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Actualmente, el confinamiento ha revolucionado la industria musical. Muchos artistas han compartido sencillos, EPs, discos o incluso conciertos. ¿Pero qué pasa cuando el aislamiento es voluntario?, la historia de la música nos ha dado distintas obras creadas en una etapa. Tame Impala con Innerspeaker, Paul McCartney con sus volúmenes homónimos, Billie Eilish con su debut, Gustavo Cerati en la creación de Amor Amarillo, son algunos ejemplos. El caso de Andrés Calamaro con El Salmón es un extremo que vale la pena contar.
Una serie de bombas de tiempo estallaron en la vida del artista desde 1994, cuando comenzó el final para su banda en España, Los Rodríguez. Tras su regreso a Argentina, el cantautor presenta el afamado Alta Suciedad, disco que incluía clásicos que se volvieron eternos como "Flaca" y "Crimenes Perfectos", hasta temas que lo llevaron a la polémica y censura como fue el caso de "Loco" por sus alusiones al consumo de marihuana y "Media Verónica" al despertar el debate de la tauromaquia.
Pese a todo el polvo levantado, Calamaro continuó y lanzó en 1999 el disco laureado entre los 10 mejores de la historia del rock argentino, Honestidad Brutal. Los altibajos le dieron peso a Andrés como uno de los más grandes referentes en su país, aunque también quedó señalado por la pelea con los medios de comunicación por el tema de las drogas. Al final de la gira en ese mismo año, el compositor se enfrenta a la llegada del nuevo siglo con una serie de incertidumbres, y es así que se encierra a componer desde el final de 1999 hasta el principio del año 2000.
Acompañado de Gringui Herrera y Marcelo Scornik, el compositor se enclaustró cerca de tres meses para llevar al límite sus capacidades de composición. Un día normal en su domicilio significaba componer, tocar y grabar hasta 10 canciones nuevas, Scornik estaba en un cuarto escribiendo las letras mientras Andrés preparaba la armonía. Sin ver la televisión, leer los diarios ni escuchar música, este equipo se alejó del mundo. Una cantidad importante de reversiones a The Beatles, Bob Marley, Spinetta, The Rolling Stones entre otros, fueron realizadas en este proceso, y eran como un descanso para la etapa de composición, el cual era un ejercicio también.
Me dejé secuestrar por mí mismo, por mi nariz y por la libertad. Trasladé el estudio a la cama y sencillamente escribí con deseo, durmiendo dos veces por semana. Estaba inspirado, un poco empachado por la sensación de poder escribir y grabarlo todo", señaló Andrés.
La situación era preocupante para colegas y familiares, al artista se le veía flaco y mal dormido, pero la inercia volvía imposible el descanso. La habilidad creativa del artista no podía parar hasta que El Salmón estuviera concluido. En el fondo este material desafiaba todo, era un desafío al mismo artista, a la polémica que lo abordaba, al turbulento inicio de su carrera como solista, al triunfo corto con Los Rodríguez en España y al estrago de Alta Suciedad y Honestidad Brutal.
Al terminar los tres meses de grabaciones, Calamaro llegó a España con maletas llenas de canciones por las que tuvo que pagar más traslado de equipaje. El artista presentó a la disquera DRO 300 maquetas con la intención de ser grabadas en estudio, cosa abrumadora, para muchas bandas el trabajo de toda su carrera y para el cantante un trabajo arduo de tres meses.
Estas canciones jugaban con el rock, también le desobedecían al género para pasar al reggae, soul, tango, blues y demás sonidos. La elección de 103 canciones fue la transición para llevar al estudio todo ese trabajo realizado en casa, canciones como "Output Input", "El Salmón", "Revolución Turra", "Ok Perdón" y "Tuyo Siempre" fueron destacables.
Elegancia, melancolía, intensidad, irreverencia y atrevimiento fueron la base de un trabajo lleno de emociones, el cual claramente es inescuchable de una sentada. El Salmón era seguir la dirección difícil, la tuya, la arriesgada, la que vale la pena. Más que un disco es una novela, la cual se divide en cinco capítulos donde se muestra el lado más obscuro del artista y también el más prolífico.
Luego del proceso de grabación que duró semanas, se decidió que El Salmón se dividiría en cinco partes para satisfacer las necesidades de la industria. La producción, venta, promoción y difusión del disco fueron algo atípico, que de hecho no se ha repetido nuevamente en la historia.
Tras el lanzamiento medianamente exitoso, Andrés no quiso salir de gira y desapareció del radar. La última canción del álbum "Este es el Final de Mi Carrera" era el presagio de lo que seguía. El artista desapareció en España para seguir galopando con su proceso creativo. Desde ese momento hasta el 2002 se registraron cerca de 200 canciones más, las cuales no salieron por decisión de él.
Andrés Calamaro mostró en El Salmón una forma diferente de hacer música. El reto al arancel de las 12 canciones dio muestra de que un artista se debe dedicar a componer y crear siempre y no solo para cumplir un contrato. Te invitamos a que conozcas este interminable disco a continuación.