A 10 años de 'LP1' de FKA twigs

Una obra digi-glam que retó al futuro y hoy amerita revisitarlo.

Imagina un lienzo donde el glamour se encuentra en un torbellino de rupturas y atmósferas sutiles. Pues en 2014, FKA twigs desató ese mundo con su primer álbum, LP1, una obra adelantada a su tiempo que esculpió el futuro que ya vivimos.

Bajo la etiqueta del avant pop, el disco es un caleidoscopio de perspectivas, un prisma que desafía las fórmulas de la industria pop; FKA twigs con su mirada interior construye una visión poco convencional, presentando un estilo que, en su momento, parecía audaz y ahora es el modelo actual: dar valor a la sensibilidad.

La portada del álbum, un rostro digitalizado en tonos cian, rojizos y brillantes es una introducción a la experiencia sensorial que nos aguarda. Un rostro que parece desconectado del interior de FKA, pero en realidad anticipa el viaje emocional que las letras conducen. 

Cada track de LP1 son melodías sensuales que flotan en paisajes sonoros confusos y texturizados, marcados por ritmos que detonan la expresividad femenina a partir de los sentimientos más profundos. La producción del álbum juega con capas de voces, ecos, reverberaciones y se nutre de los principios del trip hop, sumergiéndonos en un universo futurista con ideas extrañas e hipnóticas. 

El viaje inicia con “Preface”, un guiño nostálgico a Thomas Wyatt que abre camino a la teatralidad de “Lights On”. Este tema devela una dimensión oculta del ser y da paso a “Pendulum” para irrumpir con contundencia hasta el final. Así FKA twigs se presenta como una figura misteriosa, cuyos matices profundos revelan un mundo interno que dialoga y se entrelaza con lo superficial.

Ahora, 10 años después de su lanzamiento, LP1 sigue siendo un testimonio de originalidad a través del arte en cuanto al estilo, lo visual y la experimentación. Por tanto, este álbum no solo encapsula el espíritu de una época, sino que se ha convertido en la norma que continúa guiando la música contemporánea.