Favoritos
Haz click en la banderilla para guardar artículos en tus favoritos, ingresa con tu cuenta de Facebook o Twitter y accede a esta funcionalidad.
Es cierto que a partir de cierta edad el tiempo se va más rápido y prácticamente sin que nos demos cuenta, clara muestra de ello es que han pasado ya 20 años desde que Richard Ashcroft hizo a un lado a The Verve para aventurarse a explorar una carrera en solitario.
Ícono de la prolífica escena musical de Manchester e idolatrado por los hermanos Gallagher, Richard decidió comenzar a pavimentar su propio camino a los pocos meses de tomar la difícil decisión de dejar atrás a la banda que lo puso en la cima. Sin embargo, cabe señalar que no lo hizo solo, sino que Peter Salisbury decidió seguir acompañándolo en la batería.
Alone with Everybody llegó a las tiendas el 26 de junio del año 2000 y marcó un parteaguas no solo por tratarse de su álbum debut, sino porque fue en ese momento que comenzó a reconciliarse consigo mismo. Poco a poco estaba dejando atrás su turbulento pasado con las drogas y acababa de tener a su primer hijo, Sonny, con Kate Radley.
Es indudable el gran talento para componer que posee Richard, canciones como “Sonnet” son capaces de quebrar hasta al más fuerte, la diferencia es que esta habilidad fue volcada hacia el amor. “A Song For The Lovers”, tema con el que abre el disco, es el ejemplo perfecto.
En palabras del propio Ashcroft, Alone with Everybody fue prácticamente la continuación de Urban Hymns e incluso tres de las canciones que lo componen fueron originalmente escritas para este último. Además de que Will Malone y Chris Potter se encargaron también de los arreglos de cuerdas y la producción, respectivamente.
Las expectativas eran muy altas pues, aparentemente, no había posibilidad alguna de fallar. Afortunadamente el disco salió bien librado e incluso fue nominado al Mercury Prize cuando aún no era el equivalente a ganar un Grammy Latino.
Si bien conservaba la esencia y las guitarras de The Verve, Richard logró agregarle distintas atmósferas a partir del uso de otros instrumentos como flautas e incluso un arpa, creando melodías más cálidas, románticas y sentimentales.
Para muchos esto significó un declive en la carrera de Richard; sin embargo, años después podemos apreciar que realmente se trató de una marcada evolución en la que optó por un sonido más estable, pero no por ello menos atrevido. El soundtrack perfecto para estar en paz con uno mismo.