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30 años de '…And Justice for All' de Metallica

30 años de '…And Justice for All' de Metallica

La justicia y sus extraños caminos.

Nothing can save us

Justice is lost, justice is raped, justice is gone

Pulling your strings, justice is done

Seeking no truth, winning is all

Find it so grim, so true, so real,

"…And Justice For All".

“Blackened” es el título del primer track del cuarto disco de Metallica editado hace ya 30 años y recientemente el nombre que se le ha dado a la marca de whisky que comercializará la banda, una muestra del ímpetu comercial del cuarteto que ha superado tragedias, rompimientos, lapsos creativos obtusos y evoluciones inesperadas.

“…And Justice For All” encontró su nombre en una película y su condición en la necesidad de catarsis de la banda ante la trágica pérdida de su bajista, cuyo espíritu reposa en el girar de este vinilo por dos detalles curiosos, el primero es la inminente ausencia del sonido de su instrumento y la pregunta eterna que nos quedará dolorosamente: ¿qué hubiera sido de estos potentes tracks con la adición de la creatividad de Cliff Burton? El segundo detalle para la posteridad quedaría grabado en la misma frase que escribió Cliff para el tema cuasi-instrumental “To Live Is To Die” y cuya última línea está grabada en el mármol de su tumba: "All this I cannot bear to witness any longer. Cannot the kingdom of salvation take me home?".

Pocas veces, o me atrevo a decir que ninguna vez en los últimos años hemos visto figurar en un setlist de la banda temas como “Eye Of The Beholder”, quizá ante la cierta indiferencia y rencor de James Hetfield hacia este material y los recuerdos de los primeros días en las que la agrupación exponía su obra en directo, la cual denota por su complejidad que raya en lo progresivo y la larga duración de sus canciones. “Nos dimos cuenta de que las canciones eran jodidamente largas”, mencionó Kirk Hammett en una entrevista para Rolling Stone hace casi 10 años. El mismo guitarrista que pasaba horas de trabajo en el estudio y días de insomnio figurando mentalmente el próximo paso de cada intrincado solo que podemos escuchar en piezas como “One”, la opus magna de la señora justicia.

Existe un antes y un después de uno de los temas más emblemáticos de Metallica el cuál empieza con ecos de combate y un arpegio inigualable que hasta la fecha aquellos que comienzan a tocar guitarra tienen que aprender casi por obligación. “One” fue la canción que indujo la grabación del primer video de la banda alentando a los fans más férreos a llamarlos vendidos por aparecer en MTV. También serviría para que en escena la ambientación y el uso de elementos como pirotecnia sirvieran como complemento para las futuras presentaciones en vivo.

Jason Newsted sería el desafortunado en tomar “The Shortest Straw” y ser víctima de los delirios entre alcohol, drogas y la depresión post-traumática que dejaría en James, Lars y Kirk la trágica muerte de Cliff. Las conocidas historias de eso que ahora llaman bullying y la inminente falta de las líneas de bajo que Jason grabó por separado de la banda y en un solo día, las cuales fueron omitidas en la masterización.

Más allá del misterio que encierra la decisión de omitir la labor de Jason del trabajo final y la polémica al respecto que persiste hasta nuestros días (por cierto, ve en YouTube un video titulado And Justice For Jason), “Harvester of Sorrow” es una clara muestra del brutal poderío de James Hetfield para fabricar riffs cual nido de ametralladoras que deja agujeros en nuestro espíritu. “The Frayed Ends of Sanity” y su canto inicial inspirado por los Winkie Guards de la bruja de The Wizard of Oz, y ”Dyers Eve”, una canción llena de culpa como mencionó James al respecto de su catarsis suprema sobre los recuerdos de su vida familiar y la furia disipada en su potente riff y veloz galopar.

La señora justicia y sus difusos caminos en esta metáfora que es la vida y en los discos que nos dicen tanto. En espera de la reedición por su 30 aniversario, que la furia que provoca la pérdida y la sanación que alivia el desfogue sigan perpetrando el legado que muy pocos se han atrevido a imitar.