You Want", disfrutando una súper rola más que los que asistieron a la primera fecha dos días antes.
Obviamente un servidor no pudo asistir al concierto, pues era tan solo un pequeñajo, pero mis padres y mis hermanos si asistieron. Mientras yo jugaba Super Nintendo hasta quedarme dormido, mis hermanos bailaban y conocían a los héroes de mis padres, mi padre seguro enloquecía al escuchar "Las Chicas del Honky Tonk" o "Simpatía Por El Diablo" –como las conoce gracias a Universal Stereo– y mi madre perdía un zapato al tratar de salir entre tanta multitud, una historia que aún se cuenta en las comidas familiares.
Acá se encuentra el boleto que ahora forma parte de mi memorabilia de conciertos, pero ya han pasado 20 largos años de que se despidiera el Bridges to Babylon Tour de México, dos décadas de la segunda visita de los londinenses a nuestro país.