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20 aniversario de Bonsound
21/Nov/2024
Cómo funciona la música.
De escuchar vinilos al streaming y de regreso al vinilo. La caída de las grandes discográficas y la preferencia por los sellos independientes. Del éxito en la radio a la viralidad en redes sociales. El escándalo por los derechos de propiedad intelectual y el hecho de que hoy, en un día, se lanza más música que la que vio la luz en 1989. ¿Cómo se adaptan los servicios musicales a este escenario cambiante?
Bonsound nació en 2004 en Quebec, Canadá de la manera más orgánica: cuatro sujetos que se adentraron en la industria con el deseo de hacer llegar más lejos su música. Gourmet Délice, cofundador, tenía una banda y hacía todo él, management, producción, logística, booking. “En esa época, era todo totalmente DIY o muy comercial; eras tú en tu casa o agencia con bandas grandotas, así que fue una manera de darnos los servicios que necesitábamos”, nos cuenta presumiendo su español en entrevista.
Lo que comenzó como management para la banda Les Breastfeeders, hoy es sello, management, booking, editora y productora de conciertos. La formalización de la empresa fue resultado de un efecto de bola de nieve. “Al mes de que abrimos la empresa, llegó una banda famosa aquí llamada Malajube y crecimos junto a ese proyecto”. La filosofía de Bonsound era (y sigue siendo) “Desarrollar las carreras, no solo desde el punto de vista de música grabada, sino de conciertos, de PR, de imagen, giras, internacional”.
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“Así empezó y ahora es diferente, pero al mismo tiempo no”. Con tantos cambios a nivel consumo musical, económico y el mayor reto: la sobreoferta de artistas, la adaptación siempre ha sido parte del oficio. “Es un desafío cada día, desde que abrimos hasta ahora, solo que los parámetros cambiaron. Si tienes algo de punk rock, seguro va a pasar por vinilo y conciertos; si tienes algo de pop, puedes pensar en algo más para redes sociales y streaming”.
No te voy a hacer firmar algo que yo no firmaría
La mala reputación que en algún punto se ganaron los grandes sellos, se quedó en esos grandes nombres. Por su lado, Bonsound mantiene su esencia centrada en el artista, por eso genera contratos separados para cada una de sus vertientes (booking, sello, etc.).
Para poder seguir así, con confianza entre nosotros y los artistas, necesitamos contratos que nosotros mismos firmaríamos. Nosotros somos licenciadores, no nos quedamos con ningún tipo de propiedad intelectual”.
Esto les permite una flexibilidad interesante, además de un ambiente colaborativo y de crecimiento para la escena canadiense. “Si el deal está bueno para ambos, se puede renovar por siempre si quieres”.
No somos ajenos a los casos de controversia con la posesión y uso de las grabaciones. Desafortunadamente, varios artistas no saben lo que firman y luego se encuentran con grandes decepciones. “En nuestro mundo no queremos eso. Sin embargo, existe y está bien, porque da lugar a que nosotros existamos también”. Hay artistas que priorizan las ganancias a corto plazo, otros priorizan que sus creaciones no sean modificadas, otros quieren voz y voto en cómo será manejados. Afortunadamente, ya hay opciones para todos.
Actualmente, ya no hay extremos polarizados. Ya no se trata de un artista contra el mundo si no ha firmado con alguna agencia, sea de management, sello o demás. Hoy Bonsound sigue poniendo el ejemplo de cómo desarrollar artistas de manera justa, no solo a nivel local, sino internacional.
