Fotografo: Bere Rivera

Hola soy Bere Rivera o BRO como muchos me conocen, soy egresada de la carrera de Diseño y Comunicación Visual de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM.

Me especializo en la fotografía de retrato y espectáculos principalmente. He trabajado para Bud Light, Dos Equis Mx, Mercedes Benz Fashion Week México y colaboro en Indie Rocks! Magazine.

Instagram: @bereriveraoficial

Mon Laferte en el Palacio de los Deportes

Entre un mar de rosas Mon Laferte despide su gira Norma.

El cierre de una gira siempre viene acompañado de muchas sorpresas; artistas invitados, grandes escenarios y un show de más de dos horas. Anoche, Mon Laferte culminó esa serie de conciertos que dieron promoción a Norma (2018), su más reciente LP, dejando a los invitados conmovidos por tremenda presentación.

Mientras los fanáticos comenzaban a llegar al Palacio de los Deportes, Marco Mares subió al escenario para dar inicio al acto telonero. "Bonito", "La Sanadora" y "Flaquita", fueron las canciones que resonaron en el recinto. Con su simpatía, el mexicano logró animar la primera parte de la velada, haciendo que la espera para ver a la chilena fuera más amena.

Pasados pocos minutos, las luces se apagaron y el venue recibió a Mon Laferte quien inició la noche con mucha energía y derrochando sensualidad, poniendo a bailar a todos al ritmo de: “Por qué me fui a Enamorar de ti”“Ronroneo”, “Cumbia para olvidar”, “Si alguna vez”, “Quédate esta noche”, singles que conforman su álbum Norma.

Muchas gracias por venir aquí. Sé que hay muchas personas que no son de aquí, y sabemos lo que mucho cuesta venir; transporte, comida y la entrada. Estamos en el cierre de la gira y pues ahora unos boleritos pa' llorar. Que los disfruten", fueron las palabras que la cantante pronunció para dar inicio a la parte más triste de la noche.

“Funeral”, “Chilango blues”, “Amor completo”, “Si tú me quisieras”, “Bonita” y “Pa’ dónde se fue”, pusieron los sentimientos de los fanáticos a flor de piel, y es que Mon Laferte interpreta con tanto sentimiento que es imposible no llegar a sentir todo lo que expresa en sus letras; y aunque para entonces la mayoría ya estaban muy sensibles, todos sabíamos que el climax de la noche aún no llegaba.

Con guitarra acústica en mano, la cantante comenzó a explicar lo agradecida que se siente de vivir en la CDMX desde hace ya 13 años. Así con esa felicidad que la embargaba, interpretó en acústico: “Vendaval”, “El Cristal”, “Caderas blancas”, “Primaveral” y “Paisaje Japonés”.

Joy Huerta fue la primera sorpresa de la noche; Laferte interpretó junto a ella "Mi buen amor”, tema de su LP La Trenza (2017), continuando con "El Mambo", canción que alegró la noche con el colorido juego de luces y los visuales que lo acompañaban. Así después, cuando todos ya estaban animados, la cantante presentó a su segundo invitado, Guaynaa, con quien bailó y cantó “Plata Ta Tá”, acompañados de Yalitza Aparicio, quien protestó un discurso inclusivo.

La chilena nos demostró su versatilidad con los géneros con: “Amárrame”, “El Beso”, “No te fumes mi mariguana” y “El Diablo”; para después cautivarnos con un cover de “Cucurrucucú Paloma”, interpretado por un coro de más de cuarenta mujeres.

“Tormento”, “Antes de ti” “Tu falta de querer”, fueron las canciones que hicieron que más de uno de los fanáticos derramaran una lágrima por aquellos malos amores; culminando así, una noche espectacular.

Drims en el Lunario del Auditorio Nacional

Drims: El inicio de una nueva generación.

No hay duda que cada que inicia una década, una nueva camada de artistas llegan a romper con lo establecido y moldear el sonido que la música tendrá los siguientes 10 años.

Es curioso pero parece que en esta época de prisa el cambio llegó un año antes. Bandas y solistas como Ed Maverick, Mi Sobrino Memo y Señor Kino vivieron un 2019 soñado y demostraron que no importa quién domine el mercado hoy está claro que el futuro son ellos.

A estos proyectos hay que sumar uno muy especial: Drims. Se trata de un quinteto originado en Monterrey. Cinco chavitos que en un par de años pasaron de tocar en su ciudad a firmar con Universal y, la noche de ayer, tocar en el Lunario de la Ciudad de México.

Verlos en vivo siempre es intenso, uno no puede entender cómo en esos caras de adolescentes cabe ese talento tanto a la hora de crear como a la hora de ejecutar (¿Qué onda con ese bajista? está cabrón).

Llegar a un Lunario lleno de un público que en su mayoría no pasa los 18 años y ver cómo se entrega a cada una de las canciones (del setlist no hablaremos porque si discografía es tan limitada que solo diremos que tocaron prácticamente todas las canciones que tienen estos chicos), es algo muy motivante, da gusto que la nueva generación encuentre su propia voz y sus propios representantes. Estas son las primeras estrellas de la generación Z, la generación con más acceso a la información de la historia y parece que va bien. Solo basta con los mensajes que se mandan entre líneas: no discriminación, no abusos, no violencia, es el discurso aceptado entre ellos.

Desgraciadamente su show fue corto, sin problemas el público hubiera aguantado una hora más de los poco más de 60 minutos que tocó Drims, pero aún no existen esas canciones que llenen ese set de dos horas que seguro en un par de años dará la banda. Su talento tiene mucho para dar y con este Lunario estos cinco adolescentes se suman a las promesas de la nueva década, estoy seguro de que cumplirán las expectativas.

PD. Diego Puerta detrás de todos

La banda que abrió el show fue Películas Geniales, que también tuvo un buen año aunque más discreto. Dentro de la alineación está Diego Puerta aka Dromedarios Mágicos uno de los precursores de este nuevo sonido y un personaje que podemos encontrar con sus manos metidas en varios de los proyectos líderes de esta movida. Desde su propio proyecto Dromedarios Mágicos, pasando por Ex-novias, su participación como músico de apoyo de Ed Maverick y sus colaboradoraciones con artistas de la talla de Lng/SHT bien podemos decir que Diego es el pegamento que une a la escena actual con la pasada y su música claramente sirvió de inspiración para estos nuevos talentos. Grande.

Siddhartha en el Auditorio Nacional

Siddhartha: Un concierto entre la memoria y el futuro.

¿Quiénes seríamos sin la nostalgia que alberga la memoria y la esperanza por el futuro? ¿Qué sería de nuestro futuro sin la memoria? Este viernes 6 de diciembre, el Auditorio Nacional fue testigo de la presentación oficial de Memoria/ Futuro, el nuevo material discográfico de Siddhartha. Entre temas del pasado e inclusive, promesas de futuras canciones, el artista nos regaló una noche que quedará marcada más allá de la memoria.

La agrupación argentina multiestilística, El Kuelgue, fue la encargada de darnos la bienvenida. Tras 15 años de conformación, por primera vez pisaron tierras mexicanas y nos dejaron ser testigos de la diversidad musical que presentan. Canciones como "Bossa & People" y "Natación"  fueron dándole energía al Coloso de Reforma que poco a poco comenzaba a llenarse.

"Góndola" fue el tema con la que los músicos dijeron adiós. No sin antes agradecer la oportunidad y la recepción que el público les dio. Los toques de samba, trap y algo de funk, fueron los elementos ideales para darle pie al acto estelar de la noche: Siddhartha.

Sobre el escenario, los técnicos comenzaron a hacer su trabajo. Retiraban instrumentos y colocaban otros más. La intensidad y rapidez del movimiento hacía crecer la emoción y expectativa de los presentes, quienes dejaron de ser unos cuantos para convertirse al paso del tiempo en un recinto sold outeado.

Entre gritos llenos de euforia, el nombre del músico resonaba y a muchos nos envolvía en sentimientos de nostalgia. Memoria/ Futuro hacía su presentación oficial, no en un Teatro Metropólitan o un El Plaza Condesa, sino en un Auditorio Nacional. Un recinto con gran prestigio en México.

De un momento a otro, la oscuridad se hizo presente, lo que denotó que el show estaba por iniciar. Con un gran espectáculo de luces y bajo las sutiles melodías que acompañan este nuevo álbum, los músico salieron a escena. "Memoria Futuro" dio inició y fue la chispa que el público requirió para ponerse de pie.

Sin darnos oportunidad de reaccionar ante lo que habíamos presenciado, "El Aire" comenzó. Musicalmente, cada instrumento era preciso y la calidez de El Vuelo del Pez nos regresó el aliento que creímos perdido al inicio de la presentación. A ello le siguió "Ser Parte" y también unas palabras de bienvenida por parte del músico. "Esta noche es un sueño cumplido", dijo Siddhartha. Y en efecto, todos ahí sentíamos lo mismo.

Cada bloque se dividía por extractos de composiciones que sonaban familiares. Sonidos oníricos y naturales que nos ponían emocionalmente en pausa hasta los siguiente acordes. El pasado se hizo presente y canciones como "Tus Pupilas", "Domingo" y "Extraños" nos recordaron que detrás de este concierto, existen muchos años de trabajo.

La energía de los músicos dejaba al descubierto su gran emoción por lo que estábamos viviendo. Además, era tal la efusividad, que todos los ahí presentes nos vimos permeados por ella. "El Poema y la Caja" le dio pie a un momento, en lo personal, icónico del concierto. Los primeros acordes de "El Deshielo" comenzaron y pese a que muchos no lograron reconocer la pieza, los contraste musicales hicieron que el público fluyera con la corriente que alberga la sutil fuerza de esta canción.

Los fragmentos de melodías pasadas no pararon. Entre bloques de canciones nos posicionaban en tiempos y lugares distintos. Dimos pasos atrás con canciones como "Infinitos" para después volver a un punto neutro con "Vida". Pieza que nos habla de un futuro y una nueva propuesta melódica por parte,en general, de lo que hemos escuchado de Siddhartha.

"Fuma" fue la pieza siguiente, y la cual contó con la colaboración del cantante argentino, Emmanuel Horvilleur. Los bajos resonaban en las paredes del recinto, y la energía nos envolvía en un manto de alegría. A ello le siguió "Película" y "Cada Vez Que Vuelvas", para después dejarnos con "La Ciudad".

Las colaboraciones no pararon y la siguiente fue con un artista con quien Siddhartha confesó que tenía grabada una canción. Entre murmullos y mucha expectativa, Ximena Sariñana salió a escena y juntos interpretaron "Aves del Tiempo". Canción que el músico aprovechó para dedicarle a sus padres.

A pesar de la alegría y gran energía que a todos nos permeaba, la nostalgia no se disipaba y tocó un punto clave cuando Jorge aprovechó para dedicarle "Náufrago" a todos aquellos que lo han acompañado en esta larga travesía como músico. Pieza que le dio paso a canciones como "Bacalar" y "Tarde".

Entre las intervenciones que se hacían, el cantante nos preguntó cómo estábamos hasta ese momento. Y sorpresivamente, los gritos no hicieron retumbar el recinto. Pero no porque nos la estuviéramos pasando mal; si no porque estábamos sin aliento. No le dábamos crédito a ese momento.

"Algún Día" nos hizo salir del trance, y así seguir con "A La Distancia" y "El Chico". Canciones en las que pudimos ver y ser parte de los flashes que iluminaron el Coloso de Reforma. Tras este especial momento, el artista se dio un tiempo para presentarnos a la banda. Alejandro Chubaka en el bajo, Erick Rangel "Oso" en los teclados y Raúl Velázquez en la guitarra; además de aprovechar para darle la bienvenida a Luis Mejía en la batería.

Con una dedicatoria anónima, los músicos interpretaron "Buscándote". Para después invitar al escenario al artista sonorense, Caloncho, y tocar "Loco". "Una Noche Tranquila" fue el cierre previo al encore. Momento que duró muy poco debido a los gritos y emoción del público.

Al salir a escena, Siddhartha se tomó un momento para hablar del propósito del encore y cómo este es una pausa previo al estado máximo del show. Por lo que nos pidió disfrutar al máximo estos últimos minutos. Y vaya que funcionó.

"Me Hace Falta" dio inicio al bloque. Para después cerrar con "Únicos", canción en la que el artista tapatío nos pidió despojarnos de nuestros celulares para poder estar vivir ese momento sin alguna interferencia. Las luces blancas cesaron y con el peculiar ritmo del sencillo, Siddhartha concluyó uno de los espectáculos más importantes en su carrera.

Aunque me faltan elementos para elogiar Memoria/ Futuro, debo de reconocer que la elección del setlist hizo de este show un espectáculo sin igual. Un recorrido entre el pasado y el presente, pero que también no deja al filo de la expectativa por lo que vendrá en un futuro.

Elsa y Elmar en El Plaza Condesa

La noche en la que Elsa y Elmar nos convirtió en diamantes.

Fue en los primeros meses del año que Elsa Carvajal, el proyecto detrás de Elsa y Elmar, lanzó su nueva producción discográfica: Eres Diamante (2019), un álbum que aunque tardó en salir, generó una expectativa muy grande en el público; por esa razón, ya deseábamos que llegara el día que la colombiana se presentara en la CDMX.

La espera terminó por fin, después de que se anunciara un rotundo sold out en El Plaza Condesa. Los fanáticos estaban muy emocionados, pero para tratar de animarlos un poco más, en punto de las 20:00 H, subió al escenario Soy Emilia, el acto abridor de esa noche. El proyecto liderado por Juanita Carvajal, dio inicio a su breve presentación con "Fugaz". Antes de continuar, agradeció a los presentes por su atención comentando que se sentía muy emocionada de estar de nuevo pisando tierras mexicanas. "Tóxico", "Extranjera", "Cactux", un cover de "Azúcar Amargo" de Fey, "Mala Intención" y "Hasta que Salga el Sol" fueron los temas con los que nos deleitó el proyecto colombiano, dejándonos listos para el acto principal de la noche.

Minutos antes de las 21:00 H, las luces se apagaron y sabíamos que había llegado el momento. Elsa y Elmar se hizo presente en el escenario de El Plaza Condesa. La espera había terminado, y todo indicaba que iba a ser una noche inolvidable cuando vimos a Elsa bailar al ritmo de “Millenials”, la primer canción; continuando con "Planeando el Tiempo", tema de su primera producción Rey (2015).

La colombiana tomó un momento para saludar a su público y dirigirle sus primeras palabras. “Gracias por compartir su tiempo conmigo. Se van a divertir mucho estando aquí". De esta manera introdujo a su siguiente tema "Funciona", uno de los más escuchados de su nuevo LP, el cual, puso a bailar a todos los presentes, quienes ya animados corearon "Kmbiar".

“Gracias, no puedo creer lo que está pasando esta noche. A penas y mis neuronas pueden funcionar. Gracias por estar aquí. Qué emoción.” fue el siguiente agradecimiento de la cantante antes de seguir con "Decir que No", "Animales Distintos" y "Baby Us". Hasta ese momento, lo que más había impactado era el control del escenario que tenía la colombiana.

Gracias por estar aquí. Gracias por dejarme entrarme a sus vidas. En estos últimos días tuve un periodo muy difícil; me enfrenté a muchos demonios y a muchas cosas que tenía guardadas. Pero recordé una cosa muy básica que es mi familia y quiero aprovechar para agradecer que están aquí", comentó Elsa antes de tomar su guitarra acústica. "Creo que todos tenemos seres que ya no están con nosotros en este planeta. Usen esta canción sin miedo para pensarlos y hablar con ellos", agregó la cantante para dar inicio a "Forma Antigua".

Bajo un bonito juego de luces de colores y una pantalla con visuales, "Exploradora" resonó en el venue. Poco después Elsa y Elmar desapareció del escenario y sabíamos que se avecinaba la primera sorpresa de la noche, y así fue. Daniel, me estás matando se acomodó junto con la cantante para interpretar una versión acústica de, "Grecia".

Esta canción la cantaba en mis shows anteriormente pero sentía que le faltaba algo, le di muchas vueltas y llegaron estos dos loquillos y le dieron un cambio. Esta es una nueva versión solo para ustedes. Ni la suban al YouTube porque se las bajo", explicó la colombiana.

El momento más íntimo de la noche había llegado. El público se notaba calmado y le estaba dando un espacio a la cantante; por primera vez los teléfonos se guardaron para disfrutar de tan gran sublime acto. Al finalizar el tema, ella pidió un aplauso para su siguiente invitado, Santiago Casillas vocalista de Little Jesus, con quien cantó "Norte", tema de la banda mexicana.

Ustedes saben que me gustan mucho las canciones y los covers. Este es un cover de un éxito mexicano que lo he escuchado muchas veces y a mi me encanta. Yo creo que si fuera mexicana sería del norte", con estas palabras introdujo a su gran interpretación de "Adiós Amor" de Christian Nodal.

Aunque la noche estaba cayendo el entusiasmo parecía que no, "Aliens", "Alma Sola", "Ojos Noche", "Mierda", "Puntos Medios" y "Nadie Va", fueron de los éxitos más coreados de la noche.

Una vez más, Elsa y Elmar se retiró del escenario pero poco después volvió para cerrar este gran tour: Eres Diamante. Curiosamente, en la pantalla de fondo se proyectó una fotografía de Elsa, mientras una voz que parecía a la típica de las creepypastas repetía constantemente "Esta noche vamos a comprender la formación de los diamantes. ¿Qué son los diamantes?".

Y así fue como resonó "Eres Diamante", el tema que da nombre al álbum, continuando con "Culpa, Tengo" y cerrando con "La Ventana". Con esto, comprobamos que los últimos siempre serán los primeros y que la espera para verla valió totalmente la pena. La entrega de la colombiana al público mexicano fue increíble; se notó su energía y el sentimiento en cada una de las interpretaciones.

Devendra Banhart en El Plaza Condesa

Devendra Banhart: Entre el ruido y la apreciación.

Existe un peligro inminente cuando tenemos expectativas: la decepción. Nos llenamos de ideales y caminamos al ritmo de aquellos supuestos. Y a partir de ese momento, cualquier posibilidad que no marche al compás, causa ruido, o en los peores casos, decepción.

Hace solo unos meses, Devendra Banhart lanzó su décimo álbum de estudio, Ma (2019). Este material discográfico funciona como el equilibro perfecto entre la nostalgia y la alegría alrededor de un tema íntimo y a la vez tan común en lo seres humanos: la maternidad. Las 13 piezas que conforman esta producción nos muestran un gran trabajo en cuanto a la composición y al manejo de múltiples instrumentos para sumergirnos en distintos ambientes que nos exigen la escucha detenida para una mejor apreciación.

El pasado 25 de noviembre, el artista venezolano-estadounidense se presentó en El Plaza Condesa como parte de la gira promocional de Ma. Y en efecto, personalmente había ciertas expectativas por cumplir.

Luces rojas y música onírica nos daban la bienvenida. Pese a que estábamos a unos minutos de iniciar con el acto abridor, había muy poca gente en el recinto. Lo que permitía apreciar mejor las ilustraciones que adornaban el escenario, aquellos dibujos que acompañan el material de Banhart.

Eran las ocho en punto cuando Salvador y El Unicornio salió a escena para interpretar “Amada”. A lo largo de su set, la agrupación liderada por Salvador Sahagún nos presentó temas como “Mexicana”, “Zé”, “Carolina” e inclusive, “Calma”, canción donde tuvo de invitada a Silver Rose. Poco a poco la energía comenzó a fluir a la par que más gente llegaba. Y para “Agua de Coco”, los tintes de psicodelia brasileña de los años 60 nos habían dejado preparados emocionalmente para más. Sin embargo, “Caminando” fue la pieza con la que la banda se despidió y le dio pie al acto estelar de la noche.

Minutos antes de las 21:00 H, la expectativa se podía sentir entre el murmullo del público. El cual, cada vez se hacía más fuerte. Había mucha energía transitando aquel espacio, situación incoherente frente a la templanza que emana de Ma.

La luz del recinto se apagó y algunos sonidos orientales fungieron como la apertura del telón. De traje, Devendra Banhart salió al escenario y la euforia del público no se hizo esperar. “Is This Nice?” fue la encargada de inaugurar el show y los bajos, de capturar mi atención. Tras los primero segundos, poco a poco busqué en escena la variedad instrumental que tanto había esperado por escuchar; sin embargo, solo encontré los elementos clave de una agrupación.

El ánimo no decayó, al contrario, “Theme for a Taiwanese Woman in Lime Green”, “Kantori Ongaku” y “Mi Negrita” mantuvieron latente la emoción. La cual, se vio reflejada cuando Banhart se tomó unos minutos para preguntarnos cómo estábamos. Respuesta que más allá de dejarlo satisfecho, abrumó por unos segundos al artista.

Siguiendo con la presentación, Devendra nos regaló unos segundos de “Young, Latin and Proud”, canción del músico estadounidense, Helado Negro. Para después darle paso a “Taking a Page”.  La energía del artista en el escenario, así como la intensidad en guitarras y bajos por parte de los músicos, nos intentaban envolver pese a los pequeños fallos técnicos que se percibían. Y fueron estos elementos los que hicieron de “Fancy Man” una de las mejores piezas del show.

La noche siguió con temas como “Love Song” y algunas complacencias como “Brindo”. Para de ahí subir a ritmos más animados como “My Boyfriend’s in the Band”, donde las luces jugaron en conjunto con el sonido para hacer uno a todos dentro del recinto. “Golden Girls” y “Quédate Luna” sonaron mientras que el público pedía por “Carmensita”. Sin embargo, el artista nos dejó con un espectáculo sonoro fantástico que combinó las distintas tonalidades de las percusiones y los diversos sonidos provenientes de los sintetizadores. Pieza que al igual que Ma, nos pedía cierta atención para poderse apreciar. La cual, por desgracia, era constantemente interrumpida por el murmullos del público.

“Fig in Leather”, “Für Hildegard von Bingen” y “Never Seen Such Good Things” le dieron un interesante giro a todo aquel ruido. Entre ritmos funk, la gente a mi alrededor movía sus pies y cabeza. A la par que Banhart nos contagiaba toda su buena energía que emanaba.

El show siguió y entre los temas siguientes, “Baby” fue la más coreada. De ahí, dimos un salto hacia lo que nadie quería pero ya todos sabíamos que vendría, el final de la presentación. Devendra Banhart se despidió con la canción más esperada, “Carmensita”, y claro, con unas bellas palabras.

Toda la energía se fue de aquel espacio en el momento en que el artista salió de escena. En los alrededores del recinto, la emoción de aquel show poco se percibía.

Existe un peligro inminente cuando tenemos expectativas; sin embargo, el show de Devendra Banhart no fue ninguna decepción. Al contrario, fue una lucha entre ruidos y apreciación, donde la actitud y el trabajo del artista y de los músicos se llevaron por completo la pelea.

The Raconteurs en El Plaza Condesa

¡Viendo a The Raconteurs sin la infame valla! 

Cuando Jack White anunció el regreso de The Raconteurs, muchos nos visualizamos abriéndonos paso a primera fila, brincando y gritando en cada canción. No lo logramos en Corona Capital por la separación que había en el escenario. Aunque la banda fue explosiva y lo dieron todo, la división del público mermó el ánimo y limitó las emociones. En el show de El Plaza, todos esperábamos redención. 

El lugar se llenó rápidamente, nadie quería estar lejos otra vez. No había tiempo de comprar merch o una cerveza, los espacios se vuelven vitales cuando vas a un sold out.

La banda abridora fue Diamante Eléctrico de Colombia. La verdad, era un grupo que no iba muy bien con el tono de la noche y creo que la gris respuesta del público molestó a los integrantes, pues señalaron y amenazaron a uno de los asistentes por supuesto sabotaje. A pesar del momento incómodo, salieron entre aplausos al final de su show. 

Esperamos bastante antes de que saliera The Raconteurs. Los Third Man minions salieron uniformados y con sus boinas a afinar el sinfín guitarras y limpiar los micrófonos. 

Por fin, cuando salió The Raconteurs, la gente los recibió en un mar de aplausos. El grupo definitivamente sabe hacer una entrada. Las luces, los movimientos, el sentir el rugido del público. Era justo como en los DVDs que compraba tu papá. 

La banda inició con "Bored and Razed" y los asistentes, al igual que en Corona Capital, demostraron que conocen a la perfección las nuevas canciones. En solo unos cuantos meses, los tracks de Help Us Stranger se han convertido en favoritos del público. 

En todo momento, The Raconteurs nos movió a su ritmo. No Importaba si pasábamos de "Old Enough" a "You Don't Understand Me", la banda lograba mantener las emociones y la energía del público.

Para "Now That You're Gone" todos estaban hechizados con la magia del guitarrista de Detroit. Comenzó un sing-along. Los integrantes de The Raconteurs se veían genuinamente maravillados, es difícil imaginar que a solo unos meses de su lanzamiento, una canción pueda tocar a tantas personas. 

Por supuesto, Jack White era la estrella, invadió todo el escenario y era el espectáculo, pero Brendan Benson fue el elemento clave en el concierto. No solo le permitía a Jack tocar con total libertad, también le da mucha afectividad a The Raconteurs, una esencia como la de un grupo de amigos jameando en un garage. Jack es la calidad y Brendan es la calidez. 

Antes del encore, The Raconteurs nos sirvió una triple dosis de dolor: "Many Shades Of Black", "Somedays" y "Blue Veins". La banda se fue del escenario y nos dejó un cóctel de emociones. Estábamos afligidos, excitados y ansiosos al mismo tiempo. 

The Raconteurs ya no nos debía nada, así que muchos pensaban que volverían solo a tocar "Steady, As She Goes" y tal vez "Salute Your Solution". No sabíamos lo que nos esperaba. 

Nos dieron nueve canciones más y un par de sorpresas. "Consoler Of The Lonely" y "Help Me Stranger" fueron calentando las cosas, pero nada nos podía preparar para lo que siguió de "Sunday Driver". 

Seguíamos moviéndonos, pero sin la misma energía del principio. Nos íbamos apagando, sobre todo los que llevaban tres días de conciertos. Sin embargo, el cansancio y los dolores desaparecieron cuando vimos a Julian Casablancas subir al escenario, y lo digo de manera literal, pues escaló todas las partes del lugar. Al parecer Julian se siente muy cómodo con todos menos con The Strokes. Mientras tocaban "Modern Age", todos regresamos a nuestro estado locura y los dolores desaparecieron.

Luego de que se fuera Julian, el rush siguió con "Salute Your Solution" y un cover de "Hey Gyp" de Donovan. El grupo supo aprovechar y mantener el mejor momento de la noche. Nos inyectó energía para aguantar 23 canciones y probablemente hubiéramos llegado a las 30 sin ningún problema.

The Raconteurs nos dio uno de los mejores conciertos del año, si no es que el mejor. No hay nada más que agregar y es difícil describir lo que sucedió. Nos dieron un concierto que ni siquiera hubiéramos podido armar en nuestra imaginación. 

Years & Years en El Plaza Condesa

La noche en la que Years & Years confirmó que el público mexicano es EL PÚBLICO.

La primera vez siempre es especial y esta ocasión Years & Years recordará dicho momento en México por mucho tiempo. Con una puntualidad a la que no estamos acostumbrados; Olly Alexander, Mikey Goldsworthy y Emre Türkmen subieron al escenario ante un público que minutos antes ya estaba coreando el nombre del líder de la agrupación.

Glitter, outfits coloridos y mucha actitud fueron la clave para que la noche se tornara mágica. Con unos visuales en los que podíamos ver reflejados ciencia ficción, espiritualidad e identidad era de esperarse que la velada sería inolvidable.

“Sanctify” abrió la noche y Olly subió al escenario con una alta carga de energía, misma que se complementaba con los gritos ensordecedores de los fans mexicanos que para eso se pintan solos.

Desde el primer momento que Olly pisó la tarima del venue de La Condesa, su ropa llamó la atención. Una bermuda de tipo charol y una playera que simulaba ser un tatuaje elaborado confundió a más de uno.

ConShiney Karma, la gente comenzó a empujarse hacía el escenario ya que todos querían tocar al vocalista, mismo que estaba dando muestras de cariño. Recibió obsequios y también se tomó una selfie con una fan que se lo pidió mediante una manta.

La altura en México siempre ha sido un tema para los artistas de otros países y aunque Olly Alexander no dejaba de bailar de manera sensual y enérgica llegó un punto en el que le ganó un poco esta situación, pero no pasó nada grave.

En cada oportunidad que se presentaba, el también productor, agradecía al público su energía y se sorprendía de que todos interpretaban las canciones al grado de declarar que lo “harían llorar” de tanto amor que le ofrecían.

“Eyes Shut”, “Gold”, “Desire”, “Palo Santo” yHallelujah” fueron el clímax del show que nunca se apagó. Otra cosa que llamo la atención eran los coristas que traían una actitud de pasarela la cual contagiaba de buena vibra.

El encore había llegado para cerrar con Play” y King”, temas que convirtieron el recinto en una gran pista de baile. Aunque el show fue corto y terminó temprano, fue suficiente para dejar satisfecho al público que se la siguió en los diversos bares ubicados en la zona.

Natalia Lafourcade en el Auditorio Nacional

La nueva abanderada mexicana: Natalia en el Auditorio Nacional.

Ayer, una noche parda, un tanto fría y más desolada, daba inicio a la última etapa del año, una de las más mexicanas por la típica celebración que acepta a la muerte como parte de la vida. Así, el Auditorio Nacional albergó una vez más a Natalia Lafourcade, quien detuvo ese periodo de descanso, que ella misma dijo era indefinido, para apoyar a la causa del CDSJ, un centro para la música típica de su tierra natal; el evento contó con una gran variedad de artistas, de distinto género y edad, lo que hizo de la noche una gran celebración a la música mexicana.

La gente llegaba de a poco; por allí, un violinista amateur interpretaba canciones de la veracruzana y el artista de moda, José José. En punto de las 20:30 H, Un Canto Por México comenzó con Los Cojolites, un ensamble jarocho que fue parte de todo el concierto, interpretaron “El Balajú” y “Serenata Huasteca”, misma donde saltó la mujer de la noche. El primer invitado al escenario fue el tlaxcalteco Carlos Rivera, quien se ha convertido en chile de todos los moles; el dueto con mariachi de “Mexicana hermosa” hace resaltar que la música mexicana no solo es interpretada por los mayores; le siguió “Veracruz” y una nueva colaboración en escena para “La Llorona”, con Ángela Aguilar y Aida Cuevas, ambas muy ovacionadas.

Llegó el turno de los amados Macorinos, que han acompañado a la cantante por este viaje descubriendo México y fueron la mano derecha de Natalia en el tren de Musas; “Alma mía”, una canción romántica y muy significativa; “Luz de Luna”, todavía con Los Macorinos y Aida Cuevas. Los boleros “Tú me acostumbraste” y “Soledad y el mar” se interpretaron con maestría por la artista y el gran equipo de músicos que la acompañaban, entre ellos una orquesta, Los Cojolites y mariachi. Luego, el himno de agradecimiento a los ex amores, “Lo que construimos” y aquel que la hiciera ganar premios y reconocimiento como artista, “Hasta la raíz”.

Una agradable sorpresa para todos quienes de pubertos amamos el ska y bailar en el slam, pues en escena apareció Panteón Rococó para cantar “Un derecho de nacimiento”, poniendo a la gente de pie y generando un gran ambiente. Un cambio drástico se dio cuando Lafourcade expresó lo orgullosa que se siente por las tradiciones mexicanas, la celebración irónica de disfrutar la muerte en estas fechas tan importantes para la mayoría de nosotros; de nuevo al escenario subió Carlos Rivera, con el que cantó “Recuérdame”, que realizaron a dueto originalmente para la película de Disney, Coco. El silencio era abrazador y ambos artistas fueron el único centro de atención.

Otro icono de la música mexicana moderna, Pepe Aguilar, apareció por sorpresa para entonar una de las clásicas de Pedro Infante, “Cien Años”, una canción romántica y por demás pensada para aquella que amamos; “Una Vida”, un nuevo track, presentado por primera vez en vivo, que habla sobre un amor imposible, incluso aferrado, lleno de vivencias y recuerdos. Una colaboración más con el uruguayo Jorge Drexler, quien se tomo unos minutos para leer unas palabras que dijo haber escrito backstage sobre esta velada, para después cantar a dúo “Para qué sufrir” con la veracruzana.

Con entereza, dedicación y sentimiento llegó “Soy lo prohibido”, seguida de otra visita especial de la chilena Mon Laferte para cantar “La trenza” y su number one hit, “Amor completo”; se habló de la situación político- social que se vive en el país de los Andes, pues recordemos que la veracruzana también tiene raíces chilenas por su padre. Por si el ambiente decaía, el as bajo la manga fue “Tú sí sabes quererme”, una canción que hizo explotar Musas Vol. 1, seguida de “Sembrando flores” y “Mi tierra veracruzana”, todas al lado de Los Cojolites.

Kaiser Chiefs en El Plaza Condesa

Memorias de la noche en la que El Plaza Condesa explotó en baile y emoción.

Poco antes de las 19:00 H la gente comenzó a llegar a El Plaza Condesa, la emoción por ser las personas más cercanas al escenario era notoria por la desesperación con la que entraban al recinto para apartar el mejor lugar para ver el espectáculo de Kaiser Chiefs, y es que, después de una larga ausencia en nuestro país la banda inglesa eligió México para el cierre de su gira con el álbum, Duck.

La fiesta no tardó en empezar, ya que la banda regiomontana Efelante apareció apenas dadas las 20:00 H para dar inicio a lo que prometía ser una noche llena de nostalgia y diversión.

Los minutos pasaban y, a pesar de que el concierto no sería sold out como en las pasadas presentaciones de la agrupación, El Plaza Condesa se llenaba poco a poco de fans que entraban coreando las canciones de Kaiser Chiefs.

A las 21:00 H, haciendo alarde de la puntualidad inglesa, las luces se apagaron y Kaiser Chiefs apareció en el escenario, donde Ricky Wilson no tardó ni un minuto en demostrar lo dispuesto que estaba a hacer del concierto un momento memorable para todos los presentes. “People Know How To Love One Another” fue la primera canción que retumbó en las paredes del lugar, pero fue con “Never Miss a Beat” que el público perdió el control y comenzó a bailar y cantar con la misma pasión que cualquier adolescente del 2008 lo hubiera hecho.

Temas como "Na Na Na Na Naa", "Parachute" y "Modern Way" sonaban mientras la banda incitaba a sus fans a dar todo de sí al mismo tiempo que ellos lo hacían, y es que no hubo momento donde Ricky dejara de bailar, saltar sobre la batería o subirse a las bocinas para enloquecer a todos los fanáticos.

El momento tranquilo y melancólico llegaba de la mano de los acordes de “Coming Home” y “Record Collection”, que bien fueron el momento perfecto para recobrar energía para el alboroto que vendría a continuación.

Solo bastó que Ricky, Peanut Baines, Simon Rix y Andrew White interpretaran “Everyday I Love You Less And Less” para que todos los asistentes comenzaran a saltar y cantar a todo pulmón, emoción que acompañaría el resto del show cuando otras canciones clásicas de la agrupación como “Ruby”, “I Predict a Riot”, “The Angry Mob” y “Oh My God” sonaron.

Sin duda, Kaiser Chiefs sabe cómo honrar la memoria de sus fans mientras brindan un espectáculo digno de disfrutar.

HIPNOSIS Presenta: Jonathan Bree en el Foro Indie Rocks!

Una noche sin tiempo, ni espacio.

Fryda Magaña en los sintetizadores y la voz, y Arturo Tranquilino en la guitarra crean la fusión llamada Fryturama que calienta los ánimos para la presentación del neozelandés, Jonathan Bree.

La guitarra ultra ruidosa acompañada por gritos llenos de eco, reverb y delay generan una atmósfera un tanto meditabunda o lo que pareciera una “banda cetácea” según se escucha en una plática proveniente del público.

Fryturama en realidad no tiene un sonido muy ligado a lo que hace Jonathan Bree, pero esa no es la idea, la verdadera idea es que la música esté ligada al concepto HIPNOSIS y con su shoegaze, dream pop, este power duo se ajusta muy bien a los conciertos sellados por HIPNOSIS.

Comienza la presentación de Jonathan Bree, todos salen con sus característicos spandex debajo de sus ropas para no mostrar sus caras, como si estuvieran desasociados de la realidad y hacerlo de alguna manera una presentación virtual. Podemos ver todo lo que hacen, pero no saber quienes son.

“Sleepwalking”, “Weird Hardcore” y “Say You Love Me Too” es la trilogía de piezas que encienden el show y con ellas podemos notar algunos detalles de la puesta en escena de Bree.

La vestimenta de las bailarinas, sus técnicas de composición y los samples que acompañan la música en vivo hacen una mezcolanza entre la época victoriana, los psicodélicos 60 y un toque de la era moderna, un combo adecuado para el goce tremendo.

Toda la teatralidad de la puesta en escena esta bien pensada, la caracterización de las bailarinas, por ejemplo, sus coreografías asemejan algunos beats, replican con momentos corporales motivos melódicos y apoyos rítmicos como campanas o triángulos con baile y su coreografía también interpreta situaciones de las letras.

Momentos cumbres

El público se pasó un buen rato en la mayoría del concierto, pero hubo tres momentos en los que la gente perdió la calma para alocarse gritando sin control.

En “Say You Love Me Too”, Bree cargaba un ramo de rosas para darle mayor potencial histriónico a la interpretación en vivo, un toque que su público agradeció dedicándole bailes teatrales.

Pero el momento que desquició de emoción fue cuando Jonathan comienza a desmoronar las rosas y las arroja a sus fans. Todos estaban vueltos locos como si fuera el ramo de novia en una boda.

Este tipo de show es completamente visual, totalmente instagrameable, pero curiosamente el público no tenía el celular grabando todo el tiempo, la mayoría estaba para prestar máxima atención y disfrutar cada instante.

A excepción del segundo momento más psicótico, “You’re So Cool” comienza a sonar y entre gritos frenéticos todos levantan celulares, la cosa era un festival de pantallas.

Al final del show, Bree se acomoda un poco la mascara que lleva puesta y la gente se desquicia de emoción pensando que esta por quitársela, pero estas no son las luchas nadie va a desenmascararse y este fue el momento con más gritos de la noche.

Aunque, quizás solo estaba acomodándose para respirar un poco después de una hora de concierto.

Sí, apenas una hora de concierto, bastante corto, pero me parece que llevar puesta una mascara sin orificios para la nariz, ni la boca, debe ser muy cansado y bastante incomodo. Tal vez por eso el show está pensado tan solo para esa cantidad de tiempo.