Trazar melodías a través de la luz, el nacimiento de una imagen musical.
Cada que elegimos escuchar una canción, estamos decidiendo una manera de interrumpir el silencio, de alimentarlo con sonidos, letras y texturas, que a su vez, dan paso a una imagen que muta en algo más. La experiencia musical es una manera profunda de encontrarse con las verdades del mundo etéreo y material. Propuestas como la de Wild Nothing, logran crear un flujo que unifica diversas sensorialidades para, finalmente, deleitarnos con una imagen musical.
Sin duda, el proyecto musical de Jack Tatum es uno de los más queridos por el público de nuestro país. Después de 15 años de presentarse como Wild Nothing, ha logrado volverse un referente dentro de las diversas propuestas de dream pop de los últimos años. A cinco años de su última presentación en México, anoche la banda fue recibida con gran entusiasmo por los asistentes al esperado show.
Para iniciar la noche subió al escenario Bilbao, banda originaria de Monterrey, Nuevo León. A través de temas como “Amor de Furgoneta” y “las calles de mi ciudad”, esta última tocada en compañía de Planeta No, proyecto del músico chileno Gonzalo García, crearon una atmósfera de alegría y celebración. Antes de bajar del escenario Aarón Lozano, vocalista de Bilbao, expresó su agradecimiento y afecto por el público de Ciudad de México y se despidió lanzando flores a los asistentes.
Fue así como apareció Tatum acompañado de su banda para abrir con el icónico tema “Nocturne” que, de inmediato, inundó de adrenalina el venue. Le siguieron “Suburban Solutions” y “Wheel of Misfortune”, con las cuales nos adentramos en la extensa discografía de Wild Nothing que, por primera vez, nos presentaría temas de Hold, su más reciente álbum.
Conforme avanzó la noche, la banda nos envolvió con su manto de incandescencias sónicas. El show estuvo acompañado de una serie de visuales que transportaron al foro a un espacio expandido, donde el tiempo parecía no existir, mientras imágenes poéticas colapsaban con las guitarras destellantes y la batería incesante distintiva del sonido de la banda. Durante el concierto se pudo apreciar un diálogo entre la imagen y el sonido que, en conjunto, aterrizaron en una experiencia audiovisual memorable.
Con “Shadow” llegamos al punto cumbre de la noche que prepararon los oídos del público para recibir “Dial Tone” de su nuevo álbum. Para cerrar la noche escuchamos “Paradise” que, sin duda, fue el momento más nostálgico de la velada. Con una fecha pendiente aún en Guadalajara, Jack y su talentosa banda se despidieron del foro agradecidos por la calidez y el entusiasmo y con la promesa de volver pronto la ciudad.