Fotografo: Diego Figueroa

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The Smile en el Auditorio Nacional

La banda ofrece en su primera gira mexicana un sonido tan delicado como una mariposa y tan imponente como un dragón.

La vida está llena de emociones que se complementan entre sí y también es lo que ocurre al escuchar el trabajo de The Smile. No es un proyecto que se puede etiquetar en un género porque navega por varios y en ninguno se queda estacionado. La libertad es una de las máximas virtudes de este trío de reciente creación pero que tiene demasiada experiencia detrás de cada uno de sus integrantes.

Apenas ha transcurrido un año desde que el mundo descubrió la existencia de esta nueva banda de Oxford. Durante este lapso ya dejó constancia de un álbum y además ha recorrido diversos países con presentaciones tanto en grandes festivales como en íntimos foros.

¿Las segundas partes nunca han sido buenas?

Pero aunque las canciones en estudio del combo se escuchan bien, nada se compara con la experiencia de la música en directo. Por eso la primera visita a territorio mexicano de The Smile o Radiohead 2.0 generó altas expectativas. Una fecha en el Auditorio Nacional no fue suficiente y se tuvo que abrir una segunda por todos los boletos vendidos.

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En primer lugar se podría pensar que tres personas no pueden crear una combinación musical demasiado extensa pero es un error. La experiencia de cada uno y el cambio constante de instrumentos provocan que el resultado sea tan delicado como una mariposa y tan imponente como un dragón.

Ahora bien, algo que han dejado en claro los integrantes del tridente es que su máxima aspiración es trasladar al escenario la experiencia de estar en un pequeño estudio de grabación. Con esto en mente, no hay grandes recursos visuales ni otros accesorios de apoyo que muchas veces sólo funcionan para alimentar el ego de los músicos. Aquí se trata de generar sensaciones y no caer en la superficialidad del show del medio tiempo de un Super Bowl.

La relación que existe entre Thom Yorke, Jonny Greenwood y Tom Skinner es tan fuerte que ni siquiera necesitan voltear a verse entre sí. Cada uno conoce a la perfección su papel sobre el escenario y el resultado es un engranaje perfecto. Al mismo tiempo, la interacción con el público es mínima y tan sólo se escucharon un par de frases durante toda la noche. La solemnidad hace pensar que se trata de un proyecto alterno de Kraftwerk pero no es así.

Al igual que su álbum debut, A Light for Attracting Attention, el recital empezó con la tranquilidad de “The Shame”. La introspección de la melodía fue acompañada con un juego de luces que marcó el inicio de un viaje a otra dimensión. Pocas veces la tristeza se puede disfrutar como cuando se escucha la voz de uno de los compositores de “Creep”.

Por su parte, la sensación de inmediato dio un giro al escuchar las primeras notas de “Thin Thing”. La pieza contiene ligeros guiños al math rock y es ideal para demostrar las capacidades de Skinner en la batería. Estar junto a dos de los fundadores de una de las bandas más importantes de las últimas décadas implica una fuerte responsabilidad.

De la introspección a la estridencia

Mientras que en la parte central del escenario y en medio de sombras el dueño absoluto es Greenwood. Sus capacidades son tan grandes como su altura y por eso se resiste a ejecutar un instrumento porque en cada canción cambia de arma de trabajo. De igual forma, tiene el talento para hacer que una nota de guitarra suene como una copa de cristal o como un trueno.

Al finalizar cada canción existe un reacomodo de instrumentos que hace pensar que se trata de un ensayo y no de una presentación frente a 10 mil seguidores. En un punto el staff dejó un piano en la parte frontal del escenario y aunque algunos fanáticos de antaño pedían a gritos “Karma Police” en realidad lo que sonó fue “Pana-Vision” con Yorke al frente de las teclas. La melancolía va implícita en su voz que tiene el mismo tono hipnótico de una sirena.

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En diversos puntos de la noche el trío se convirtió en cuarteto con la incorporación de Robert Stillman en el saxofón. Sus participaciones fueron breves pero le dieron un sabor distinto al pastel llamado The Smile.

Al contar con tan sólo un álbum prácticamente todas las canciones del material se escucharon aunque también hubo lugar para algunas sorpresas. Dentro de lo inesperado, el trío aprovechó su paso por México para estrenar “People in Balconies”. Pero la mayor rareza de la noche fue “Feeling Pulled Apart by Horses” de Thom pero ahora con un nuevo arreglo que la llenó de poder y catarsis auditiva.

Tal y como lo dice el nombre del proyecto, al finalizar la presentación la consigna general es ver una sonrisa en el rostro de cada uno de los asistentes. Todavía no hay una fecha para un hipotético regreso de Radiohead aunque mientras existe un jugoso aperitivo para los más hambrientos.

The Sisters of Mercy en el Circo Volador

Una noche de contrastes entre su pasado y presente.

Escuchar algunas grandes bandas es apreciar a todo un género en su conjunto. Así se siente la música de The Sisters Of Mercy y pese a que su vocalista, Andrew Eldritch disentiría, son uno de los eslabones más importantes de lo que ahora conocemos como gothic rock, estilo que estaría incompleto sin el paso de la banda por la escena musical de los años 80.

La relevancia musical de este conjunto radica en que fueron importantes en la consolidación del rock gótico, por ende, inspiración de bandas subsecuentes de gran calado, por ejemplo, Fields of the Nephilim o The Mission. Además, su influencia alcanza al metal, pues bandas como Cradle Of Filth o Kreator han covereado sus canciones. 

Lograr tal autoridad musical, trascendencia y permanencia, tanto en el tiempo y gusto de la audiencia, es algo que pocas agrupaciones pueden presumir y lo cual fue contundentemente claro durante su presentación en la Ciudad de México.

La banda volvió a la CDMX luego de su concierto en Guadalajara, luego de su última presentación antes de la aparición del Covid-19 en el mundo. Pese al calor que azota la capital, previo a la puesta del sol, decenas de personas enfundadas en atuendos negros comenzaron a invadir el histórico Circo Volador

Dentro del recinto, la temperatura era más elevada, la cual, ascendía con el continuo arribo de la gente y la temprana presencia de luces estroboscópicas que dieron paso a los teloneros locales, Prismatic Shapes. Con ritmos frescos que dan nuevos bríos al post punk, el trío capitalino demostró que la innovación compositiva para el género no está paralizada. 

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Luego de una pausa con música instrumental bastante anticlimática, Andrew Eldritch, Ben Christo y Dylan Smith saltaron al escenario con una nueva canción, “Don’t Drive on Ice”, apenas interpretada en vivo el año pasado en Países Bajos. Con esta y otras nuevas canciones como “Eyes of Caligula” corrió la primera hora del concierto que erradicó las críticas hacia la agrupación por no presentar material nuevo desde hace varios ayeres. 

Con lo anterior, Andrew Eldritch demuestra que su calidad compositiva no declina, lo mismo que su cavernosa voz, a la cual las malas ecualizaciones nunca le hacen justicia, al menos durante sus presentaciones en México. 

El gran ausente de la noche fue el mítico álbum First and Last and Always del cual apenas se interpretó “Marian”, esto quizá para dejar un tanto de lado su pasado más lejano y adentrarse en nuevas canciones, lo cual, deja la esperanza de ver a Andrew Eldritch volver al estudio. En compensación a ello, la banda tocó clásicos como “Alice”, “More” y “Dominion/Mother Russia”.

Luego de una breve pausa, la banda volvió para enloquecer a su audiencia con enérgicos clásicos para culminar su presentación: “Lucretia my Reflection”, “Temple of Love” y “This Corrosion”. Esto provocó que por momentos el entusiasmo de los asistentes, traducido en gritos, superara el audio y por lo cual, al finalizar la agrupación se inclinó hacia su público en muestra de reconocimiento.

En muchos sentidos, The Sisters Of Mercy es considerada un clásico, ya sea del estilo o de los lugares en donde suele escucharse música similar, aunque a veces se olvida que muchas de sus canciones son melodías insignia de todo un movimiento contracultural que se hace presente con fuerza en noches como esta.

Siddhartha anuncia gira por Estados Unidos

Es hora de que coseche éxitos fuera del país.

Tras cosechar muchos éxitos en 2022 con la salida de 00:00 y varias presentaciones sold out en México, Siddhartha anunció su siguiente aventura: una gira por Estados Unidos donde recorrerá más de 20 ciudades de la unión americana.

A partir del 24 de mayo y hasta el 15 de noviembre, con varias pausas claro está, el compositor de "Únicos" y "Bacalar" viajará al país vecino del norte para presentar sus éxitos y consentir a su público en el extranjero. Pisará el escenario de foros emblemáticos como The Fillmore en San Francisco, The Aztec Theater de San Antonio, The Underground de Charlotte, Irving Plaza en Nueva York y varias franquicias de The House Of Blues en Las Vegas, San Diego, Dallas y Houston.

Las entradas estarán disponibles en la página oficial del cantante, así que selecciona tu ciudad más cercana y aprovecha ésta oportunidad de escuchar en vivo a uno de los compositores más exitosos de la balada romántica en la actualidad.

De momento, Siddhartha será parte del festival Pulso GNP, que se realizará el 06 de mayo en nel Autódromo de Querétaro junto a Austin TV, La Gusana Ciega, Moenia, Celest, The War On Drugs, Bellakath y más.

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Mutek MX 2022: A/Visions 2

La explanada del Museo Anahuacalli fue la sede de una impresionante muestra musical de tres artistas innovadores como lo son Guillaume Coutu-Dumont, The Bionic Harpist y Caterina Barbieri.

Ayer por la noche en el Museo Anahuacalli se llevó a cabo el evento A/Visions 2 dentro del marco del festival Mutek MX, mismo que culminará el próximo 27 de noviembre. En esta ocasión el line up estuvo conformado por artistas que ya habían estado en algún evento de Mutek MX como la talentosa Caterina Barbieri, la cautivadora The Bionic Harpist y el increíble músico Guillaume Coutu-Dumont. Algo que siempre destaca en los eventos realizados dentro del Mutek MX es la selección de las sedes donde se realizan estos y ayer quedó expuesta esta gran capacidad de escoger lugares que sean adecuados para combinar la creatividad visual digital y la música electrónica innovadora.

El Museo Anahuacalli lució completamente lleno, el A/Visions 2 fue Sold Out y la convocatoria del público ratificó esto con una asistencia que llenó desde la explanada, hasta un par de gradas que fueron montadas y las partes laterales en donde estaban colocadas las barras dónde servían bebidas que iban desde refrescos, agua y cervezas, hasta tragos preparados a base de mezcal y otros licores.

El primer artista en aparecer sobre el escenario de A/Visions 2 fue Guillaume Coutu-Dumont, músico canadiense que para su set nos mostró “Les Empires”, una historia narrada con visuales que presentaban imágenes fijas de paisajes, personajes, lugares, naves y vehículos futuristas en una realidad futurista distópica. La musicalización que Guillaume agregó a estos visuales fue el complemento perfecto ya que cada imagen iba desarrollando un sentimiento en específico gracias a que la música realzaba y disminuía su intensidad conforme al visual mostrado en la gran pantalla montada a espaldas de Coutu-Dumont.

La influencia del jazz se notaba bastante, era como si Guillaume Coutu-Dumont fuese improvisando a cada minuto, la instrumentalización creaba un ambiente inmersivo que atrapó a los espectadores que, no levantaron sus celulares más que en esporádicas ocasiones y durante menos de 10 segundos, a ese nivel de atracción llegó el show de Guillaume Coutu-Dumont, al de lograr que el público se perdiera en la sonoridad de elementos que se robaron cada ápice de su atención.

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The Bionic Harpist elevó la apuesta aún más dentro del A/Visions 2 ya que su acto fue aplaudido y vitoreado al unísono por el público durante los casi 50 minutos que duró el show. Rasgando las cuerdas de su arpa modificada de arriba hacia abajo, The Bionic Harpist creó un sonido de eco que era acompañado por la estática de un vacío que se reproducía en los parlantes, cada parte del arpa creaba un sonido distinto, incluso aquellas en las que aparentemente solo hay madera. A lo largo de su show, The Bionic Harpist utilizó un arco para violín para producir nuevos sonidos con las cuerdas y lo único que se podía observar era la silueta de la artista, ya que en la pantalla ubicada al fondo del escenario se proyectó una sola imagen que se asemejaba a un amanecer en distintas tonalidades de colores cálidos, aunque ya a la mitad de su acto la artista fue iluminada por un reflector.

Lo sorprendente del acto de esta talentosa artista fue su manera de crear sonidos solo con su arpa, era evidente que las modificaciones que The Bionic Harpist colocó a su arpa le ayudan a crear pistas muy completas, instrumentalmente hablando. El acto tuvo un ambiente místico y envolvente que hacía que el menor ruido causado por alguna lata siendo abierta, por los flashes de las cámaras o los murmullos del público, fuera recriminado por aquellos que tenían su atención centrada en el número de The Bionic Harpist.

A/Visions 2 cerró de la mejor manera posible con un set de Caterina Barbieri, mismo que, a pesar de que terminó al rededor de la media noche, el público no se movió de sus lugares hasta que terminó este número. Caterina fue la única artista que modificó un poco el escenario, ya que colocó sobre un plástico enorme sobre la pantalla que transmitió los visuales de Guillaume Coutu-Dumont The Bionic Harpist, esto logró que las imágenes proyectadas sobre esta pantalla se vieran borrosas, como si fueran nebulosas de galaxias lejanas, algo muy acorde al outfit de Caterina que lució su brazo derecho cubierto por pequeños cinturones plateados. Al final de todo el público poco tendrá que reprochar a esta celebración del Mutek MX ya que en lo general, los asistentes se mostraron satisfechos durante las cuatro horas que duró A/Visions 2.

Måneskin en el Pepsi Center WTC

Excitación y locura bajo el destello sonoro de la luz de la luna.

Sin duda alguna, el ascenso estratosférico de la carrera musical del cuarteto italiano Måneskin, pareciera como algo sacado de un sueño; no obstante, es toda una realidad que los ha llevado de tocar en las calles de la capital del imperio Romano, a girar más allá del continente europeo, pasando por territorio asiático, sudamericano, estadounidense, hasta finalmente arribar por primera vez a nuestro país.

Es así como tras una larga espera llegó el día para que el público mexicano pudiera disfrutar en vivo del electrizante glam rock de la aclamada agrupación ganadora del Festival de la Canción de Eurovisión 2021; comenzando los fans a darse cita desde temprano en las inmediaciones del Pepsi Center WTC con una alta expectativa de lo que verían en el show.

Ya con el respectivo ingreso al icónico recinto de la colonia Nápoles, los gritos y cánticos de los asistentes no se hicieron esperar frente al escenario, recibiendo su tan esperada respuesta en punto de las 20:40 H, momento en el que toda la atmósfera del lugar se avivó como el fulgor de una llamarada con la aparición en escena de Damiano David, Victoria De Angelis, Thomas Raggi e Ethan Torchio; quienes darían la patada inicial de su recital con el tema “Cool Kids”, mismo que anunciaron formará parte de su próximo material discográfico. 

Con apenas unos cuantos minutos de haber iniciado la velada, bastaba con mirar a los alrededores para detectar que desde el segundo uno todos los presentes se encontraban enganchados con la excitante energía de Damiano y compañía, que sin titubeo alguno desplegaron su vigoroso arsenal musical con temas como “Zitti e Buoni”, “In Nome del Padre” y “Supermodel”.

La caja de pandora había sido abierta, canción con canción Måneskin nos llevaba de la mano por un incesante vaivén de emociones, que gratamente se encontraría con el primer punto álgido de la noche con el cover de The Four Seasons, “Beggin’”, mismo que en 2017 los catapultara a la fama viral a través de la plataforma TikTok, y que al interior del Pepsi Center se hacía presente de manera estruendosa para beneplácito de los asistentes.

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Sin embargo, el llamado enérgico por parte del conjunto romano no pararía ahí, buscando una reacción inmediata a toda esa entrega que estaban recibiendo por parte del público mexicano, elevando así las revoluciones del show con la interpretación del éxito “I Wanna Be Your Slave”, que sin lugar a dudas hizo temblar hasta el más recóndito lugar del recinto.

La noche continuaba avanzando y la selección musical para el primer concierto en México de la banda italiana seguía siendo extraordinaria, haciendo un recorrido por piezas como “For Your Love” y “Vent’anni”, que se desprenden del segundo álbum de estudio de la banda, así como el tema “If I Can Dream”, que recientemente formó parte del soundtrack del filme Elvis.

El principio del fin era inminente y los últimos latidos del impresionante recital sonoro de Måneskin se escuchaban cada vez más cercanos con la puesta en escena de “Mammamia” y “Lividi Sui Gomiti”, pero como había ocurrido durante toda la noche, la arrolladora presencia de los cuatro individuos en el escenario no paraba de maravillarnos y así sería hasta que ya no hubiera más que tocar por esta ocasión.

Tras una breve y tradicional pausa, el encargado de reiniciar las actividades sería Thomas, que bajo un deslumbrante reflector y con guitarra en mano, haría la introducción perfecta para el momento nostálgico de la velada a cargo del más reciente sencillo de Måneskin, “The Loneliest”, que con dedicatoria especial para el fallecido abuelo de Damiano, unificó emotivamente las voces del público previo a tocar una vez más “I Wanna Be Your Slave” para despedir la frenética presentación que nos regalaron los cuatro talentosos músicos, quedando a la espera de que muy pronto estén de regreso en territorio mexicano para hacernos vibrar locamente como solo ellos lo saben hacer.

 

BADBADNOTGOOD en el Auditorio BB

Sutil, elegante y magistral, así fue el concierto de BADBADNOTGOOD en CDMX.

El jazz es sin duda algo que combina bastante bien con el clima frío que nos ha atacado las últimas semanas, pero también con ese rayito de sol que poco a poco comienza salir, así que probablemente no existió mejor fecha para ser parte del concierto de BADBADNOTGOOD que ayer. Este (nuevamente) cuarteto de canadienses que poco a poco ha comenzado a tomar el reconocimiento que siempre ha merecido, apareció en punto de las ocho con quince de la noche en el escenario del Auditorio BB, todo milésimas de segundo después de que las luces se apagaran por tercera vez tras emocionar a todos un par de veces antes. 

El lugar se llenaba paulatinamente, personas afuera, otras en el baño, algunas comprando cervecita, y unas cuantas más listas en el que les parecía el mejor lugar para disfrutar; todo eso y más sucedía en el transcurso de los minutos, hasta que la música para amenizar la espera se detuvo y una ola repentina de gritos, emociones, sentimientos y aplausos se hicieron presente para dar paso a Black Sabbath, sí, ¿quién diría que el metal ensambla perfectamente con el jazz? 

Talk Memory es el álbum que la banda liberó a finales del año pasado, así que evidentemente el show estaba por centrarse en ese material instrumental de ocho tracks; que si bien no ha sido su mejor trabajo y hace notar la ausencia de Matty, tiene momentos en los que vale la pena prestar atención porque tal como lo mencionan los integrantes, la estética musical del LP no es lo más complicado de crear, pero para ellos es una forma de experimentar, crecer y sentirse satisfechos con el proceso y resultado.

El show dio inicio y Chester apareció sobre el escenario, él, su bajo y una gama cálida de colores que atrajo la mirada y atención de todos en el lugar. El clima afuera era lo último que importaba, porque dentro del recinto se había creado una burbuja atmosférica que en el núcleo resguardaba a la banda, ya completa, que en ese momento era la única que existía sobre la faz de la tierra.

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"Signal from the Noise", "City of Mirrors" y más canciones llegaban, una tras otra ocasionando que entre el público se pudiesen ver cabezas y cuerpos hipnotizados por ellas,  moviéndose cadenciosamente de izquierda a derecha y levemente de arriba hacia abajo. Así continuaron varios minutos con exquisitos visuales que acompañaban el set: carreteras, baile, edificios, montañas, la ciudad, mariposas, fuego y más se adentraron en nuestro ojos con distintos y agradables colores que siempre combinaron entre sí y que daban un toque único a cada que segundo que pasaba en el reloj.

La nueva vibra de la banda seguía intacta hasta que Alexander Sowinski hizo una pausa para hablar y comenzar a tomar control absoluto del show. Lo que estaba por suceder era un regalo para la memoria no solo de los asistentes, sino de la banda porque este era el primer show en México que BADBADNOTGOOD ofrecía en solitario; cabe mencionar que todas las presentaciones que había tenido anteriormente en el país formaban parte de festivales, el último de ellos a principios de año en Guadalajara.

Cuando "Beside April" comenzó a sonar, las personas enloquecieron; la versión que se escuchó en el Auditorio BB fue una combinación con jam que, efectivamente, no se repetirá nunca más y que desencadenó solos de sax, de batería, de bajo y de estos en pares que provocaron miles de aplausos y gritos de emoción. Poco después el venue tembló con todos ahí saltando y de un lado a otro moviendo las manos en alto, sacándole eventualmente sonrisas de impacto a Leland, que seguramente guardaba en lo más profundo de su mente lo que estaba presenciando sobre el escenario.

En el encore el espíritu de MF DOOM apareció poco a poco en la proyección visual y en cada instrumento de la banda, y fue así como a eso de las 22:10 H y tras dos horas de encanto el show terminó, BADBADNOTGOOD se despidió con una ovación de aplausos y gritos tremenda y las luces se apagaron.

¡No creo en Dios, pero que Dios bendiga a BADBADNOTGOOD!

Boris + Nothing en House of Vans

La bestia japonesa más viva que nunca.

El murmullo constante de la lluvia al sur de la metrópoli se convertiría progresivamente en el desgarre de wall of sound al interior del venue, inyectando el torrente de asistentes al centro de la vena Vans y evaporando todo rastro de humedad sonora al calor del esperado regreso nipón; Boris en México una vez más.

La ruptura de standby correría a cargo de Domenic Palermo y compañía, exponiendo las entrañas del PA a filo de shoegaze, post sound y las ya características melodías vocales de los norteamericanos. “Say Less” hilada a “April Ha Ha” asestarían el  siguiente impacto a la sensibilidad de la multitud creciente para arrastrarnos en un espiral de jazzmasters difuminadas, bajos profundos y el implacable trabajo baterístico de Kyle Kimball, transformando el recinto en una cámara de reverberación hecha a imagen y semejanza del sonido en su interior.

El cuarteto se abriría paso sobre el escenario de Mixcoac entre cortes como “Hymn to the Pillory” y “Fever Queen”, regalándonos un viaje por los estados anteriores de la banda y formando, paralelamente una narrativa sutil con base en el cambio de dinámicas sonoras; de la colisión constante prendida distor a la suavidad de las atmósferas compartidas. Sentir el ritmo entre melancolía e hipnosis no hacía más que remarcar la naturaleza finita de la experiencia, del tiempo que nos deja, de Nothing frente a nuestros rostros.

“Zero Day”, “The Dead Are Dumb” y “July the Fourth” marcarían el inicio del fin para los abridores, dejándonos con la sensación de caer en cámara lenta entre lo profundo del sonido y el ruido blanco. Palermo se tomaría un respiro entre la imponente imagen del doblete de amplificadores Fender antes de soltar “Famine Asylum”, agradeciendo al público, presentando cada integrante y contribuyendo casi inadvertidamente a la idea tras lo sonoro. No había nada que pudiéramos hacer, estábamos ahí, rendido de brazos, torsos y oídos a la merced del flujo armónico, la gentil aceptación de aquello que nos rebasa.

“Bernie Sanders” seguida de “B&E” darían fin al set de los de Philadelphia, impregnado cualquier inhalación con la pureza del shoegaze y despejando toda vía acústica rumbo a la colisión con el legendario kaiju de post core.

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Tras un breve interludio (y la colocación de uno de los live gears más imponentes de la actualidad), Wata y Takeshi harían acto de presencia sobre el templete de concreto, delegando los deberes percusivos de Atsuo al one-man-band conocido como Crawl, llevando al límite la libertad performática del vocalista desde el primer doble rugido vía “Anti-Gone” seguida de “Non Blood Lore”.

La fisicalidad del frontman mantendría a punto de ebullición el remolino de fanáticos frente al escenario, musicalizando saltos coordinados, torsos vueltos proyectiles y la mayor proporción de fanáticos en crowdsurfing que jamás había visto en un concierto de hard sound. El desmembramiento de riffs (cortesía del doble muro Orange a la espalda de los japoneses) cesaría de manera intermitente con los chispazos de feedback otorgados por la agrupación, quienes  dejaban fluir el setlist con tracks como “She is Burning”, “My Name is Blank”, “Cramper” y “Question 1”.

El furioso release energético de Atsuo sobre los asistentes llevaba un paso más allá las ideas bocetadas por Nothing hace tan solo unas horas. La aceptación transfiguraba de un estado más bien meditativo al desgarre de la única posibilidad, el flujo continuo y absoluto de cada instante, la concentración infinita de nuestros destinos ubicada en un solo punto al horizonte, acelerándonos cada vez en la dirección del sonido más intenso.

El concierto avanzaría impulsado por los treinta años de humbuckers, blast beats y metralla vocal fundidos al espíritu monstruoso de Boris, materializándose constantemente entre acordes de “Nosferatou”, “Ghostly Imagination”, “HxCxHxC” y “Kikinoue”. Las clavadas desde el escenario, el juego de luces y el impecable performance de los cuatro integrantes alejaban cada vez más la idea de volver al no-ruido, nada se había sentido tan real e imparable como estos cuatro músicos hechos pedazos sobre el escenario.

“Fundamental Error” caería sobre los ávidos de headbang invitando a tres músicos nacionales tras los micrófonos, destacando la participación de Samuel Osorio (guitarrista de Sunset Images) para enfatizar el frenesí encarnado por la bestia del Sol naciente. “Loveless” nos indicaría el camino hacia la recta final del espectáculo hasta “(not) Last Song”, donde la delicadeza del teclado bajo las manos de Wata uniría nuestro canales auditivos al gran sistema de retículos acústicos fundidos por Boris desde 1992. Nuestra respiración coordinada al empuje de cada bocina, nuestro grito el caos sintético en el interruptor del vocalista, todos uno. La banda regresaría para un encore de dos canciones acompañados por los guitarristas de Nothing, dando un total de seis músicos sobre el escenario y uno de los abanicos de sonido más completos, desgarradores y envolventes que jamás haya contenido el palacio del hardsound.

Siddhartha en el Palacio de los Deportes

Siddhartha vuelve a iluminar el Palacio de los Deportes.

Por segunda noche consecutiva, Siddhartha agotó todas las localidades del Palacio de los Deportes, en la presentación de su Tour 00:00 en la CDMX. Con gran emoción y entusiasmo, miles de fanáticos se dieron cita para disfrutar de un magno concierto, siendo este el escenario más grande en nuestra ciudad donde el jalisciense haya interpretado todos sus éxitos musicales.

Valsian iniciaría las acciones de esta noche, incitándonos a unir nuestras palmas al unísono para generar energía positiva para recibir al acto estelar. Luego de que se vocearan la primera, segunda y tercera llamada, se le daría la bienvenida a Siddhartha y al resto de su banda con un breve mensaje donde se usarían los títulos de muchas de sus canciones.

El fin es apenas el comienzo, “No es antes ni después” inaugura hoy el concierto que desde muy temprano ya desgarraba las gargantas de los asistentes. Los nuevos temas continuaban de la mano de “Cardúmenes” y “Huracanes”, no sin antes congregar a los fanáticos de antaño con “Ser Parte”, “El Aire” y “Fuma”.

Siddhartha agradece la entrega del público, invitando a Eunice de Valsian para interpretar junto con él “Mapa”. Las emociones continúan fluctuando en nuestro interior al escuchar “Náufrago” y “Bacalar”, después “A la Distancia” ilumina cada resquicio del domo de cobre ayudado por las luces de los teléfonos de los asistentes y “El Chico” lleva de vuelta a casa a nuestra memoria. 

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“Aunque todo este en la mente, quien manda es el corazón”, se corea fuertemente cuando “Me Hace Falta” fue interpretada. La constante en el público fueron los gritos y cánticos a todo pulmón, principalmente cuando sonaron temas como “Respiro”, “Tarde” o “Algún día”, y a su vez, nuestro ser experimentó gran emoción al escuchar por primera vez “Suburbios”, “Paraíso Lunar” y “Brújula”.

Luego de una pausa, el concierto se reanuda desde el centro de la pista donde se montó una pequeña isla, en donde Siddhartha tomó su guitarra acústica e interpretó “Extraños”, uno de sus temas emblemáticos y que sorprendió a muchos de nosotros que sabíamos que no era parte del setlist de esta gira. Después, tomó asiento en el piano que estaba situado ahí mismo, para interpretar en solitario “El poema y la caja” y un breve cover de “Don’t Let me Down” de The Beatles, siendo este uno de los momentos más catárticos de la noche. Finalmente hicimos un viaje largo en el tiempo para recordar sus inicios como baterista, pues ahora se disponía a tocar la batería a la par que “Control” fue interpretada.

Se dio lugar a un segundo encore, previo a encaminar a Siddhartha de regreso al escenario principal, mismo camino que fue guiado a través de un trompetista que llegaría también desde el centro de la pista hasta el escenario donde un amplio conjunto de mariachis ya le esperaba para interpretar el tema ícono de esta gira “00:00”, erizando nuestra piel al escuchar los ritmos típicos de la música mexicana inmersos en esta melodía. Finalmente, agradeciendo nuevamente todo el apoyo que el público le brindó a Siddhartha esta noche, el concierto concluyó con “Únicos”, dejándonos un grato sabor de boca tras poco más de dos horas de concierto que nos llevó por un vaivén de emociones que hizo memorable esta noche.

Vanessa Zamora en el Lunario del Auditorio Nacional

Entre pasajes rockeros, acústicos y hasta un cover de Metallica, Vanessa Zamora presentó su disco Damaleona en el Lunario.

Una tarde con un aire gélido recibió a todos los fans de Vanessa Zamora en el Lunario del Auditorio Nacional, los abrigos, chamarras y suéteres fueron la constante en la fila de acceso, pero todas estas prendas terminaron sobrando al interior del recinto por el calor que cientos decenas de personas expedían. Al rededor de las 20:00 H Kirnbauer inició su presentación y tuvo una recepción bastante calurosa por parte del público que ya ocupaba 3/4 del aforo del Lunario. El set de Kirnbauer incluyó temas como “Es Mejor”, “Siento Que...”, “No Estamos Bien” y cerró con “2000nunca”. En medio de su show, Kirnbauer invitó a todos a su debut escénico: ”Quiero invitarlos a mi primer show oficial el 28 de julio en Bajo Circuito”.

Tan solo 15 minutos después de finalizada la participación de Kirnbauer, las luces se apagaron, en las pantallas se proyectaron visuales que decían “Damaleona” y todos estallaron en jubilo. Unos láseres salieron despedidos del centro del escenario dejando sin palabras al público y bajo una luz naranja, Vanessa Zamora apareció dando golpes bruscamente a un tom de piso. Después de su segunda canción, que fue “Trascender”, la cantante se presentó: "mi nombre es Vanessa Zamora, mejor conocida como 'Damaleona' y es todo un éxtasis estar aquí está noche”. Después de tres canciones nuevas, se cerró la primera tanda de temas de Damaleona, para dar paso a “Puro Pasado” con la que Vanessa aprovechó para bajar a la pista y cantar a lado de sus fans. Antes de seguir con la presentación de Damaleona, el público entonó "Las Mañanitas" y es que el cumpleaños de Vanessa había sido un día antes de este concierto. "Esta fue la primera canción que compuse en mi vida y es una canción muy dolida" mencionó Zamora antes de tocar “Te Quiero Olvidar” de su primer LP Hasta La Fantasía.

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Algo que ya se está volviendo una tradición ocurrió y Vanessa se fue con su Dr Simi personalizado, algo que agradeció levantándolo y diciendo "A huevo pinche Simi". Ya en formato acústico Vanessa Zamora tocó “Colores”, “Optemos” y “Contracorriente”. De regreso al show con banda completa, la sorpresa de la noche se hizo presente cuando Sabino salió a cantar “No Jaló” y todo el público cantó la canción de principio a fin aunque el aire no sobrara entre cuerpo y cuerpo. Después del encore Vanessa Zamora tocó “Al Fondo De Mí” y al término del primer coro salieron disparados miles de papelitos con forma de corazón en color verde y rosa. La última canción de Damaleona fue “Subconsciente”, la cual será el próximo sencillo de Vanessa Zamora, para cerrar esta noche especial, la cantante eligió temas que la han llevado a estar en festivales de todo México, incluyendo el Vive Latino 2022: “Psilocibina”, “Malas Amistades”, aquí la segunda sorpresa se consumó cuando Vanessa tocó una pequeña parte de “Enter Sandman” de Metalica, pero la canción que cerró este show fue “Hbls Mucho”.

La química y la cercanía que tuvo Vanessa Zamora en este concierto fue algo que cada vez se ve menos con artistas y bandas de cualquier nivel de fama, desde las independientes hasta las que llenan estadios. Este elemento que humaniza a los artistas hace que los veamos como seres terrenales y mortales y no como entes inalcanzables a los que hay que rendir reverencia y serles leales y fieles. Vanessa está convertida en toda una "show woman", no solo se limita a tocar sus canciones y retirarse del escenario, ella salta, corre, interactúa, contextualiza, tiene apertura, da todo de sí misma con o sin una guitarra encima, es el tipo de artista por la cual pagarías mas de dos veces por ver el mismo concierto, porque tienes la certeza de que se reinventará en cada presentación.

Ólafur Arnalds en el Teatro Metropólitan

Una experiencia intimista que pone la música por delante.

Tras una larga espera, el islandés Ólafur Arnalds por fin regresa a nuestro país, más específico al Teatro Metropólitan para presentarnos su más reciente álbum Some Kind Of Peace que, aunque salió hace dos años debido a la pandemia el músico no había tenido la oportunidad de presentar en vivo.

Luego de una breve espera, en punto de las 21:15 H y acompañado por un grupo de músicos en la sección de cuerdas; Arnalds se apoderó del escenario que sólo se acompañó de sus músicos, y la atmosfera creada por el mismo público para poder demostrarnos la gran magia que tiene sobre el mismo. 

“Árbakkinn” fue el tema elegido para arrancar la velada y adentrarnos a su mítica mezcla de sonidos, que van desde la mezcla de cuerdas hasta sonidos extravagantes de la música electrónica, que en vivo se complementa a través del uso de luces que irán generando la atmosfera necesaria para cada uno de los temas que el músico presente, probando que no se necesita tantos recursos cuando la música por si sola funciona.

Un “Hola, ¿Cómo estás?”, hicieron que la noche continuara y la magia en el Metropólitan siguiera al ritmo de: “New Grass” y su delicada melodía a piano que estremeció a más de un asistente. También hubo oportunidad de escuchar temas del soundtrack de la serie Broadchurch como “Beth’s Theme”. Pese a que el set se enfocó en sus temas más recientes, no sería un concierto del músico si no escucháramos temas de su aclamado disco Re:member (Mercury KX, 2018). “Momentary” y “Saman” se unieron en una sola para dar paso a “Undir” que trasladaron a la audiencia a los paisajes de su natal Islandia que son la inspiración constante para el músico.

1 Ólafur Arnalds-Teatro Metropólitan-Diego Figueroa-4

Entre tacos y “Cielito Lindo” la velada se puso cada vez más intensa, pues los presentes no dejaban de aclamar al islandés; quien se mostró emocionado y conmovido antes la recepción del público mexicano, que no bajó la energía en ningún momento. Una lista de éxitos que recorren por todo su repertorio musical continuó y el momento de “Nyepi”, “Doria” llegó, siendo “We Contain Multitudes”, la elegida para que Arnalds diera una falsa despedida a su set y tomara un breve descanso, mientras el público pedía entre gritos y aplausos su regreso.

Luego de esta breve pausa, el músico regresó al escenario para culminar al ritmo de “Lag fyrir ömmu” con la cual demostró al público mexicano la capacidad que tiene para envolver a la audiencia, creando un puente entre las atmosferas electrónicas y lo tradicionalmente clásico de las cuerdas.

Fue así, como Ólafur Arnalds sorprendió a México con una velada llena de: luces, sonidos y mucho power islandés que, por fin, y tras todos los inconvenientes mencionados al inicio el músico pudo traer a la velada y los que estábamos ahí presentes “un poco de paz”.