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Se cumplen 10 años del lanzamiento de Master Of My Make-Believe, segundo álbum de Santi White, mejor conocida como Santigold, y primero bajo ese nombre, ya que su debut fue firmado como Santogold. Más allá del simple cambio de vocal, por ciertos problemas legales que pudieran surgir, sí significó una transformación de sonidos.
En 2008, White irrumpió con su material homónimo, de aquel momento, obteniendo el reconocimiento de la crítica y del público, un disco propositivo de art pop, creado a partir de los elementos característicos de la música independiente, guitarras melódicas y estribillos, mismos que fueron procesados en consolas y tornamesas, con una mezcla de hip hop y dub para dar esa combinación que fue tan aclamada y que la llevó a ser el acto de apertura de grandes nombres de la industria.
Por ello, la expectativa fue alta para su segunda placa y más, tomando en consideración los colaboradores que reunió a su alrededor, artistas como Karen O y Nick Zinner de Yeah Yeah Yeahs, Q-Tip, Boys Noize, Switch, Diplo y otros tantos de la misma calidad, auguraban un éxito rotundo y que Santigold pasaría sin dificultad la temida prueba del segundo álbum. Y así fue, sencillos como “Big Mouth”, “Disparte Youth” y “The Keepers” consiguieron posicionarse en las listas, igual que todo el disco, rebasando incluso posiciones alcanzadas con Santogold, pero dentro de la prensa especializada, no logró recoger los mismos elogios, con críticas dispares y el señalamiento de tomar el camino fácil e incluso ser repetitivo por momentos.
Pero, si su primer material fue la reinterpretación de los sonidos que dominaron la primera década del siglo XXI, el segundo marcó la pauta de lo que vendría para la siguiente. Con ritmos caribeños y africanos como base Master Of My Make-Believe, significo una exploración más personal de White como artista; lejos quedaban las bodegas de Brooklyn, las bandas de punk y ska, o trabajar para las estrellas pop del momento, su camino de la periferia al centro había concluido, y lo hizo como una de las figurar más revolucionarias de la escena. En esos años se dio una toma de espacios por parte de artistas de distintos géneros que llevaban tiempo tras bambalinas, no fue sólo Santigold quien transitó esa vía, también; productores, DJs, raperos y compositores que habían dado su trabajo a estrellas de ese momento, comenzaron a dar pasos al frente llevando su música a los grandes públicos bajo su propio nombre, guiando con éxito tras éxito las tendencias a seguir por los siguientes años, paradigmas que tarde o temprano también sucumbirán ante otra revuelta, si no es que ya lo están haciendo.
Este material fue la confirmación de Santi White, y de toda una generación que inicio una revolución en la música de la cual nosotros seguimos escuchando los ecos. ¿Qué pasa cuando la lucha termina, y el movimiento triunfa? Master Of My Make-Believe es la respuesta.