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"Welcome to the jungle it gets worse here everyday. You learn to live like an animal in the jungle where we play"
–"Welcome to the Jungle", Guns N’ Roses
Considerados en sus años dorados como la banda más peligrosa del mundo, el apetito de destrucción de Guns N’ Roses se vio reflejado en la portada de su opus magna: una mujer violada por un robot, lo cual no fue mucho del agrado de Geffen Records. Esto es solo un dato para entender el contexto de un disco que el día de hoy celebra 30 años de ser un referente no solo del hard rock sino de la historia de la música en general.
La idea era que Paul Stanley de Kiss tomara el control de la producción, pero debido a todos los cambios que quiso hacer en las maquetas iniciales y ante el disgusto del siempre explosivo Axl Rose, el trabajo fue cedido a Mike Clink. Más la negativa de Nikki Sixx de Mötley Crüe, quien relata de manera exagerada en su autobiografía The Heroin Diaries: “La banda prácticamente me rogó para que yo fuera el productor”.
Así las canciones cuyas letras comenzaron siendo garabatos en cajas de pizza y revoltijos creativos durante ensayos, dieron su primer golpe contundente con “Welcome To The Jungle”, el relato figurativo de la llegada de William Bruce Bailey a la gran ciudad de Los Ángeles, después de dejar el condado de Lafayette Indiana. El shock por llegar a la meca de aquellos que buscan la fama y la inmortalidad, su olor a coladera y miseria en las calles infestadas de vagabundos, la lucha por sobrevivir ante las navajas de los ladrones y las amenazas de los dealers, el amor fugaz de una prostituta, la mutación de William al alter ego conocido como Axl Rose, Izzi Stradlin como eterno compañero de mil batallas. Cuenta la leyenda que esta pieza fue creada en solo tres horas.
El voraz ímpetu de ser la banda más grande del mundo obligaba a Guns a tocar todas las noches posibles en el circuito de bares de Sunset Boulevard, sobrevivir gracias a la caridad de stippers que les compraban comida, les daban refugio y les ofrecían lugares dónde hasta que el alcohol lo permitiera y las drogas los activaran. Duff Mckagan relató al respecto de esos tiempos que necesitaba dos botellas de vodka diarias “solo para ponerse a tono”. “Mr Brownstone” es una clara muestra del entorno de aquellos días salvajes: un poco más y cada vez un poco más de heroína. Antes de la intempestiva separación de la banda en el Use Your Illusion Tour algunos años después, Axl daría un mensaje a Slash que sería el último clavo de la tumba de la banda: “Someone here has been dancing with Mr. Brownstone”, en alusión al abuso constante del guitarrista. Steven Adler fue otra víctima de la vida acelerada de la banda, a tal grado que fue despedido en las primeras sesiones de Use Your Illusion I y Use Your Illusion II debido a su incapacidad para tocar la batería. En el reciente tour de la banda los ha acompañado en un par de canciones del referido disco, momentos memorables en los que tenemos a la mayor parte de la alineación original, que dio origen a Appetite For Destruction.
Slash mencionó alguna vez que el legendario intro de “Sweet Child O’ Mine” surgió mientras afinaba y jugueteaba con las cuerdas de su Gibson Les Paul, “Paradise City” eventualmente se convertiría en un himno de “rock de estadio” y temas como “My Michelle” y “Rocket Queen” quedarían como testimonio de los idilios con amigas, goupies y mujeres de la vida galante que tanto los inspiraron. 30 años después de recaídas, rehabilitaciones y reconciliaciones, Guns N´ Roses sigue reclamando su debido trono en la historia del rock n´roll con la cruz con sus cráneos como insignia de batalla.